"China y Estados Unidos comparten enormes intereses económicos, hasta el punto que se prevé que el país asiático supere este año a México como segundo socio comercial estadounidense", indicó.
Esto, pese a que sus relaciones están marcadas por la tensión debido a la política monetaria china, a la competición por las fuentes de energía y a las acusaciones de infracción de los derechos de propiedad intelectual.
El rotativo precisó que el déficit comercial de Estados Unidos con China alcanzó el año pasado 202 mil millones de dólares, lo que, según Washington, se debe en buena parte a lo que considera la manipulación china de su moneda.
"Aunque Pekín revaluó un 2.1 por ciento en julio el yuan (o renminbi) y puso fin a su dependencia única del dólar al ligarlo a una cesta de divisas, Washington afirma que el país asiático continúa controlando sus movimientos", abundó.
Agregó que algunas estimaciones señalan que el renminbi está infravalorado hasta un 40 por ciento, lo que proporciona una ventaja competitiva a los fabricantes chinos y algunos senadores han amenazado con imponer aranceles a las exportaciones chinas.
Refirió que Pekín dice que es "poco científico e injusto" ser culpado de todos los males comerciales estadounidenses, visión que comparten economistas, que exponen que la voracidad de los consumidores de Estados Unidos por los artículos baratos chinos y la baja tasa de ahorro del país contribuyen al déficit.
El País indicó que la emergencia económica del Imperio del Centro también preocupa por las consecuencias que tiene sobre la búsqueda de energía y materias primas.
"En los últimos años, Pekín ha multiplicado la diplomacia del petróleo, tejiendo alianzas energéticas desde Asia central a Oriente Próximo, desde África a Latinoamérica, en busca de los recursos de los que carece", sostuvo.
Además, la administración del presidente George W. Bush desaprueba que el equipo de Hu Jintao no tenga inconveniente alguno en firmar contratos con países vetados por Estados Unidos como Sudán o Irán.
China superó en 2003 a Japón como segundo consumidor mundial de petróleo, e importa el 40 por ciento del crudo que consume, además de que se prevé que alcance el 70 por ciento en el 2020.
Otro motivo de enfrentamiento es la piratería intelectual, desde películas a ropa, perfumes o programas informáticos, que está extendida por toda China; un problema contra el que Pekín se ha comprometido a incrementar la lucha.
El gobierno estadounidense ha dictado recientemente la obligatoriedad de instalar sistemas operativos originales en todos los ordenadores fabricados e importados en el país, para deleite de firemas como Microsoft.
Por su parte, China ha pedido a Washington que levante las restricciones de seguridad a la exportación de determinados productos de alta tecnología.
"China y Estados Unidos comparten enormes intereses económicos, hasta el punto que se prevé que el país asiático supere este año a México como segundo socio comercial estadounidense", indicó.
Esto, pese a que sus relaciones están marcadas por la tensión debido a la política monetaria china, a la competición por las fuentes de energía y a las acusaciones de infracción de los derechos de propiedad intelectual.
El rotativo precisó que el déficit comercial de Estados Unidos con China alcanzó el año pasado 202 mil millones de dólares, lo que, según Washington, se debe en buena parte a lo que considera la manipulación china de su moneda.
"Aunque Pekín revaluó un 2.1 por ciento en julio el yuan (o renminbi) y puso fin a su dependencia única del dólar al ligarlo a una cesta de divisas, Washington afirma que el país asiático continúa controlando sus movimientos", abundó.
Agregó que algunas estimaciones señalan que el renminbi está infravalorado hasta un 40 por ciento, lo que proporciona una ventaja competitiva a los fabricantes chinos y algunos senadores han amenazado con imponer aranceles a las exportaciones chinas.
Refirió que Pekín dice que es "poco científico e injusto" ser culpado de todos los males comerciales estadounidenses, visión que comparten economistas, que exponen que la voracidad de los consumidores de Estados Unidos por los artículos baratos chinos y la baja tasa de ahorro del país contribuyen al déficit.
El País indicó que la emergencia económica del Imperio del Centro también preocupa por las consecuencias que tiene sobre la búsqueda de energía y materias primas.
