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El armador de autos estadounidense decidió normalizar la producción a pesar de no haber llegado a un acuerdo con los sindicatos sobre el futuro de 1,500 empleados de una de las ocho plantas que planea cerrar en sus instalaciones de Sao José dos Campos, ciudad a unos 100 kilómetros de Sao Paulo.
La estrategia de GM era mantener paralizadas las operaciones hasta alcanzar un acuerdo con los sindicatos que representan a los 7,500 trabajadores del complejo, sin embargo, optó por normalizar la producción y continuar negociando con los representantes sindicales.
El reinicio de la producción se produjo después de que el gobierno brasileño y la alcaldía de Sao José dos Campos anunciaran su intención de mediar en las negociaciones.
El Sindicato de Metalúrgicos de Sao José dos Campos convocó a los empleados de GM a una asamblea en la que expondrá las propuestas presentadas por la empresa en la reunión previa con la dirección en la que participarán representantes del Ministerio de Trabajo.
“En esa reunión vamos a exigir que GM aborte cualquier plan de despido colectivo y que el Gobierno intervenga inmediatamente para garantizar los puestos de trabajo”, aseguró el presidente del sindicato de metalúrgicos, Antonio Ferreira de Barros.
GM había argumentado que suspendía temporalmente las operaciones por temor a los posibles daños provocados por las protestas y las movilizaciones promovidas por los sindicatos.
La decisión tiene como objetivo proteger la integridad física de los colaboradores mientras continúan las discusiones con los representantes sindicales con relación a la viabilidad de una de las fábricas del complejo.
según la empresa.
En planta cuyo cierre está en estudio se produce los modelos Corsa Hatchback, Meriva, Zafira y Classic.