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Tras el anteproyecto presentado por el Gobierno federal para cerrar el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) a las operaciones exclusivas de carga aérea, diversas aerolíneas dedicadas al movimiento de mercancías analizan ampararse ante dicha medida.
En tanto, las aerolíneas mas, Lufhansa Cargo y AeroUnion afirmaron a T21 que analizan el documento (el decreto presentado ante la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria) por lo que, por el momento, no darán más información al respecto.
Sin embargo, una fuente cercana al proceso que solicitó conservar su anonimato confirmó a este medio que las aerolíneas cargueras buscarían ampararse para contar con más tiempo para el traslado de sus operaciones.
“Estamos analizando la posibilidad de ampararnos para que nos den más tiempo, [mas] no para no irnos. Necesitamos resolver los mismos temas de hace un año que no se han resuelto, como los tránsitos. Queremos más tiempo. Sabemos que hubo una llamada Canaero-IATA y que ahí se decidió que si alguien va a querer poner amparos será de forma individual, cada aerolínea va a decidir”, sostuvo.
De acuerdo con Lorena Valencia Rosales, socia de Derecho Aeronáutico en Sabag, Becker & Gerrit Cohen, y miembro del Comité de Marketing & Communications de la International Aviation Womens Association (IAWA), es poco probable que se tenga un resultado favorable, pues el decreto está sustentado en velar por la seguridad de la aviación, y la Ley de Seguridad Nacional contempla como amenazas a la Seguridad Nacional los actos en contra de la seguridad de la aviación, por lo que sería “sumamente difícil que se otorgue una suspensión definitiva”.
También dijo que la legislación en materia de derecho aeronáutico está cambiando más que nunca frente a otros años y este probable decreto es un ejemplo, aunque asimismo consideró que traería algunas dificultades.
“Las repercusiones son varias, empezando por el cambio de logística que van a tener que implementar los cargueros y el costo es altísimo. Debemos tomar en cuenta que al día de hoy el AIFA no tiene todavía implementado el sistema para aduana, entonces esto sería un obstáculo para la carga internacional. También es importante señalar que el tráfico aéreo en la Ciudad de México es una realidad desde hace muchos años, no es un problema nuevo, y el AIFA necesita incrementar sus operaciones en general”, expuso a este medio.
La fuente consultada bajo anonimato comentó que con el anteproyecto “nos están echando del aeropuerto” y con ello trasladarse al AIFA, ya que otras terminales no cuentan con la infraestructura necesaria para sus operaciones.
“Puebla que no tiene conectividad e infraestructura, Querétaro que está muy cerca de Guadalajara y con eso pierdo toda la carga del Golfo, y Toluca se restringe mucho el peso del avión con la temperatura y altura; la opción es Santa Lucía pero no está listo, no hay operación nocturna, las ayudas electrónicas para aterrizar no están calibradas ni funcionado, no están listos los proveedores de almacenes, y para mover 700 toneladas a la semana el AIFA no está listo”, expuso.
Otra fuente que cuenta con operaciones cargueras en el AICM y que también prefirió el anonimato, comentó que mover ciertas operaciones de un aeropuerto “a fuerza de un decreto” pasa en muchos lugares, por temas de limitaciones, slots (horarios de despegue y aterrizaje) o por temas de protección contra la contaminación acústica, pero siempre cuenta con plazos más largos para la ejecución y al mismo tiempo disposiciones adicionales para facilitar la migración, “que en este caso siento que no hubo hasta ahora”.
“El plazo de 90 días es sumamente corto y va a provocar que muchos puestos de trabajo no solamente en las aerolíneas sino en los mismos proveedores e industrias que usan la infraestructura del AICM serán trasladados poco a poco a otros estados. El éxito del nuevo aeropuerto depende 100% de las facilidades que se dará a muy corto plazo para disminuir costos de forma significante, facilitar los procesos, permitir que todas las empresas que hoy en día atienden y operan en el aeropuerto de la Ciudad de México ofrezcan sus servicios en el AIFA incluyendo compañías de transporte, agentes aduanales, etcétera, sin restricciones”, apuntó.
Dijo que la principal preocupación es que se crean costos a corto plazo para las aerolíneas que acaban de salir de una crisis sin precedentes, que afectó sumamente su liquidez y que costó muchos empleos dentro y fuera de la industria aérea.
Además, consideró que las compañías, en especial las mexicanas de carga, serán las más afectadas por esta decisión, dándoles otro golpe financiero, innecesario, en tiempos post-covid, donde la demanda en general está bajando fuertemente por temas de varias crisis económicas que se están anunciando en Estados Unidos, Europa y algunos países asiáticos, así como la guerra en Ucrania.
Al respecto, la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) manifestó su preocupación por los impactos económicos y sociales de esta medida y coincidió que en 90 días no sé podría realizar la migración de las operaciones, por lo que solicitaron 360 días naturales para concretarla y también se debe de permitir que otros aeropuertos puedan recibir la carga con las mismas condiciones técnicas y operativas que tienen actualmente en el AICM.
“Una decisión precipitada de mover la operación a otros aeropuertos generaría un problema logístico para las empresas que comparten aeronaves de carga junto con sus operaciones en la panza de los aviones, lo cual involucraría transportar la carga vía terrestre entre los dos aeropuertos, saturando las ya congestionadas vías de la Ciudad de México, aumento de los costos para los importadores y exportadores por la duplicidad de servicios de adunas y servicios logísticos, esto sin mencionar que la legislación aduanera actual prohíbe el tránsito de varias mercancías fuera de los recintos fiscales”, apuntó.
Agregó que con la baja de categoría en seguridad aérea del país, este decreto afectaría principalmente a las aerolíneas nacionales, generando una desventaja competitiva.
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