El Ministro de Transportes francés, Dominique Perben, afirmó hoy a su vez que “no hubo ninguna consideración diplomática o de otro tipo” en la definición de la “lista negra” de las empresas prohibidas en su país.
El gobierno alemán, en cambio, informó que, si bien está a favor de una reglamentación “unitaria y transparente” a nivel de la Unión Europea, está en contra de publicar “listas negras” sobre compañías no confiables para volar.
Suiza, por su parte, anunció que dará a conocer el nombre de las líneas aéreas que no pueden volar sobre su territorio el próximo 1 de septiembre. Las compañías que no pueden operar en Bélgica corresponden al sector de carga y no transportan pasajeros.
El Ministerio belga de Transportes, al difundir la lista, precisó que ese país no controla la seguridad de las sociedades que no operan en él, por lo que “la ausencia de una compañía de esta lista no significa que satisfaga las normas de seguridad internacional”.
Bruselas aprovechó el debate abierto sobre el tema luego de los últimos accidentes aéreos para recordar las reglas que derivan de la Convención de Chicago y las normas en vigor en los países de la Unión Europea.
Con base en las medidas vigentes, cada país debe controlar que todas las compañías que tienen sede en su territorio y los aviones matriculados en el país respeten las normas sobre seguridad.
En Bélgica, el Ministerio de Transportes refirió que vigila actualmente a siete compañías, algunas de las cuales son muy activas tanto en vuelos de línea como en chárter, además de la flota de DHL que tiene sede europea en Bruselas.
Se trata de European Air Transport (filial europea de DHL), SN Bruxelles Airlines, Thomas Cook Airlines Belgium, TNT Airways, TUI Airlines Belgium, Virgin Express y VLM. Todas forman parte de una virtual lista azul y Bélgica realiza constantes controles para determinar el respeto de las normas de seguridad de cada una de ellas.
Pero el gobierno de Bruselas recordó también que las compañías no registradas en un país que no forma parte de la UE, como Islanda, Noruega y Suiza, por ejemplo, que desean embarcar o desembarcar pasajeros en uno de estos 28 estados deben pedir una autorización que sólo será concedida si se respetan las normas previstas por la Organización de la Aviación Civil Internacional y la Convención de Chicago.
En síntesis, si cada estado de la Unión Europea hace respetar las reglas vigentes en la UE no podrían jamás operar compañías que no se adecuan a los parámetros fijados.
La Unión Europea comenzará a discutir esta semana sobre la posibilidad de redactar una “lista única negra” de las compañías y para poder proceder pidió a los 25 entregar el material a su alcance.
El objetivo es hacer verificaciones cruzadas y facilitar el respeto de estas normas. Los problemas, en efecto, no derivan de las compañías que tienen sede en la UE, sino de las externas que piden operar en uno o más países de la Unión Europa y sobre todo por las utilizadas para vuelos chárter porque tiene costos más bajos o en alta temporada cuando la demanda es más alta.