En entrevista, el funcionario reconoció que el ferrocarril primero será reconstruido en su ruta hacia Chiapas, para que pueda lanzarse la convocatoria para tener un nuevo operador.
Una vez concesionado, el Gobierno aportará una cantidad aún no definida por varios años hasta que logre consolidarse, debido a que ha habido cambios en la ruta que ya no lo hacen rentable.
En las concesiones ferroviarias que se entregaron en el pasado, el Gobierno ya no subsidia al ferrocarril, ya que las empresas se comprometen a mantener en buenas condiciones las vías que siguen siendo propiedad del Estado, a invertir en nuevas, renovar la infraestructura y comprar equipo operativo.
El ferrocarril Chiapas-Mayab opera en dos rutas, una de ellas de Coatzacoalcos a Yucatán y la otra de Salina Cruz, en Oaxaca, a Chiapas, hasta llegar a la frontera con Guatemala.
En octubre de 2005 y con la llegada del huracán Stan, las vías de su segunda ruta en la zona de Chiapas fueron totalmente destruidas, por lo que el ferrocarril dejó de operar en esta parte del País, afectando con ello a diversas empresas.
El Chiapas-Mayab era operado por la empresa Genesse & Wyoming, pero ante la destrucción de las vías, la falta de apoyo por el entonces Gobierno de Vicente Fox y la caída dramática de sus ingresos, decidió retirarse el 26 de junio de 2007, por lo que meses después se designó como nuevo operador al Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT).
Al respecto, Téllez explicó que una de las razones de la caída en los ingresos del operador fue un menor volumen de transporte de combustóleo de Coatzacoalcos a Mérida para la operación de plantas eléctricas, como consecuencia de la entrada en operación del gasoducto Mayakán, que transporta gas natural.
Ante el reclamo de empresarios para que el tren siga operando, el Gobierno federal tiene especial interés de que Ferrosur no deje de prestar el servicio en la zona de Yucatán a fin de evitar incrementos en el costo del transporte.
Expuso que en el caso de Chiapas el costo promedio del transporte ha aumentado más de 35 por ciento desde que no hay ferrocarril.
Gustavo Baca, director general del Ferrocarril del Istmo, que encabeza los trabajos de reconstrucción, dijo que se invertirán 700 millones de pesos en el Chiapas-Mayab para modernizar y rehabilitar sus vías.
El directivo reconoció que además de reconstruir las vías, se deben realizar trabajos de mantenimiento que su antiguo concesionario no llevó a cabo.
En entrevista, el funcionario reconoció que el ferrocarril primero será reconstruido en su ruta hacia Chiapas, para que pueda lanzarse la convocatoria para tener un nuevo operador.
Una vez concesionado, el Gobierno aportará una cantidad aún no definida por varios años hasta que logre consolidarse, debido a que ha habido cambios en la ruta que ya no lo hacen rentable.
En las concesiones ferroviarias que se entregaron en el pasado, el Gobierno ya no subsidia al ferrocarril, ya que las empresas se comprometen a mantener en buenas condiciones las vías que siguen siendo propiedad del Estado, a invertir en nuevas, renovar la infraestructura y comprar equipo operativo.
El ferrocarril Chiapas-Mayab opera en dos rutas, una de ellas de Coatzacoalcos a Yucatán y la otra de Salina Cruz, en Oaxaca, a Chiapas, hasta llegar a la frontera con Guatemala.
En octubre de 2005 y con la llegada del huracán Stan, las vías de su segunda ruta en la zona de Chiapas fueron totalmente destruidas, por lo que el ferrocarril dejó de operar en esta parte del País, afectando con ello a diversas empresas.
El Chiapas-Mayab era operado por la empresa Genesse & Wyoming, pero ante la destrucción de las vías, la falta de apoyo por el entonces Gobierno de Vicente Fox y la caída dramática de sus ingresos, decidió retirarse el 26 de junio de 2007, por lo que meses después se designó como nuevo operador al Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT).
