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Los nuevos vehículos serán fabricados en una planta de Renault en Dieppe, al norte de Francia, en sociedad con Caterham Cars y su equipo de Fórmula Uno, informaron las empresas.
Con esto, se pone al alcance de más clientes la ingeniería de autos de carrera derivados de la F1, dijeron el presidente de Caterham, Tony Fernandes, y el presidente ejecutivo de Renault, Carlos Ghosn.
“Si miran a la Fórmula Uno, solo están Ferrari y McLaren, que son extremadamente caros”, expresó Fernandes. “Vamos a producir un auto con tecnología de F1 al que pueda acceder mucha más gente”, agregó.
Renault vendió su escudería de F1en 2009-10, pero continúa suministrando motores a cuatro equipos, entre ellos Caterham F1, que hasta el año pasado competía con el nombre de Team Lotus.
La firma francesa también confirmó planes para revivir la difunta marca Alpine.
Las compañías no quisieron dar detalles de los precios, los objetivos de ventas o la transacción financiera, que llevaría a Caterham a adquirir una participación del 50 por ciento en Automobiles Alpine Renault, una filial de la automotriz francesa.
“Estamos hablando de varios miles de vehículos al año”, dijo Ghosn.
Renault emplea a más de 300 personas en la fábrica de Dieppe, donde produce versiones deportivas de los modelos de autos de la marca.
El anuncio fue aprovechado por el Gobierno francés, ansioso por remarcar buenas noticias en un sector en el que la mayoría de los fabricantes y proveedores han realizado despidos a nivel doméstico.
“Este es un acto de recuperación productiva para Francia”, señaló el ministro de Industria, Arnaud Montebourg. “Y tiene como objetivo la exportación, lo que es bueno para nuestra balanza comercial”, añadió.