Al cierre de febrero la Comisión Europea dio luz verde a la adquisición de Bolloré Logistics por un monto de cinco mil 250 millones de dólares por parte del gigante naviero CMA CGM, con lo que continúan las grandes navieras diversificando su participación dentro del mercado logístico global. Bolloré Logistics, que tiene operaciones en México, fusionará ahora sus actividades con CEVA Logistics, el brazo logístico de la naviera con sede en Marsella, Francia.
No sólo es el mercado de carga aérea a donde han invertido las navieras sus utilidades obtenidas durante el periodo de jauja que vivieron tras la pandemia, sino que en su estrategia por diversificarse, las empresas han extendido sus tentáculos al segmento logístico, un rubro donde la inversión de capital es menos intensiva que en el negocio del transporte marítimo de contenedores, y las más de las veces la rentabilidad es mucho mayor.
La operación concretada en Francia está sujeta solo a la desincorporación de algunas actividades en el extranjero. El año pasado Bolloré Logistics movió en los mercados en los que participa un millón de contenedores y con la fusión con Ceva se da forma al quinto grupo logístico más grande del mundo.
Otra de aeropuertos prepara el gobierno
Si el tiempo sonríe de su lado, el presidente Andrés Manuel López Obrador estaría dispuesto a comprar el 49% de las acciones del Aeropuerto Internacional de Toluca que hoy le pertenecen a Aleatica, la empresa que resultó de la compra de los activos que anteriormente tenía en México la española OHL.
De acuerdo con sus expresiones en la conferencia mañanera, ya existen conversaciones tanto del gobierno del Estado de México y el Federal con el inversor privado, y de concretarse, el aeropuerto de la capital choricera pasaría a la administración y operación de la Secretaría de Marina, como ha sido la constante en su administración.
Ya nada sorprende en materia de ocurrencias en este gobierno que pasará a la historia como el que más daño generó a la industria aérea desde el primer día de su mandato. Además de cancelar el hub aéreo más importante de Latinoamérica que sería el aeropuerto en Texcoco, lo sustituyó por uno a donde el mercado no está dispuesto a ir y a las aerolíneas se les obliga a llevar vuelos. Más de dos años costó recuperar la categoría 1 con la Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos, tiempo en el que las aerolíneas nacionales perdieron presencia en el principal mercado aéreo internacional, y los aeropuertos que administraba la antigua ASA pasaron a control militar, amén de que se resucitó a la antigua Mexicana de Aviación como una empresa aérea operada también por miembros del Ejército y que con subsidios gubernamentales les dará competencia a empresas privadas.
Con esas ayudas ni cómo alzar el vuelo alto.
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