La certificación, que busca reducir las posibilidades de que los bienes que se internan en el país vecino pudieran ser potencialmente utilizados como agentes de daño, fue instituida a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y se concede tras una auditoría realizada por representantes gubernamentales estadounidenses.
Para que una empresa la obtenga y pueda denominarse como “Segura Contra Actos Terroristas” debe cumplir con una serie de criterios mínimos de seguridad que involucran a toda la cadena logística, comenzando con los proveedores de materiales, las empresas transportistas, el mismo fabricante, el importador y el consumidor final; evaluando temas de seguridad en la empresa, seguridad en los procesos, en las tecnologías de información, en el personal y en el transporte.
Volkswagen de México, que exporta 35% de su producción a Estados Unidos, cuenta con esta certificación desde el año 2005, lo que permite que sus vehículos y agregados crucen la frontera con el país vecino con mayor agilidad a través de los carriles FAST (Fast and Secure Trade), creados específicamente para empresas certificadas.