Ante la imposibilidad de realizar el evento el organizador desarrolló un webinar con tres expertos de movilidad en Europa, Aurélien Cottet, de la empresa Transdev, una de las líderes mundiales en servicios de movilidad; Paul Cpeirs, de PTV Group, una empresa consultora y desarrolladora de software especialista en trabajar con Big Data en temas de movilidad; y Chris de Veer, consultor estratégico sobre movilidad inteligente de la provincia de Noord-Holland/Amsterdam Metropolitan Area. Se logró una “audiencia” de más de mil 500 personas de 98 países.
La crisis sanitaria por la enfermedad del COVID-19 en Europa, que resultó en una imposibilidad de los servicios sanitarios de atender a todos los casos graves que saturaron los hospitales, obligó a los países de ese continente a tomar medidas drásticas de aislamiento social y a tomar medidas de protección al salir del hogar por insumos de supervivencia.
La movilidad de las personas se redujo drásticamente, tal como lo presentó el representante de PTV, quien mostró gráficas de movilidad en las carreteras de Alemania comparativa entre el “domingo de ramos” de 2020 contra el de 2019.
El promedio en las carreteras del país fue de una disminución del 78%, con una gran cantidad de carreteras con disminuciones muy por encima del 80 por ciento.
En el análisis de salidas desde un punto mostró que los cruces de una ciudad fronteriza con Polonia se redujeron el 91.2%, en tanto que las salidas desde la ciudad de Karlsruhe, sede de PTV, la reducción fue de 90.3% comparando las mismas fechas. Impresionante saber, que al comparar las cifras de ese “domingo de ramos” contra lo acontecido dos semanas antes, la movilidad aumentó en 26 por ciento.
Esta reducción en movilidad ha hecho que las personas hayan regresado a adquirir sus artículos para el sustento diario en las tiendas más cercanas a su domicilio, y que se haya incrementado significativamente el trabajo de forma remota.
En opinión del representante de Transdev, y secundado por PTV, comentó que el largo periodo de distanciamiento social y la gran cantidad de información sobre las medidas de prevención al contagio influirán en la forma en que las personas se muevan al empezar a regresar a la normalidad. Transdev notó que el uso de sus servicios de movilidad, como lo son los autos en renta por cortos periodos y el uso de bicicletas y patines compartidos, se desplomó más allá de los niveles generales de movilidad.
Cobertura especial: COVID-19 y su impacto en la cadena de suministro
En los análisis que han realizado encontraron que las personas tienen actualmente un gran miedo a contagiarse por lo que evitarán al máximo el uso de movilidad compartida, así como el servicio de transporte público en el que no tengan certeza de la sanitización realizada antes de que usen el servicio.
Al regreso a la actividad normal se prevé una drástica disminución de la capacidad de transporte público al mantener la política de sana distancia, por lo que los autobuses que normalmente pueden transportar 80 personas se verán limitados a tan solo 20. De igual forma es muy probable que el miedo al contagio se mantenga por largo plazo, en tanto no se cuente con medicina que haga menos demandante a los servicios hospitalarios, así como vacunas que reduzcan las posibilidades de contagio, por lo que el uso de sistemas compartidos de movilidad tendrá una reducción en la demanda.
¿Cómo se moverá la gente entonces?
La primera respuesta es que se espera un incremento del uso del vehículo particular por la seguridad de sanitización que presenta, aunque en esas latitudes el costo de uso diario es muy alto.
La segunda respuesta será el uso de medios de movilidad activa propios, que son comunes en algunos países, aunque muchas veces se usan combinados con servicios de transporte público.
La tercera respuesta probable es que ante el aprendizaje de trabajo remoto, tanto de trabajadores como de empleadores, parte de la población incrementará este estilo de trabajo con lo que la movilidad se reducirá.
Para el consultor de la región norte de Países Bajos esta crisis presenta la oportunidad de incrementar las vías para el tránsito con movilidad activa, bicicletas y patines, y mejorarla para que la experiencia y seguridad al usarla se incremente y proteja a los usuarios de los extremos ambientales. De igual forma coincide que el trabajo remoto en casa o en oficinas regionalizadas en las zonas residenciales será una opción y así reducir la inversión en caminos.
Lo cierto es que esta crisis sanitaria, además de provocar otras muchas crisis, como la de la estrepitosa caída de los precios del crudo, como resultado de la drástica reducción del consumo de combustibles y materiales derivados de ese hidrocarburo, también nos forzó a encontrar otras formas para trabajar, vivir y convivir que resultará en algunos casos en formas diferentes de hacer las cosas.
Los que hemos tenido que trabajar e interactuar de forma remota prácticamente todo el día todos los días, y hemos aprendido de sus ventajas, vemos que por las restricciones encontradas es conveniente que en el corto y mediano plazo veamos un cambio de amplios caminos y avenidas por bandas de transmisión de datos cada vez más anchas que faciliten y hagan eficientes las nuevas formas de vivir.
Como toda crisis, ésta nos presenta la oportunidad de salir de ella fortalecidos con una forma más eficiente de vivir.
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