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Mucho se ha hablado del 5G, sus ventajas de velocidad y la posibilidad de conectar todo activo de la compañía, desde máquinas hasta dispositivos. En el sector empresarial, su apropiación cada vez se hace más específica enfocándose en objetivos y áreas particulares de la gestión. Por ejemplo, la fragmentación de la red 5G es una característica esencial bastante valorada por parte de los responsables de operaciones, ingeniería e informática ya que ayuda a las organizaciones a mejorar las aplicaciones empresariales.
Empecemos con una analogía con la entrega de paquetes, en la que hay varias opciones de nivel de servicio, como entrega acelerada, alta fiabilidad, alta seguridad, temperatura controlada y similares. Ahora imagina que tienes una situación similar en la que el tráfico 5G puede enviarse con diferentes niveles de servicio, cada uno asociado a una “porción”. Cada parte es una red privada virtual, adaptable a las necesidades específicas de la empresa y capaz de cubrir una amplia zona geográfica. Así, la porción 1 podría ser para realidad aumentada (AR)/realidad virtual (VR) o streaming de video, la porción 2 podría ser para aplicaciones de baja latencia como los sensores IOT, la porción 3 para alta fiabilidad, etc. Las asignaciones y los atributos de los segmentos pueden adaptarse dinámicamente para satisfacer las necesidades cambiantes de la empresa y utilizar de forma más eficiente los recursos de la infraestructura de red.
Para entenderlo mejor podemos analizarla a la par de la nube. Esta nos brinda toda la capacidad necesaria para nuestras operaciones mientras que la fragmentación ayuda a priorizar y mejorar la calidad de la transmisión.
La fragmentación de la red es una de las muchas características que surgen de la transición del 4G al 5G y toma bastante relevancia ya que, gracias a ella, las organizaciones ahora pueden disponer de una solución de red personalizada y escalable sin tener que invertir mucho capital y/o tener que gestionar una infraestructura de red celular compleja.
Dicho esto, la fragmentación de la red 5G ofrece muchas de las mismas características que los clientes buscan en las redes privadas, como la privacidad de los datos y la escalabilidad, pero puede operar en zonas amplias, ofrecer una mayor granularidad para los perfiles de aplicación y tráfico, y ofrecer niveles de servicio de extremo a extremo (es decir, incluyendo la red de acceso radioeléctrico o RAN). También, implica tener conectividad WiFi donde antes no era viable como patios, campos de exploración, puertos, plantas de fabricación y otras instalaciones que parecían incomunicadas.
Hoy en día, hay muchos casos de organizaciones con más conocimiento e infraestructura que han puesto en marcha la fragmentación desde un punto de vista híbrido, combinando redes públicas y privadas, sin embargo, deberá depender siempre del alcance de cada empresa decidir cuál es el camino adecuado.
Por otro lado, de cara a 2023 donde seguramente veremos de nuevo alzas en los ataques cibernéticos, la seguridad seguirá siendo una prioridad para cualquier aplicación empresarial. Por ahora, los esfuerzos en esta materia dentro de la red suelen consistir en el aislamiento y la contención. Es más fácil contener un ciberataque dentro de una única porción de red, por lo que la usar la fragmentación del 5G es sin duda una ventaja. Los segmentos también proporcionan privacidad lógica de los datos y aislamiento del tráfico público.
Aunque en nuestra región la implementación de redes 5G está en una fase inicial, estoy convencida de que su adopción incrementará exponencialmente a medida que vayamos desbloqueando sus ventajas con ejemplos prácticos y se expongan los usos que empresas en otras latitudes le dan. Hoy en día, las organizaciones pueden personalizar los niveles de servicio en su red, adaptar la experiencia según sus usuarios y tener mayor eficiencia en general de los recursos del 5G. La red se está fraccionando para permitir la prestación de servicios a medida a diferentes grupos de usuarios dentro de la misma cuenta de cliente (u organización) por lo que uno de los principales beneficios de la fragmentación es justamente la personalización.
Las estrategias para mejorar la operación siempre están renovándose y cada equipo líder dentro de las empresas tiene como responsabilidad indagar y encontrar cual es el mejor emparejamiento con su gestión. El 5G y la fragmentación de la red son una de estas tendencias que nos acercan a ser organizaciones más modernas y preparadas para el futuro y las necesidades siempre cambiantes de nuestro entorno y son grandes opciones que podremos empezar a aprovechar del todo en Latinoamérica en el corto plazo.
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Ana Maria Cabrales actualmente se desempeña como directora de mercadeo de soluciones en Zebra Technologies América Latina
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