Ante el cambio de autoridades, los empresarios que han apostado sus inversiones en el desarrollo de la infraestructura portuaria del país, ven en el Congreso Portuario que empieza hoy, una excelente oportunidad para trasmitir a las autoridades las problemáticas y retos que se enfrentan, de cara al crecimiento del comercio exterior de México por vía marítima que se tendrá como resultado de la firma del Acuerdo Comercial Transpacífico (TPP) y la expansión de la industria automotriz, entre otros sectores.
Otro tema interesante será observar otros modelos portuarios en América Latina, para conocer lo que se está haciendo en otros países de la región y aprender de las tendencias como punto de comparación con México.
Y es que a juicio de algunos observadores internacionales presentes aquí, México en los 90 se puso a la delantera en la región latinoamericana con la reestructuración de sus puertos, pero en los años recientes, el modelo nacional ha sido rebasado por otros países que han avanzado con una firme atracción de inversiones gracias a la certeza jurídica, un tema en el cual nuestro país perdió terreno en los últimos años.
Lastimosamente, dicen, esta es la historia de los puertos en Latinoamérica. Unos avanzan ahora y luego se retrasan y avanzan otros. Y en mucho tiene que ver con el cambio de autoridades, que implica modificaciones en las estructuras de los puertos. El proceso de aprendizaje y entendimiento toma un tiempo que retrasa a los puertos y luego, cuando ya se aprendió, esas autoridades se van. El problema recurrente es la falta de profesionalismo en los cargos directivos de los puertos y la colocación de funcionarios con base en sus nexos políticos.
Lo mismo está ocurriendo en países como Panamá, Chile, Brasil y México no es la excepción, subrayan.
Afortunadamente, los operadores portuarios privados conocen bien el negocio y lo han hecho prosperar superando las deficiencias de las erráticas políticas; y, en cierto sentido, eso y el crecimiento de la economía de los países de la región que impacta positivamente a los puertos, están ocultando las deficiencias de los administradores portuarios. “Lo que no se alcanza a percibir es lo que los países están perdiendo o dejando de ingresar ante la falta de certeza jurídica y políticas fallidas que ya creíamos superadas en nuestra región. El crecimiento podría ser mayor y se atraería más inversión”, opinó un analista.
México tiene importantes retos de infraestructura también que deberá resolver para no restarle competitividad a la economía en puertos como Manzanillo y Veracruz, donde se generan mayores costos logísticos por la pérdida de eficiencia por los tiempos que los buques tienen que esperar fondeados en altamar, a la espera de turno para poder ingresar al puerto a realizar sus operaciones de carga y descarga.
En Veracruz, algunos buques que vienen para operar ocho horas llegan a pasar hasta 24 horas fondeados a la espera de poder entrar al puerto, se conoció aquí.
En un adelanto que se espera tener de lo que será el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, se prevé que el coordinador general de Puertos y Marina Mercante de la Secretaría (Ministerio) de Comunicaciones y Transportes (SCT), Guillermo Ruiz de Teresa, anuncie la inclusión de la ampliación del puerto de Veracruz, entre otros proyectos clave de infraestructura portuaria que el comercio exterior por vía marítima ya demanda.
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