Al respecto, Téllez explicó que una de las razones de la caída en los ingresos del operador fue un menor volumen de transporte de combustóleo de Coatzacoalcos a Mérida para la operación de plantas eléctricas, como consecuencia de la entrada en operación del gasoducto Mayakán, que transporta gas natural.
Ante el reclamo de empresarios para que el tren siga operando, el Gobierno federal tiene especial interés de que Ferrosur no deje de prestar el servicio en la zona de Yucatán a fin de evitar incrementos en el costo del transporte.
Expuso que en el caso de Chiapas el costo promedio del transporte ha aumentado más de 35 por ciento desde que no hay ferrocarril.
Gustavo Baca, director general del Ferrocarril del Istmo, que encabeza los trabajos de reconstrucción, dijo que se invertirán 700 millones de pesos en el Chiapas-Mayab para modernizar y rehabilitar sus vías.
El directivo reconoció que además de reconstruir las vías, se deben realizar trabajos de mantenimiento que su antiguo concesionario no llevó a cabo.
En entrevista, el funcionario reconoció que el ferrocarril primero será reconstruido en su ruta hacia Chiapas, para que pueda lanzarse la convocatoria para tener un nuevo operador.
Una vez concesionado, el Gobierno aportará una cantidad aún no definida por varios años hasta que logre consolidarse, debido a que ha habido cambios en la ruta que ya no lo hacen rentable.
En las concesiones ferroviarias que se entregaron en el pasado, el Gobierno ya no subsidia al ferrocarril, ya que las empresas se comprometen a mantener en buenas condiciones las vías que siguen siendo propiedad del Estado, a invertir en nuevas, renovar la infraestructura y comprar equipo operativo.
El ferrocarril Chiapas-Mayab opera en dos rutas, una de ellas de Coatzacoalcos a Yucatán y la otra de Salina Cruz, en Oaxaca, a Chiapas, hasta llegar a la frontera con Guatemala.
En octubre de 2005 y con la llegada del huracán Stan, las vías de su segunda ruta en la zona de Chiapas fueron totalmente destruidas, por lo que el ferrocarril dejó de operar en esta parte del País, afectando con ello a diversas empresas.
El Chiapas-Mayab era operado por la empresa Genesse & Wyoming, pero ante la destrucción de las vías, la falta de apoyo por el entonces Gobierno de Vicente Fox y la caída dramática de sus ingresos, decidió retirarse el 26 de junio de 2007, por lo que meses después se designó como nuevo operador al Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT).
Al respecto, Téllez explicó que una de las razones de la caída en los ingresos del operador fue un menor volumen de transporte de combustóleo de Coatzacoalcos a Mérida para la operación de plantas eléctricas, como consecuencia de la entrada en operación del gasoducto Mayakán, que transporta gas natural.
Ante el reclamo de empresarios para que el tren siga operando, el Gobierno federal tiene especial interés de que Ferrosur no deje de prestar el servicio en la zona de Yucatán a fin de evitar incrementos en el costo del transporte.
Expuso que en el caso de Chiapas el costo promedio del transporte ha aumentado más de 35 por ciento desde que no hay ferrocarril.
Gustavo Baca, director general del Ferrocarril del Istmo, que encabeza los trabajos de reconstrucción, dijo que se invertirán 700 millones de pesos en el Chiapas-Mayab para modernizar y rehabilitar sus vías.
El directivo reconoció que además de reconstruir las vías, se deben realizar trabajos de mantenimiento que su antiguo concesionario no llevó a cabo.
En entrevista, el funcionario reconoció que el ferrocarril primero será reconstruido en su ruta hacia Chiapas, para que pueda lanzarse la convocatoria para tener un nuevo operador.
Una vez concesionado, el Gobierno aportará una cantidad aún no definida por varios años hasta que logre consolidarse, debido a que ha habido cambios en la ruta que ya no lo hacen rentable.
