A pesar de que México ha firmado compromisos internacionales para reducir a cero sus emisiones de gases de efecto invernadero en el sector aeronáutico, en el país aún no se produce el llamado combustible sostenible para la aviación (SAF), aunque se cuenta con todo para producirlo. Por ello, es necesaria una política pública para la promoción de transferencia de tecnología y de investigación, así como de desarrollo tecnológico para la producción de SAF, de acuerdo con Javier Villazón Salem, director general de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), quien explicó que en América Latina, Brasil lleva una ligera ventaja, pero México puede ser líder sí se hacen bien las cosas en la producción del SAF.
Asimismo, destacó que se requiere de incentivos y acceso a financiamiento para la producción sustentable de materias primas y su diversificación, con objeto de involucrar a pequeños empresarios, además de programas sociales de apoyo a productores y campesinos y marco legal para dar certeza a inversiones en biorefinerías e instrumentos económicos y financieros para cerrar la brecha de precios de SAF y turbosina, señaló.
Ante diputados y representantes del sector de la aviación mexicana, el directivo señaló que en la cadena de valor para producir SAF en México, de los cinco pasos se cumplen sólo tres, pero no así en los dos primeros, es decir, los referentes a los insumos o materia prima y en la producción y refinación del SAF puro.
En los que sí se cumple son los referentes a la mezcla del SAF con la turbosina, el almacenamiento y el suministro de este a las aeronaves.
Villazón Salem comentó que en el país falta una política pública para que se pueda desarrollar el SAF y señaló que en ASA cuentan con la tecnología para combinar este combustible sostenible con la turbosina, además de instalaciones de almacenamiento.
Futuro del combustible
El director general de ASA dijo que para el año 2050 anualmente deben producirse 449 mil millones de litros de SAF, de acuerdo con estimaciones de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
En 2023, la producción asciende a 23 mil millones, de los cuales en México la producción es de cero litros.
Para los próximos siete años, en 2030, el país hizo un compromiso de producción de 5.0% de SAF, es decir, el equivalente a 340 millones de litros al año.
Asimismo, para 2027 las aerolíneas que hagan vuelos internacionales deben demostrar que usan biocombustible.
Explicó que a la fecha no existen motores que operen al 100% con combustible SAF, por lo que este se tiene que mezclar en 50% con turbosina.
Actualmente, México importa de Estados Unidos el SAF, si bien el precio es tres veces más caro que la turbosina, se espera que con el avance de la tecnología el precio sea más barato.
Con información de A21
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