El problema se complica cuando dos aeropuertos en una misma región compiten entre sí y más aún cuando uno de ellos tiene a su favor la cercanía con el centro de la urbe que sirve.
Por más que lo intentaron, las autoridades de Montreal, Canadá no lograron que el aeropuerto “Mirabel”, inaugurado en 1975, localizado a 39 kilómetros de esa ciudad, resultase atractivo para los pasajeros que no dudaban en favorecer al aeropuerto “Dorval”, ubicado a la mitad de la distancia.
Aun cuando entre 1975 y 1997 todos los vuelos internacionales, con excepción de los norteamericanos debían usar “Mirabel”, este aeropuerto perdió la batalla quedando virtualmente abandonado ante un “Dorval” revitalizado al que regresaron todos los vuelos.
Cualquier gobierno por más “moderno” que pudiera parecer, tiende a meter mano en los mercados con leyes y reglamentos para tratar de lograr ese necesario equilibrio, que en algunos casos como el de Montreal no lo logra.
Afortunadamente en otros sí, caso de los norteamericanos en torno al tráfico de la región de Washington, D.C. y la necesidad de apoyar el desarrollo el también lejano, pero necesario aeropuerto “Dulles” que como el “Mirabel” tenía su “Dorval”, en este caso llamado “National”, que sufrió limitaciones legales en el alcance de los vuelos que podía ofrecer.
Una situación similar se vivió en la región de Dallas-Fort Worth, Texas a partir de 1974 con la puesta en servicio del enorme “Aeropuerto Internacional de Dallas/Ft. Worth” (DFW) que forzó al gobierno norteamericano a adoptar en 1979 la enmienda “Wright” que prohibía que se realizaran y comercializasen vuelos comerciales regulares sin escalas con aeronaves de más de 56 asientos.
Lo anterior, hacia y desde estados que no colindasen con Texas desde ciertos aeropuertos en la zona de Dallas/Ft. Worth, principalmente el Aeropuerto “Love”, sede y primera gran base de operación de la más representativa aerolínea de la desregulación norteamericana: Southwest Airlines que ya en 1979 ya representaba una verdadera amenaza a la capacidad de atraer tráfico al “DFW” y a sus principales inquilinos, American Airlines y Branniff.
Resulta una verdadera ironía que una medida tan proteccionista y controversial como la enmienda “Wright”, haya sido promulgada apenas había sido decretada en 1978 la desregulación del aerotransporte norteamericano.
En cualquier caso, la enmienda logró su propósito; hoy en día el “DFW” es el cuarto aeropuerto más importante en función de los pasajeros que maneja en los Estados Unidos. El aeropuerto “Love” aún acotado, hizo su trabajo y contribuyó a que Southwest se convirtiera en la gran aerolínea que todos conocemos.
La enmienda “Wright” fue derogada en el 2006 y desde hace unos meses ya no restringe el alcance de las operaciones en el “Love”, pasando a la historia como un hito legal en el aerotransporte, que deja muchas lecciones que bien pueden ser tomadas en cuenta en otras latitudes, en especial en aquellas en las que se está desarrollando nueva infraestructura aeroportuaria que de alguna manera se relaciona con alguna que deberá cerrarse, con otra que complementará o por ahí alguna con la que competirá, como siento sucederá en la Ciudad de México con su nuevo gran aeropuerto.
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