No hay concesionaria en México que pueda quejarse. En los primeros nueve meses de este año cada una de ellas vendió en promedio 271 automóviles nuevos, lo que representa un avance de 11.8% respecto al mismo periodo del año previo, de acuerdo con los datos que arroja el SimIndex, de SimDataGroup que publica en colaboración con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
El mismo indicador revela que durante el periodo de referencia la rotación de los vehículos nuevos en las concesionarias aún mantiene niveles bajos respecto de los últimos cuatro años, exceptuando el 2022 que registró un promedio de días en inventario de 17.4, mientras que en 2023 se promedia 29.4 días.
El SimIndex retoma los datos de una muestra que representa alrededor del 40% de los concesionarios instalados en el país de 34 diferentes marcas automotrices.
Tras el duro golpe que significó la pandemia para la industria automotriz en el mundo, su repunte en México ha sido constante en cuanto a la adquisición de unidades nuevas y se prevé que continúe con ese ritmo. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reporta que de enero a septiembre de 2023 se comercializaron 975 mil 841 automóviles nuevos en México, el mejor nivel de ventas desde 2018 si se comparan sólo los primeros nueve meses de cada año, según la estadística del Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Ligeros (RAIAVL).
A pesar de que México se coloca en la sexta posición global como país productor de automóviles nuevos, una mayoritaria parte de las unidades producidas tiene como destinos a Estados Unidos y Canadá, sus principales socios comerciales, mientras que una cantidad inferior se comercializa en el mercado interno.
Por esto mismo, del total de automóviles nuevos vendidos en México durante el periodo enero-septiembre de 2023, un 66% fue importado (645 mil unidades) de más de una veintena de países alrededor del mundo.
De entre estos países destaca China, que ha sido señalado como el causante de la saturación que prevalece desde el año pasado en los puertos mexicanos, principalmente en las terminales especializadas que tienen frente de agua con el litoral del Pacífico.
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