"En los últimos años, Pekín ha multiplicado la diplomacia del petróleo, tejiendo alianzas energéticas desde Asia central a Oriente Próximo, desde África a Latinoamérica, en busca de los recursos de los que carece", sostuvo.
Además, la administración del presidente George W. Bush desaprueba que el equipo de Hu Jintao no tenga inconveniente alguno en firmar contratos con países vetados por Estados Unidos como Sudán o Irán.
China superó en 2003 a Japón como segundo consumidor mundial de petróleo, e importa el 40 por ciento del crudo que consume, además de que se prevé que alcance el 70 por ciento en el 2020.
Otro motivo de enfrentamiento es la piratería intelectual, desde películas a ropa, perfumes o programas informáticos, que está extendida por toda China; un problema contra el que Pekín se ha comprometido a incrementar la lucha.
El gobierno estadounidense ha dictado recientemente la obligatoriedad de instalar sistemas operativos originales en todos los ordenadores fabricados e importados en el país, para deleite de firemas como Microsoft.
Por su parte, China ha pedido a Washington que levante las restricciones de seguridad a la exportación de determinados productos de alta tecnología.
"China y Estados Unidos comparten enormes intereses económicos, hasta el punto que se prevé que el país asiático supere este año a México como segundo socio comercial estadounidense", indicó.
Esto, pese a que sus relaciones están marcadas por la tensión debido a la política monetaria china, a la competición por las fuentes de energía y a las acusaciones de infracción de los derechos de propiedad intelectual.
El rotativo precisó que el déficit comercial de Estados Unidos con China alcanzó el año pasado 202 mil millones de dólares, lo que, según Washington, se debe en buena parte a lo que considera la manipulación china de su moneda.
"Aunque Pekín revaluó un 2.1 por ciento en julio el yuan (o renminbi) y puso fin a su dependencia única del dólar al ligarlo a una cesta de divisas, Washington afirma que el país asiático continúa controlando sus movimientos", abundó.
Agregó que algunas estimaciones señalan que el renminbi está infravalorado hasta un 40 por ciento, lo que proporciona una ventaja competitiva a los fabricantes chinos y algunos senadores han amenazado con imponer aranceles a las exportaciones chinas.
Refirió que Pekín dice que es "poco científico e injusto" ser culpado de todos los males comerciales estadounidenses, visión que comparten economistas, que exponen que la voracidad de los consumidores de Estados Unidos por los artículos baratos chinos y la baja tasa de ahorro del país contribuyen al déficit.
El País indicó que la emergencia económica del Imperio del Centro también preocupa por las consecuencias que tiene sobre la búsqueda de energía y materias primas.
"En los últimos años, Pekín ha multiplicado la diplomacia del petróleo, tejiendo alianzas energéticas desde Asia central a Oriente Próximo, desde África a Latinoamérica, en busca de los recursos de los que carece", sostuvo.
Además, la administración del presidente George W. Bush desaprueba que el equipo de Hu Jintao no tenga inconveniente alguno en firmar contratos con países vetados por Estados Unidos como Sudán o Irán.
China superó en 2003 a Japón como segundo consumidor mundial de petróleo, e importa el 40 por ciento del crudo que consume, además de que se prevé que alcance el 70 por ciento en el 2020.
Otro motivo de enfrentamiento es la piratería intelectual, desde películas a ropa, perfumes o programas informáticos, que está extendida por toda China; un problema contra el que Pekín se ha comprometido a incrementar la lucha.
El gobierno estadounidense ha dictado recientemente la obligatoriedad de instalar sistemas operativos originales en todos los ordenadores fabricados e importados en el país, para deleite de firemas como Microsoft.
Por su parte, China ha pedido a Washington que levante las restricciones de seguridad a la exportación de determinados productos de alta tecnología.
"China y Estados Unidos comparten enormes intereses económicos, hasta el punto que se prevé que el país asiático supere este año a México como segundo socio comercial estadounidense", indicó.
Esto, pese a que sus relaciones están marcadas por la tensión debido a la política monetaria china, a la competición por las fuentes de energía y a las acusaciones de infracción de los derechos de propiedad intelectual.
El rotativo precisó que el déficit comercial de Estados Unidos con China alcanzó el año pasado 202 mil millones de dólares, lo que, según Washington, se debe en buena parte a lo que considera la manipulación china de su moneda.
"Aunque Pekín revaluó un 2.1 por ciento en julio el yuan (o renminbi) y puso fin a su dependencia única del dólar al ligarlo a una cesta de divisas, Washington afirma que el país asiático continúa controlando sus movimientos", abundó.
Agregó que algunas estimaciones señalan que el renminbi está infravalorado hasta un 40 por ciento, lo que proporciona una ventaja competitiva a los fabricantes chinos y algunos senadores han amenazado con imponer aranceles a las exportaciones chinas.
Refirió que Pekín dice que es "poco científico e injusto" ser culpado de todos los males comerciales estadounidenses, visión que comparten economistas, que exponen que la voracidad de los consumidores de Estados Unidos por los artículos baratos chinos y la baja tasa de ahorro del país contribuyen al déficit.
El País indicó que la emergencia económica del Imperio del Centro también preocupa por las consecuencias que tiene sobre la búsqueda de energía y materias primas.
"En los últimos años, Pekín ha multiplicado la diplomacia del petróleo, tejiendo alianzas energéticas desde Asia central a Oriente Próximo, desde África a Latinoamérica, en busca de los recursos de los que carece", sostuvo.
Además, la administración del presidente George W. Bush desaprueba que el equipo de Hu Jintao no tenga inconveniente alguno en firmar contratos con países vetados por Estados Unidos como Sudán o Irán.
China superó en 2003 a Japón como segundo consumidor mundial de petróleo, e importa el 40 por ciento del crudo que consume, además de que se prevé que alcance el 70 por ciento en el 2020.
Otro motivo de enfrentamiento es la piratería intelectual, desde películas a ropa, perfumes o programas informáticos, que está extendida por toda China; un problema contra el que Pekín se ha comprometido a incrementar la lucha.
El gobierno estadounidense ha dictado recientemente la obligatoriedad de instalar sistemas operativos originales en todos los ordenadores fabricados e importados en el país, para deleite de firemas como Microsoft.
Por su parte, China ha pedido a Washington que levante las restricciones de seguridad a la exportación de determinados productos de alta tecnología.
"China y Estados Unidos comparten enormes intereses económicos, hasta el punto que se prevé que el país asiático supere este año a México como segundo socio comercial estadounidense", indicó.
Esto, pese a que sus relaciones están marcadas por la tensión debido a la política monetaria china, a la competición por las fuentes de energía y a las acusaciones de infracción de los derechos de propiedad intelectual.
El rotativo precisó que el déficit comercial de Estados Unidos con China alcanzó el año pasado 202 mil millones de dólares, lo que, según Washington, se debe en buena parte a lo que considera la manipulación china de su moneda.
"Aunque Pekín revaluó un 2.1 por ciento en julio el yuan (o renminbi) y puso fin a su dependencia única del dólar al ligarlo a una cesta de divisas, Washington afirma que el país asiático continúa controlando sus movimientos", abundó.
Agregó que algunas estimaciones señalan que el renminbi está infravalorado hasta un 40 por ciento, lo que proporciona una ventaja competitiva a los fabricantes chinos y algunos senadores han amenazado con imponer aranceles a las exportaciones chinas.
Refirió que Pekín dice que es "poco científico e injusto" ser culpado de todos los males comerciales estadounidenses, visión que comparten economistas, que exponen que la voracidad de los consumidores de Estados Unidos por los artículos baratos chinos y la baja tasa de ahorro del país contribuyen al déficit.
El País indicó que la emergencia económica del Imperio del Centro también preocupa por las consecuencias que tiene sobre la búsqueda de energía y materias primas.
"En los últimos años, Pekín ha multiplicado la diplomacia del petróleo, tejiendo alianzas energéticas desde Asia central a Oriente Próximo, desde África a Latinoamérica, en busca de los recursos de los que carece", sostuvo.
Además, la administración del presidente George W. Bush desaprueba que el equipo de Hu Jintao no tenga inconveniente alguno en firmar contratos con países vetados por Estados Unidos como Sudán o Irán.
China superó en 2003 a Japón como segundo consumidor mundial de petróleo, e importa el 40 por ciento del crudo que consume, además de que se prevé que alcance el 70 por ciento en el 2020.
