El alambrón, por ejemplo, que se compra en el extranjero para fabricar cable de acero, paga un arancel de 13%, pero para traer ese cable ya terminado desde Estados Unidos no es necesario pagar ningún gravamen. Esto hace que las empresas instaladas en el país pierdan competitividad frente a las extranjeras o que algunas decidan irse a producir a otra nación.
“Si el impuesto a la importación de insumos es muy alto y nuestros competidores como Estados Unidos pueden importar acero, o sea perfiles o láminas, con arancel cero, los fabricantes de muebles de acero van a tener una tendencia de irse a Estados Unidos, y aquí perdemos inversión en empleo”, reconoció Rocío Ruiz, subsecretaria de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía.
Las principales industrias afectadas son la automotriz, alimentaria, electrónica, farmacéutica y la cadena textil-calzado.
Según la funcionaria, la corrección de estas incongruencias comenzó en diciembre del año pasado con la reducción de aranceles a productos comprendidos en 9,000 fracciones en la modalidad Nación Más Favorecida (NMF), en beneficio de los sectores textil, confección, calzado, juguetes y maquilador.
México llegó a esta situación comercial compleja, al disminuir los aranceles de todos los países con los que firmó un tratado comercial, pero conservó altos gravámenes a la importación en la modalidad de NMF; es decir, con las naciones que no tiene acuerdo, según la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM).