Según el reporte, el primero en su tipo en la región fronteriza entre Estados Unidos y México, tan sólo el condado de San Diego pierde 30,000 empleos cada año por la lentitud del tráfico vehicular en tres garitas que conectan con México.
El informe ejecutivo de la Asociación de Gobiernos de San Diego (Sandag), representativo de 18 ciudades que forman el condado, advirtió que en la actualidad cada conductor tarda en promedio 45 minutos en cruzar la frontera, pero en una década tardará 76 minutos.
El análisis señaló que la región necesita una garita adicional, pero construirla tomará años de estudio y trabajos, y mientras tanto aumentarán las pérdidas económicas y en tiempo de trabajo.
Por ahora, el condado de San Diego pierde el equivalente a 1.2% de su Producto Interno Bruto (PIB) anual por retrasos en las garitas de Tecate, Otay y San Ysidro. La garita de Tecate, unos 50 kilómetros al este de San Diego, cuadruplicó sus instalaciones y redobló su capacidad de ingreso el año pasado, pero opera con un horario restringido.
Otay, 10 kilómetros al este de San Diego, es la principal garita de horario restringido para el intercambio comercial entre California y México, pero aunque funciona 24 horas para vehículos particulares, sólo tiene ocho puertas y dos se dedican a inspección electrónica.
La garita de San Ysidro es la más transitada de las 42 que unen a México y Estados Unidos, abre todo el día y tiene 24 puertas, pero sus tiempos de espera para cruzar varían según la intensidad del tráfico. En esa garita que el Departamento de Comercio califica como “el punto fronterizo más transitado en el mundo” habían esta mañana, por ejemplo, 270 carros formados en cada carril para cruzar desde la fronteriza ciudad mexicana de Tijuana.
Sandag llevará a cabo este viernes en el centro de San Diego una reunión general para presentar el estudio y debatir posibles soluciones a retrasos en cruces vehiculares fronterizos.
El estudio apuntó que la región necesita una garita más, pero la responsabilidad principal es del gobierno federal estadounidense que además de facilitar cruces legítimos de mercancías y personas necesitará mantener la vigilancia antiterrorista en la frontera.