Otro motivo de enfrentamiento es la piratería intelectual, desde películas a ropa, perfumes o programas informáticos, que está extendida por toda China; un problema contra el que Pekín se ha comprometido a incrementar la lucha.
El gobierno estadounidense ha dictado recientemente la obligatoriedad de instalar sistemas operativos originales en todos los ordenadores fabricados e importados en el país, para deleite de firemas como Microsoft.
Por su parte, China ha pedido a Washington que levante las restricciones de seguridad a la exportación de determinados productos de alta tecnología.
"China y Estados Unidos comparten enormes intereses económicos, hasta el punto que se prevé que el país asiático supere este año a México como segundo socio comercial estadounidense", indicó.
Esto, pese a que sus relaciones están marcadas por la tensión debido a la política monetaria china, a la competición por las fuentes de energía y a las acusaciones de infracción de los derechos de propiedad intelectual.
El rotativo precisó que el déficit comercial de Estados Unidos con China alcanzó el año pasado 202 mil millones de dólares, lo que, según Washington, se debe en buena parte a lo que considera la manipulación china de su moneda.
"Aunque Pekín revaluó un 2.1 por ciento en julio el yuan (o renminbi) y puso fin a su dependencia única del dólar al ligarlo a una cesta de divisas, Washington afirma que el país asiático continúa controlando sus movimientos", abundó.
Agregó que algunas estimaciones señalan que el renminbi está infravalorado hasta un 40 por ciento, lo que proporciona una ventaja competitiva a los fabricantes chinos y algunos senadores han amenazado con imponer aranceles a las exportaciones chinas.
Refirió que Pekín dice que es "poco científico e injusto" ser culpado de todos los males comerciales estadounidenses, visión que comparten economistas, que exponen que la voracidad de los consumidores de Estados Unidos por los artículos baratos chinos y la baja tasa de ahorro del país contribuyen al déficit.
El País indicó que la emergencia económica del Imperio del Centro también preocupa por las consecuencias que tiene sobre la búsqueda de energía y materias primas.
"En los últimos años, Pekín ha multiplicado la diplomacia del petróleo, tejiendo alianzas energéticas desde Asia central a Oriente Próximo, desde África a Latinoamérica, en busca de los recursos de los que carece", sostuvo.
Además, la administración del presidente George W. Bush desaprueba que el equipo de Hu Jintao no tenga inconveniente alguno en firmar contratos con países vetados por Estados Unidos como Sudán o Irán.
China superó en 2003 a Japón como segundo consumidor mundial de petróleo, e importa el 40 por ciento del crudo que consume, además de que se prevé que alcance el 70 por ciento en el 2020.
Otro motivo de enfrentamiento es la piratería intelectual, desde películas a ropa, perfumes o programas informáticos, que está extendida por toda China; un problema contra el que Pekín se ha comprometido a incrementar la lucha.
El gobierno estadounidense ha dictado recientemente la obligatoriedad de instalar sistemas operativos originales en todos los ordenadores fabricados e importados en el país, para deleite de firemas como Microsoft.
Por su parte, China ha pedido a Washington que levante las restricciones de seguridad a la exportación de determinados productos de alta tecnología.
"China y Estados Unidos comparten enormes intereses económicos, hasta el punto que se prevé que el país asiático supere este año a México como segundo socio comercial estadounidense", indicó.
Esto, pese a que sus relaciones están marcadas por la tensión debido a la política monetaria china, a la competición por las fuentes de energía y a las acusaciones de infracción de los derechos de propiedad intelectual.
El rotativo precisó que el déficit comercial de Estados Unidos con China alcanzó el año pasado 202 mil millones de dólares, lo que, según Washington, se debe en buena parte a lo que considera la manipulación china de su moneda.
"Aunque Pekín revaluó un 2.1 por ciento en julio el yuan (o renminbi) y puso fin a su dependencia única del dólar al ligarlo a una cesta de divisas, Washington afirma que el país asiático continúa controlando sus movimientos", abundó.
Agregó que algunas estimaciones señalan que el renminbi está infravalorado hasta un 40 por ciento, lo que proporciona una ventaja competitiva a los fabricantes chinos y algunos senadores han amenazado con imponer aranceles a las exportaciones chinas.