En las concesiones ferroviarias que se entregaron en el pasado, el Gobierno ya no subsidia al ferrocarril, ya que las empresas se comprometen a mantener en buenas condiciones las vías que siguen siendo propiedad del Estado, a invertir en nuevas, renovar la infraestructura y comprar equipo operativo.
El ferrocarril Chiapas-Mayab opera en dos rutas, una de ellas de Coatzacoalcos a Yucatán y la otra de Salina Cruz, en Oaxaca, a Chiapas, hasta llegar a la frontera con Guatemala.
En octubre de 2005 y con la llegada del huracán Stan, las vías de su segunda ruta en la zona de Chiapas fueron totalmente destruidas, por lo que el ferrocarril dejó de operar en esta parte del País, afectando con ello a diversas empresas.
El Chiapas-Mayab era operado por la empresa Genesse & Wyoming, pero ante la destrucción de las vías, la falta de apoyo por el entonces Gobierno de Vicente Fox y la caída dramática de sus ingresos, decidió retirarse el 26 de junio de 2007, por lo que meses después se designó como nuevo operador al Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT).
Al respecto, Téllez explicó que una de las razones de la caída en los ingresos del operador fue un menor volumen de transporte de combustóleo de Coatzacoalcos a Mérida para la operación de plantas eléctricas, como consecuencia de la entrada en operación del gasoducto Mayakán, que transporta gas natural.
Ante el reclamo de empresarios para que el tren siga operando, el Gobierno federal tiene especial interés de que Ferrosur no deje de prestar el servicio en la zona de Yucatán a fin de evitar incrementos en el costo del transporte.
Expuso que en el caso de Chiapas el costo promedio del transporte ha aumentado más de 35 por ciento desde que no hay ferrocarril.
Gustavo Baca, director general del Ferrocarril del Istmo, que encabeza los trabajos de reconstrucción, dijo que se invertirán 700 millones de pesos en el Chiapas-Mayab para modernizar y rehabilitar sus vías.
El directivo reconoció que además de reconstruir las vías, se deben realizar trabajos de mantenimiento que su antiguo concesionario no llevó a cabo.
En entrevista, el funcionario reconoció que el ferrocarril primero será reconstruido en su ruta hacia Chiapas, para que pueda lanzarse la convocatoria para tener un nuevo operador.
Una vez concesionado, el Gobierno aportará una cantidad aún no definida por varios años hasta que logre consolidarse, debido a que ha habido cambios en la ruta que ya no lo hacen rentable.
En las concesiones ferroviarias que se entregaron en el pasado, el Gobierno ya no subsidia al ferrocarril, ya que las empresas se comprometen a mantener en buenas condiciones las vías que siguen siendo propiedad del Estado, a invertir en nuevas, renovar la infraestructura y comprar equipo operativo.
El ferrocarril Chiapas-Mayab opera en dos rutas, una de ellas de Coatzacoalcos a Yucatán y la otra de Salina Cruz, en Oaxaca, a Chiapas, hasta llegar a la frontera con Guatemala.
En octubre de 2005 y con la llegada del huracán Stan, las vías de su segunda ruta en la zona de Chiapas fueron totalmente destruidas, por lo que el ferrocarril dejó de operar en esta parte del País, afectando con ello a diversas empresas.
El Chiapas-Mayab era operado por la empresa Genesse & Wyoming, pero ante la destrucción de las vías, la falta de apoyo por el entonces Gobierno de Vicente Fox y la caída dramática de sus ingresos, decidió retirarse el 26 de junio de 2007, por lo que meses después se designó como nuevo operador al Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT).
Al respecto, Téllez explicó que una de las razones de la caída en los ingresos del operador fue un menor volumen de transporte de combustóleo de Coatzacoalcos a Mérida para la operación de plantas eléctricas, como consecuencia de la entrada en operación del gasoducto Mayakán, que transporta gas natural.
Ante el reclamo de empresarios para que el tren siga operando, el Gobierno federal tiene especial interés de que Ferrosur no deje de prestar el servicio en la zona de Yucatán a fin de evitar incrementos en el costo del transporte.
