Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, el impacto que tendrá el precio de la turbosina en este año para la industria aérea será de más de 67 mil millones de dólares.
Las empresas de mensajería y paquetería quieren esquivar los efectos de un combustible caro mediante la reducción de costos, incluso mediante el aumento de los precios de sus servicios.
Estafeta hasta el momento no ha tenido problemas financieros a causa del incremento en el precio de la turbosina, pero no ha sido el caso de UPS ni FedEx.
“Es un tema que no nos preocupa mucho”, dijeron voceros de Estafeta.
UPS, por lo pronto, ya pidió a sus clientes absorber con ellos el incremento en el precio de los combustibles por medio de un “sobrecargo”, o cargo extra, con la finalidad de mantener un balance entre la tarifa tradicional.
A cambio, prometió reducir las tarifas una vez que la cotización de la turbosina se estabilice o retroceda.
Antes del cinco de mayo de este año, el incremento en el combustible estaba situado en 20%, aproximadamente.
Sin embargo, a partir de ésa fecha subió 25% siempre tomando en cuenta el precio de la turbosina en la Costa del Golfo en Estados Unidos, que al mes de abril indicaba una tarifa de poco más de 3.36 dólares el galón.
UPS ha absorbido 75% del impacto.
Mientras, FedEx anunció que los resultados y ganancias para su año fiscal 2009, se reducirían de 1.8 a 1.45 dólares por acción al cierre del cuarto trimestre, que termina el 31 de mayo, ya que las expectativas fueron calculadas cuando el precio del barril de petróleo no superaba los 100 dólares, hoy todo es diferente.