A medida que México se prepara para su elección presidencial en junio de este año, un aspecto crucial que demanda atención tanto de los candidatos como de los votantes es la infraestructura logística del país, que es fundamental para sostener y mejorar el comercio transfronterizo.
En medio del cambio global hacia la reubicación de la producción cercana, la logística en México ha cobrado una importancia estratégica, posicionándola como un elemento pivotal en la resiliencia de la cadena de suministro de América del Norte. México se encuentra en una posición única para capitalizar las cambiantes dinámicas globales de la cadena de suministro. Sin embargo, para aprovechar completamente los beneficios de esta oportunidad, es necesario que México priorice el desarrollo y la modernización de su red logística.
La logística abarca la planificación, ejecución y control del movimiento y almacenamiento de bienes, servicios e información relacionada desde el punto de origen hasta el punto de consumo. Involucra una compleja red de infraestructura pública y privada, incluyendo carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, almacenes y centros de distribución. La eficiencia logística depende en gran medida de una fuerza laboral calificada, tecnología avanzada y corredores comerciales bien definidos.
Cada elemento logístico está interconectado para garantizar el flujo fluido de bienes y servicios a través de las fronteras, conectando fabricantes, proveedores y consumidores. Como tal, un sistema logístico robusto y bien coordinado es fundamental para que México mejore su competitividad, atraiga inversión extranjera y fomente el crecimiento económico frente a la tendencia de reubicación de la producción cercana.
Según la Asociación Mexicana de Logística (AML), la infraestructura pública de México para apoyar su red logística consta de 117 puertos marítimos, más de 370 mil kilómetros de carreteras, cerca de 27 mil kilómetros de vías férreas y 76 aeropuertos, de los cuales 64 son internacionales, así como 66 terminales ferroviarias e intermodales que ayudan a conectar los diferentes modos de transporte.
Además, México cuenta con 63 cruces fronterizos que apoyan el comercio con las naciones vecinas, y 49 aduanas estratégicamente ubicadas en todo el país. Entre estas aduanas, 19 se encuentran a lo largo de la frontera norte, dos en la frontera sur, 11 en el interior y 17 en puertos marítimos.
El impacto de la reubicación de la producción cercana en la economía de México es evidente en los anuncios de inversión extranjera directa (IED) del año pasado. Según la Secretaría de Economía, en 2023 hubo 378 anuncios de IED que totalizaron más de 110 mil millones de pesos, equivalentes al 6.7% del PIB de México en 2022.
Se espera que estas inversiones creen 234 mil 725 nuevos empleos, con un 47% de los anuncios relacionados con la industria automotriz. Los principales sectores manufactureros que se benefician de la reubicación de la producción cercana incluyen ensamblaje de automóviles (41%), fabricación de autopartes (16%), fabricación de acero e hierro (8%), componentes electrónicos (7%) y la industria de bebidas (6%).
Los 10 países principales que contribuyen a estas inversiones representan el 91% de los anuncios, con Estados Unidos a la cabeza con un 38%, seguido por China (12%), Dinamarca (9%), Australia (7%), Corea del Sur (6%), Argentina (5%), Alemania (5%), Francia (4%), Taiwán (3%) y los Países Bajos (2%), enfatizando la confianza internacional en el creciente papel de México como un centro crítico en la logística y manufactura de América del Norte.
A medida que las empresas buscan ubicarse más cerca de sus principales mercados finales para mejorar la resiliencia de la cadena de suministro frente a un número creciente de eventos disruptivos y para mejorar la confiabilidad en términos de tiempo y costos, lo que reduce los niveles de inventario y aumenta la calidad del servicio al cliente, México debe proporcionar certeza logística a las empresas que buscan establecer operaciones dentro del país.
Esto requiere mejorar la gobernanza del sistema de transporte de carga y logística para optimizar el flujo de bienes entre las zonas de producción en México y los centros de consumo finales del mercado. Una gobernanza estructurada requiere la participación de líderes de agencias gubernamentales que impactan el desempeño logístico del país y representantes de la industria y la academia. Juntos deben aspirar a diseñar y monitorear acciones que promuevan la intermodalidad y reduzcan el impacto ambiental, la congestión y la inseguridad en la infraestructura de transporte y logística, al tiempo que aumentan la competitividad industrial, la resiliencia y la seguridad de las cadenas de suministro que operan dentro del país.
Al abordar estos aspectos críticos, México puede fortalecer su posición como un hub logístico y atraer empresas que buscan reubicar sus operaciones, beneficiándose en última instancia de una mayor inversión, creación de empleo y crecimiento económico.