Expuso que en el caso de Chiapas el costo promedio del transporte ha aumentado más de 35 por ciento desde que no hay ferrocarril.
Gustavo Baca, director general del Ferrocarril del Istmo, que encabeza los trabajos de reconstrucción, dijo que se invertirán 700 millones de pesos en el Chiapas-Mayab para modernizar y rehabilitar sus vías.
El directivo reconoció que además de reconstruir las vías, se deben realizar trabajos de mantenimiento que su antiguo concesionario no llevó a cabo.
En entrevista, el funcionario reconoció que el ferrocarril primero será reconstruido en su ruta hacia Chiapas, para que pueda lanzarse la convocatoria para tener un nuevo operador.
Una vez concesionado, el Gobierno aportará una cantidad aún no definida por varios años hasta que logre consolidarse, debido a que ha habido cambios en la ruta que ya no lo hacen rentable.
En las concesiones ferroviarias que se entregaron en el pasado, el Gobierno ya no subsidia al ferrocarril, ya que las empresas se comprometen a mantener en buenas condiciones las vías que siguen siendo propiedad del Estado, a invertir en nuevas, renovar la infraestructura y comprar equipo operativo.
El ferrocarril Chiapas-Mayab opera en dos rutas, una de ellas de Coatzacoalcos a Yucatán y la otra de Salina Cruz, en Oaxaca, a Chiapas, hasta llegar a la frontera con Guatemala.
En octubre de 2005 y con la llegada del huracán Stan, las vías de su segunda ruta en la zona de Chiapas fueron totalmente destruidas, por lo que el ferrocarril dejó de operar en esta parte del País, afectando con ello a diversas empresas.
El Chiapas-Mayab era operado por la empresa Genesse & Wyoming, pero ante la destrucción de las vías, la falta de apoyo por el entonces Gobierno de Vicente Fox y la caída dramática de sus ingresos, decidió retirarse el 26 de junio de 2007, por lo que meses después se designó como nuevo operador al Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT).
Al respecto, Téllez explicó que una de las razones de la caída en los ingresos del operador fue un menor volumen de transporte de combustóleo de Coatzacoalcos a Mérida para la operación de plantas eléctricas, como consecuencia de la entrada en operación del gasoducto Mayakán, que transporta gas natural.
Ante el reclamo de empresarios para que el tren siga operando, el Gobierno federal tiene especial interés de que Ferrosur no deje de prestar el servicio en la zona de Yucatán a fin de evitar incrementos en el costo del transporte.
Expuso que en el caso de Chiapas el costo promedio del transporte ha aumentado más de 35 por ciento desde que no hay ferrocarril.
Gustavo Baca, director general del Ferrocarril del Istmo, que encabeza los trabajos de reconstrucción, dijo que se invertirán 700 millones de pesos en el Chiapas-Mayab para modernizar y rehabilitar sus vías.
El directivo reconoció que además de reconstruir las vías, se deben realizar trabajos de mantenimiento que su antiguo concesionario no llevó a cabo.
En entrevista, el funcionario reconoció que el ferrocarril primero será reconstruido en su ruta hacia Chiapas, para que pueda lanzarse la convocatoria para tener un nuevo operador.
Una vez concesionado, el Gobierno aportará una cantidad aún no definida por varios años hasta que logre consolidarse, debido a que ha habido cambios en la ruta que ya no lo hacen rentable.
En las concesiones ferroviarias que se entregaron en el pasado, el Gobierno ya no subsidia al ferrocarril, ya que las empresas se comprometen a mantener en buenas condiciones las vías que siguen siendo propiedad del Estado, a invertir en nuevas, renovar la infraestructura y comprar equipo operativo.
El ferrocarril Chiapas-Mayab opera en dos rutas, una de ellas de Coatzacoalcos a Yucatán y la otra de Salina Cruz, en Oaxaca, a Chiapas, hasta llegar a la frontera con Guatemala.
