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Dicho estudio, realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), señala que las instalaciones para el manejo, control, acceso y salida de la carga estarán ubicadas en la zona sureste de la parte civil con acceso directo al rodaje paralelo sur de la pista.
Lo anterior “permite el acceso fluido y eficaz de la carga a las plataformas del edificio de carga y aduana. Las plataformas como el edificio pueden construirse en etapas, sin estorbar o crear problemas en la operación del AISL”.
En tanto, el modelo de operación de los aviones de carga es similar al que actualmente se maneja en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), ya que se estacionarán en una plataforma abierta frente al edificio de aduana y almacenaje.
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“Se considera el paletizaje en plataforma, la inspección y el posterior traslado a la zona estéril del edificio para su trámite aduanal internacional y almacenaje o despacho. Las plataformas contarán con los servicios básicos vía vehículos como suministro de energía, combustible, aire, carga y descarga, contenedores y tractores”, estima el estudio.
Destaca que, en la primera etapa “se proponen seis posiciones Cat C simultáneas o dos Cat D y dos Cat C y otras posibilidades de acomodó de flota”. En tanto, considerando que el manejo de carga proveniente de las aerolíneas comerciales representa en promedio el 85% de la carga total que se mueve en el mundo vía aérea, se realizará en contenedores con tractor en un circuito desde la plataforma del edificio terminal de pasajeros hacia la zona de carga.
Las instalaciones de aduana y la terminal de carga tienen contemplado un costo por tres mil 149 millones 850 mil pesos incluyendo infraestructura y equipamiento. Y se comenzará a construir en a mediados del cuarto trimestre del año en curso y se prevé finalizar estas obras a finales del primer trimestre del 2021.
IMPACTO AMBIENTAL CON RIESGOS MENORES
En tanto, el estudio realizado por la UNAM y la Semarnat analizó los posibles riesgos que puede causar las obras necesarias para que la Basa Aérea de Santa Lucía se convierta en el AISL, tales como el manejo de sustancias peligrosas, el riesgo para flora y fauna, precipitaciones, vientos y granizadas, efectos en la población aledaña, emisiones de Dióxido de Carbono que afecten el medio ambiente, así como la afectación a sitios acuíferos cercanos, no obstante no se encontraron mayores riesgos.
“Se concluye que el Proyecto del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, con base en la información proporcionada por Secretaría de la Defensa Nacional y bajo el contexto presentado en el estudio, es viable en materia de riesgo ambiental, ya que las consecuencias potenciales de los eventos evaluados presentan afectaciones mínimas al entorno ambiental, en su mayoría temporales, por lo que el sistema ambiental local tiene la capacidad de recuperar los valores normales en sus componentes ambientales presentes en la etapa de operación del proyecto”, indicó el estudio.
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Las instalaciones proyectadas en el AISL están contempladas para que en su etapa de mayor crecimiento logre atender cerca de 100 millones de pasajeros al año, que complementados con el AICM y el Aeropuerto Internacional de Toluca podrían llegar a 140 millones de pasajeros anuales, “capacidad suficiente para atender la demanda de servicios aeroportuarios civiles en los próximos 50 años”, según el estudio.
Así, en la primera etapa, se estima que el AISL pueda atender una demanda de 18 millones de pasajeros al año y las operaciones relativas de dos aerolíneas para iniciar operaciones en 2021. A partir de ese año, el crecimiento de operaciones y pasajeros que serán atendidos en el sistema AICM-AISL se estima que se estabilizará entre 30 y 35 millones de pasajeros anuales. De manera complementaria, el Proyecto del AISL considera una tercera pista para uso exclusivo de la Fuerza Aérea Mexicana, además de la reubicación de las instalaciones militares existentes actualmente en la Base Aérea de Santa Lucía.
Actualmente el AICM maneja el mayor número de operaciones y pasajeros, con el 98% del tráfico comercial de la región, mientras que el Aeropuerto Internacional de Toluca ocupa el restante 2%. Por ahora, la Base Aérea de Santa Lucía solo atiende tráfico militar, a cargo de la Fuerza Aérea Mexicana.
Este proyecto contempla una inversión total estimada en 68 mil 367 millones de pesos, de acuerdo con ajustes estimados por la Secretaría de la Defensa Nacional. La fuente de los recursos para el proyecto provendrá del presupuesto público, solicitado en el Presupuesto de Egresos de la Federación para los próximos tres años.
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