Alberto Barranco
El Universal
Gravan a la Bolsa
De no acelerarse la operación de compra de Aeroméxico por parte de Banamex y compañía, la familia Saba, Mexicana de Aviación o quien se lance al ruedo en los próximos días, ésta será gravada vía el Impuesto sobre la Renta, por más que se cruce en la Bolsa Mexicana de Valores
El plazo de gracia terminará a la entrada en vigor de la reforma fiscal aprobada por el Congreso la semana pasada, es decir el primer día del año próximo.
La exigencia se inscribe como una de las sorpresas del nuevo escenario, colocada en la mesa por la fracción parlamentaria del PRD, con cargo, sin embargo, sólo a las grandes operaciones que se realicen en el piso de remates.
El marco, naturalmente, tiene dedicatoria.
¿Se acuerda usted el escándalo, por aquella operación de 12 mil 500 millones de dólares por medio de la cual el Citigroup de Estados Unidos se engulló a Banamex de un solo bocado, sin pagar un solo centavo de impuestos?
De acuerdo con el nuevo marco, concretamente la fracción XXVI del artículo 109 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, se cargará el tributo a la persona o grupo de personas que directa o indirectamente posean 10% o más del capital de una emisora y lo enajenen en un plazo de 12 meses.
La exigencia se inscribe, incluso, cuando se realicen varias operaciones simultáneas o sucesivas, incluidas aquellas derivadas o de cualquier otra naturaleza análoga o similar.
Más allá, se incluye a las personas o grupo de personas que teniendo el control de una emisora, es decir más allá de 51% del capital, lo enajenen mediante una o varias operaciones simultáneas o sucesivas en el mismo marco y bajo las mismas condiciones.
En el caso de Aeroméxico, como usted sabe, el socio principal, en la magia del rescate bancario, es el Instituto para la Protección del Ahorro Bancario, por más que en el pastel estén también la Secretaría de Hacienda y Nacional Financiera.
El resto está pulverizado.
Ahora que el escenario prevé también la enajenación de acciones realizada fuera de la Bolsa o las operaciones de registro o cruces protegidos o con cualquier otra denominación, que impidan que las personas que realicen las enajenaciones acepten ofertas más competitivas de las que reciban antes y durante el periodo de enajenación.
Más aún, la transacción será objeto del ISR aún cuando la Comisión Nacional Bancaria y de Valores les hubiera dado el trato de operaciones concertadas en Bolsa, en consonancia con el artículo 179 de la Ley del Mercado de Valores.
La tradición, lo recordará usted, era cruzar las operaciones de enajenación de acciones en el piso de remates para ahorrarse el tributo, por más que en rigor no hubiera habido una subasta previa que permitiera el jaloneo en la fase previa.
Más aún, el comprador estaba elegido de antemano, sea por interés del vendedor o por exigencia de alguna disposición jurídica.
Y si le seguimos, se daba el caso de que una emisora realizaba un cruce protegido en una operación de cambio de manos de la mayoría del capital, con la novedad de que el nuevo dueño decidía deslistarla de la Bolsa al día siguiente.
El numerito lo realizaron, por ejemplo, la mayoría de los bancos que se traspasaron al capital extranjero.
La paradoja del caso es que al fragor del escándalo desatado por la venta de Banamex sin impuesto alguno al calce, se dijo que el Citigroup, hoy consorcio City, cotizaría en la Bolsa Mexicana de Valores… lo que jamás se cumplió.
Por lo pronto, la obligación de las casas de bolsa que administran las operaciones será retener a los beneficiarios de las ventas 5% del importe de éstas, a título de recaudación provisional.
Naturalmente, el golpe no alcanza a los pequeños inversionistas que adquieran acciones en forma pulverizada, aunque sí a los fondos institucionales del exterior que tradicionalmente adquieren grandes paquetes, por más que la gravación ya no será sorpresa para ellos.
Dicho con todas las letras, las operaciones regulares en la Bolsa Mexicana de Valores seguirán estando exentas.
En calidad de mientras a Aeroméxico le quedan tres meses para subirse al último camión de las grandes operaciones al margen de la pesadilla del fisco.
Después del niño ahogado…
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Tiempo de negocios
Darío Celis
Excelsior
¿LAN Chile con Aeroméxico?
Justo ayer le platicábamos que Banamex puntea en la carrera en pos de Aeroméxico. Y es que la institución tiene el respaldo de los pilotos y eventualmente subirán también a los sobrecargos y trabajadores de tierra.
En el gremio que lidera Denis Lazarus no ven con buenos ojos a Moisés Saba Masri y Alberto Saba Raffaoul luego de la declaración pública de que la aerolínea estaba quebrada y no valía más allá de 99 millones de dólares.
Tampoco gustó nada que atrás de los Saba aparecieran en calidad de asesores privados tanto Fernando Flores como Rogelio Gasca Neri. El primero fue director de Mexicana y el segundo de Aeroméxico.
El que se cierren a la oferta de Banamex, que dirige Enrique Zorrilla, y el grupo que encabeza José Luis Barraza, tampoco es precisamente lo mejor, y da lugar a suspicacias que pueden afectar el proceso de venta.
Se comenta que ya existe un arreglo al más alto nivel para que Aeroméxico quede en manos de Banamex. Y es que sólo así puede entenderse que los pilotos hayan suscrito una carta compromiso con los potenciales compradores. Esa carta ya tiene la bendición de las secretarías del Trabajo, de Javier Lozano; Hacienda, de Agustín Carstens; y Comunicaciones y Transportes, de Luis Téllez. El documento es la garantía de paz laboral en el proceso de transición.
Obvio que se busca evitar la tortuosa experiencia de Gastón Azcárraga, Ángel Losada, Ricardo Atman, Juan Gallardo, Eduardo Sánchez Navarro, Carlos Laviada, Laura Diez Barroso y Fernando Chico Pardo en Mexicana.
El grupo de Banamex se ha movido rápido. Tan es así que hay rumores de negociaciones muy avanzadas para incorporar ni más ni menos que a LAN Chile. La empresa, que preside Sebastián Pinera, entraría como socio minoritario.
Según esto, asumiría un porcentaje de 49%, que se quedaría el banco que preside Manuel Medina Mora. La versión coincide con los planes de la compañía que dirige Andrés Conesa, en el sentido de acrecentar su presencia en el continente.
Por ejemplo, en cosa de unas tres o cuatro semanas Aeroméxico empezará a volar directo desde Perú a países como Argentina, Brasil y Chile, plazas que cubría saliendo desde la Ciudad de México. Este acuerdo lo amarró Conesa. La compañía podrá originar desde Lima rutas a Buenos Aires, Sao Paulo y Santiago, con aviones 737/800. Lo que no termina de quedar claro es si lo hará con el apoyo de LAN Perú, filial de la aerolínea que lleva aquí Iván Zika.