En el marco de las elecciones de México, previstas para el próximo 2 de junio, la logística electoral se ha convertido en un desafío monumental y para asegurar que los más de 97 millones de votantes registrados puedan ejercer su derecho al voto, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha implementado un riguroso plan logístico, de acuerdo con información compartida por Top Flotillas y LOGEX.
Este proceso ha implicado la impresión y distribución de 317 millones de boletas, además de numerosos documentos y materiales necesarios para garantizar una votación ordenada y segura en todo el país.
El alcance de las elecciones es vasto, se renovarán 20 mil 367 cargos a nivel federal y local, incluyendo la presidencia de la República. Además, 500 diputaciones, 128 senadurías, y varias gubernaturas, congresos locales, ayuntamientos y alcaldías en ocho estados.
El traslado de las boletas y materiales electorales se ha realizado bajo estrictas medidas de seguridad y en coordinación con diversas instituciones.
Este proceso, que comenzó el 3 de mayo y se extendió hasta el 17 de mayo, involucró a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina (Semar) y la Guardia Nacional, junto con las fuerzas de seguridad locales en cada entidad.
Estas boletas, custodiadas en 24 rutas diferentes llegan a los 300 consejos distritales para ser contabilizadas, selladas y agrupadas antes de ser entregadas a cada casilla electoral.
La entrega puntual y segura de las boletas ha sido crucial, ya que cualquier retraso podría comprometer la integridad del proceso electoral. Para garantizarlo, se implementaron procedimientos detallados en cada paso del camino, desde la impresión en los Talleres Gráficos de México (TGM) hasta la distribución final.
La producción de las boletas electorales comenzó con la dirección ejecutiva de organización electoral del INE, encargada del diseño gráfico de las mismas. Posteriormente, TGM se encargó de la impresión, utilizando papel de seguridad con marcas de agua y tintas invisibles. Las boletas se imprimen en pliegos y luego se cortan, empaquetan y envían a los distintos destinos.
Cada etapa del proceso estuvo diseñada para garantizar la autenticidad y seguridad de las boletas, evitando cualquier posibilidad de sustitución o fraude. Una vez impresas, las boletas se agrupan en bloques y se colocan en cajas identificadas con etiquetas específicas para facilitar su distribución.
El INE y las fuerzas de seguridad trabajan para asegurar que cada paso del proceso logístico se realizará con la máxima precisión. Desde la recepción del material en las bodegas electorales hasta la entrega final a los presidentes de las mesas directivas de casilla, cada detalle fue crucial para que el próximo 2 de junio, los votantes encuentren sus boletas listas y en orden.
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