En octubre de 2005 y con la llegada del huracán Stan, las vías de su segunda ruta en la zona de Chiapas fueron totalmente destruidas, por lo que el ferrocarril dejó de operar en esta parte del País, afectando con ello a diversas empresas.
El Chiapas-Mayab era operado por la empresa Genesse & Wyoming, pero ante la destrucción de las vías, la falta de apoyo por el entonces Gobierno de Vicente Fox y la caída dramática de sus ingresos, decidió retirarse el 26 de junio de 2007, por lo que meses después se designó como nuevo operador al Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT).
Al respecto, Téllez explicó que una de las razones de la caída en los ingresos del operador fue un menor volumen de transporte de combustóleo de Coatzacoalcos a Mérida para la operación de plantas eléctricas, como consecuencia de la entrada en operación del gasoducto Mayakán, que transporta gas natural.
Ante el reclamo de empresarios para que el tren siga operando, el Gobierno federal tiene especial interés de que Ferrosur no deje de prestar el servicio en la zona de Yucatán a fin de evitar incrementos en el costo del transporte.
Expuso que en el caso de Chiapas el costo promedio del transporte ha aumentado más de 35 por ciento desde que no hay ferrocarril.
Gustavo Baca, director general del Ferrocarril del Istmo, que encabeza los trabajos de reconstrucción, dijo que se invertirán 700 millones de pesos en el Chiapas-Mayab para modernizar y rehabilitar sus vías.
El directivo reconoció que además de reconstruir las vías, se deben realizar trabajos de mantenimiento que su antiguo concesionario no llevó a cabo.
En entrevista, el funcionario reconoció que el ferrocarril primero será reconstruido en su ruta hacia Chiapas, para que pueda lanzarse la convocatoria para tener un nuevo operador.
Una vez concesionado, el Gobierno aportará una cantidad aún no definida por varios años hasta que logre consolidarse, debido a que ha habido cambios en la ruta que ya no lo hacen rentable.
En las concesiones ferroviarias que se entregaron en el pasado, el Gobierno ya no subsidia al ferrocarril, ya que las empresas se comprometen a mantener en buenas condiciones las vías que siguen siendo propiedad del Estado, a invertir en nuevas, renovar la infraestructura y comprar equipo operativo.
El ferrocarril Chiapas-Mayab opera en dos rutas, una de ellas de Coatzacoalcos a Yucatán y la otra de Salina Cruz, en Oaxaca, a Chiapas, hasta llegar a la frontera con Guatemala.
En octubre de 2005 y con la llegada del huracán Stan, las vías de su segunda ruta en la zona de Chiapas fueron totalmente destruidas, por lo que el ferrocarril dejó de operar en esta parte del País, afectando con ello a diversas empresas.
El Chiapas-Mayab era operado por la empresa Genesse & Wyoming, pero ante la destrucción de las vías, la falta de apoyo por el entonces Gobierno de Vicente Fox y la caída dramática de sus ingresos, decidió retirarse el 26 de junio de 2007, por lo que meses después se designó como nuevo operador al Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT).
Al respecto, Téllez explicó que una de las razones de la caída en los ingresos del operador fue un menor volumen de transporte de combustóleo de Coatzacoalcos a Mérida para la operación de plantas eléctricas, como consecuencia de la entrada en operación del gasoducto Mayakán, que transporta gas natural.
Ante el reclamo de empresarios para que el tren siga operando, el Gobierno federal tiene especial interés de que Ferrosur no deje de prestar el servicio en la zona de Yucatán a fin de evitar incrementos en el costo del transporte.
Expuso que en el caso de Chiapas el costo promedio del transporte ha aumentado más de 35 por ciento desde que no hay ferrocarril.
Gustavo Baca, director general del Ferrocarril del Istmo, que encabeza los trabajos de reconstrucción, dijo que se invertirán 700 millones de pesos en el Chiapas-Mayab para modernizar y rehabilitar sus vías.
El directivo reconoció que además de reconstruir las vías, se deben realizar trabajos de mantenimiento que su antiguo concesionario no llevó a cabo.