Refirió que Pekín dice que es "poco científico e injusto" ser culpado de todos los males comerciales estadounidenses, visión que comparten economistas, que exponen que la voracidad de los consumidores de Estados Unidos por los artículos baratos chinos y la baja tasa de ahorro del país contribuyen al déficit.
El País indicó que la emergencia económica del Imperio del Centro también preocupa por las consecuencias que tiene sobre la búsqueda de energía y materias primas.
"En los últimos años, Pekín ha multiplicado la diplomacia del petróleo, tejiendo alianzas energéticas desde Asia central a Oriente Próximo, desde África a Latinoamérica, en busca de los recursos de los que carece", sostuvo.
Además, la administración del presidente George W. Bush desaprueba que el equipo de Hu Jintao no tenga inconveniente alguno en firmar contratos con países vetados por Estados Unidos como Sudán o Irán.
China superó en 2003 a Japón como segundo consumidor mundial de petróleo, e importa el 40 por ciento del crudo que consume, además de que se prevé que alcance el 70 por ciento en el 2020.
Otro motivo de enfrentamiento es la piratería intelectual, desde películas a ropa, perfumes o programas informáticos, que está extendida por toda China; un problema contra el que Pekín se ha comprometido a incrementar la lucha.
El gobierno estadounidense ha dictado recientemente la obligatoriedad de instalar sistemas operativos originales en todos los ordenadores fabricados e importados en el país, para deleite de firemas como Microsoft.
Por su parte, China ha pedido a Washington que levante las restricciones de seguridad a la exportación de determinados productos de alta tecnología.
"China y Estados Unidos comparten enormes intereses económicos, hasta el punto que se prevé que el país asiático supere este año a México como segundo socio comercial estadounidense", indicó.
Esto, pese a que sus relaciones están marcadas por la tensión debido a la política monetaria china, a la competición por las fuentes de energía y a las acusaciones de infracción de los derechos de propiedad intelectual.
El rotativo precisó que el déficit comercial de Estados Unidos con China alcanzó el año pasado 202 mil millones de dólares, lo que, según Washington, se debe en buena parte a lo que considera la manipulación china de su moneda.
"Aunque Pekín revaluó un 2.1 por ciento en julio el yuan (o renminbi) y puso fin a su dependencia única del dólar al ligarlo a una cesta de divisas, Washington afirma que el país asiático continúa controlando sus movimientos", abundó.
Agregó que algunas estimaciones señalan que el renminbi está infravalorado hasta un 40 por ciento, lo que proporciona una ventaja competitiva a los fabricantes chinos y algunos senadores han amenazado con imponer aranceles a las exportaciones chinas.
Refirió que Pekín dice que es "poco científico e injusto" ser culpado de todos los males comerciales estadounidenses, visión que comparten economistas, que exponen que la voracidad de los consumidores de Estados Unidos por los artículos baratos chinos y la baja tasa de ahorro del país contribuyen al déficit.
El País indicó que la emergencia económica del Imperio del Centro también preocupa por las consecuencias que tiene sobre la búsqueda de energía y materias primas.
"En los últimos años, Pekín ha multiplicado la diplomacia del petróleo, tejiendo alianzas energéticas desde Asia central a Oriente Próximo, desde África a Latinoamérica, en busca de los recursos de los que carece", sostuvo.
Además, la administración del presidente George W. Bush desaprueba que el equipo de Hu Jintao no tenga inconveniente alguno en firmar contratos con países vetados por Estados Unidos como Sudán o Irán.
China superó en 2003 a Japón como segundo consumidor mundial de petróleo, e importa el 40 por ciento del crudo que consume, además de que se prevé que alcance el 70 por ciento en el 2020.
Otro motivo de enfrentamiento es la piratería intelectual, desde películas a ropa, perfumes o programas informáticos, que está extendida por toda China; un problema contra el que Pekín se ha comprometido a incrementar la lucha.
El gobierno estadounidense ha dictado recientemente la obligatoriedad de instalar sistemas operativos originales en todos los ordenadores fabricados e importados en el país, para deleite de firemas como Microsoft.
Por su parte, China ha pedido a Washington que levante las restricciones de seguridad a la exportación de determinados productos de alta tecnología.