Para que México mejore el valor de su infraestructura de transporte y se prepare para la adopción de nuevas tecnologías, como motores de hidrógeno y eléctricos y modos de transporte innovadores como dirigibles de carga, es esencial que el marco logístico del país evolucione. Sin embargo, la falta de una “cultura logística” en el país conduce a que se atribuya poco valor o importancia a la coordinación de acciones entre los diferentes actores en el sistema logístico, incluidas empresas, gobierno y academia.
Para abordar este problema y lograr los avances tecnológicos deseados, se recomienda encarecidamente que México fomente una cultura de excelencia logística mediante una mayor conciencia, educación y capacitación. Esto abordará la escasez de profesionales logísticos calificados y mejorará la capacidad de los tomadores de decisiones en el sector, reduciendo en última instancia los costos y mejorando la eficiencia.
México puede crear un ecosistema más cohesionado y efectivo en logística al promover la colaboración y la responsabilidad compartida entre las partes interesadas. A medida que otros sectores económicos y sociales se beneficien de esta cultura logística mejorada, México estará mejor posicionado para adoptar e integrar tecnologías de vanguardia (Logistechs) en su infraestructura de transporte, lo que conducirá en última instancia a una mayor competitividad y un crecimiento sostenible.
La creciente tendencia de las empresas a trasladar sus operaciones a México ha generado una mayor demanda de transporte de mercancías nacionales, importaciones y exportaciones. Para gestionar eficazmente este aumento del tráfico y minimizar la congestión en varios segmentos de la red federal de carreteras, lo que conduce a contaminación, excesos de costos, accidentes y retrasos, es necesario que México priorice la supervisión y optimización de los flujos de carga.
Esto se puede lograr mediante la implementación de una plataforma digital que permita la gestión en tiempo real y la toma de decisiones basada en datos. Una plataforma así permitiría la asignación dinámica de recursos y la optimización de rutas, reduciendo los cuellos de botella y mejorando la eficiencia general en la red de transporte. Al aprovechar la tecnología para optimizar la gestión del tráfico, México puede mejorar la sostenibilidad y la seguridad de su infraestructura de transporte, apoyando en última instancia las crecientes demandas logísticas.
La Escuela de Negocios A.R. Sanchez, Jr. de la Universidad Internacional Texas A&M, a través del Centro de Texas para el Desarrollo Económico y Empresarial en la Frontera, será anfitrión del 12º Congreso Internacional sobre Logística y Cadena de Suministro (CiLOG) en septiembre. El CiLOG de este año proporcionará una plataforma oportuna para abordar estos problemas críticos.
La conferencia reúne a expertos, líderes de la industria y formuladores de políticas para discutir el futuro de la logística en la región. Con el tema “Aprovechando el Futuro de la Logística: Explorando el Papel de las Logistechs”, el CiLOG 2024 explorará los desafíos y oportunidades presentados por la reubicación de la producción cercana y el papel de la tecnología en la configuración del panorama logístico. A través de conferencias magistrales, mesas redondas y talleres, los participantes obtendrán ideas valiosas y colaborarán en estrategias para mejorar la competitividad logística de México.
Al priorizar el desarrollo y la modernización de su red logística, México puede impulsar su ventaja competitiva, atraer más inversión internacional y fomentar importantes beneficios económicos. Mejorar la infraestructura logística no solo impulsará la competitividad de México, sino que también atraerá más inversión extranjera, creará empleos y fomentará un crecimiento económico sostenible.
Este año electoral ofrece una oportunidad crucial para que todos los actores interesados: gobierno, industria y academia, se unan y se comprometan a transformar las capacidades logísticas de México, asegurando que la nación pueda satisfacer las demandas del comercio global hoy y establecer estándares de excelencia logística en el futuro.
Para la próxima administración, será necesario demostrar un fuerte compromiso con la inversión en redes de transporte, adoptar la transformación digital y fomentar una fuerza laboral capacitada capaz de impulsar hacia adelante el sector logístico. El éxito económico del país dependerá en gran medida de su capacidad para adaptarse a los cambios globales en la cadena de suministro y brindar apoyo a las empresas que buscan establecer o expandir sus operaciones dentro de México.
Consulta la anterior columna de Daniel Covarrubias: El ascenso del puerto de Laredo como la principal puerta de comercio de América
*El Dr. Daniel Covarrubias es el Director del Texas Center for Border Economic and Enterprise Development de la A.R. Sanchez, Jr. School of Business de Texas A&M International University.
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