El nearshoring, entendido como la estrategia de las empresas para relocalizar producción para atender un mercado más cercano, es un fenómeno que está teniendo efectos positivos en diversos rubros, con un horizonte de beneficios tal y como el que planteó la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Entre los beneficios que se identifican está el que en el periodo 2023-2030 el Producto Interno Bruto (PIB) podría crecer a un promedio anual de 3.7% o más, el sector manufacturero sería el principal beneficiado aportando el 22.4% del PIB hacia 2030, contribuyendo además con la inversión fija que incrementaría 7.4% promedio anual, para alcanzar un 28.6% del PIB (desde un 24% actual), así lo consideró John Soldevilla Canales, director Ecobi, firma consultora en economía y negocios.
El especialista consideró que el efecto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, de la mano del efecto de la pandemia por covid, ha motivado que China reduzca su presencia como proveedor en la Unión Americana, mientras en 2017 aportaba 21.5% de las importaciones totales del vecino del norte, la cifra más reciente de 2023 se ubica en 14.2 por ciento.
En la reducción de China, México pasó de aportar 13.5 a 15.4%, mientras que los otros ganadores son Vietnam que aportaba 2.0% y ahora es 3.4%, en tanto que Taiwán de 1.8 a 2.7% de las importaciones.
“Debemos considerar que el nearshoring es finito, no es opción desperdiciarlo”, enfatizó John Soldevilla.
Como una vía para aprovecharlo, Soldevilla destacó que se requiere una política industrial bien definida en donde se identifiquen las industrias clave que se tienen que impulsar, como es el caso de las manufacturas, pero también para poder lograr un desarrollo regional.
“Una de las enseñanzas del TLCAN es que no se logró impulsar a todas las industrias y también estuvo muy focalizado en algunas zonas del país. Ahora el nearshoring se puede aprovechar para identificar esas zonas de desarrollo de acuerdo con su potencial”, indicó el director general Ecobi.
Al tiempo se debe considerar los retos que se tienen de infraestructuras para poder atender las nuevas inversiones, “se tiene un estimado de aprovechamiento de entre 80-85% de las infraestructuras, por lo cual se tiene un poco de margen para contar con los desarrollos que atiendan las nuevas inversiones”, destacó John Soldevilla.
En este terreno, Sergio Hernández, CEO de CIAL Dun & Bradstreet, explicó que se prevé que la guerra comercial de Estados Unidos con China prevalezca, por lo cual los beneficios del nearshoring se mantendrán, pero deberán atenderse los retos estructurales.
“Lo primero es dotar de certidumbre a la inversión, y como consecuencia está el desarrollo de infraestructuras que puedan atender las necesidades a los nuevos segmentos de manufactura que se atraigan”, comentó.
Además de la infraestructura, entre los retos que se identifican está la seguridad, energía, mano de obra calificada, entre otros.