Este será el primero de una orden de diez embarcaciones de las mismas dimensiones. El contrato se puede extender a otros diez más para hacer un total de 20 Triple-E, como se ha denominado a estos nuevos gigantes del mar, por sus tres grandes objetivos: economía de escala, eficiencia energética y rendimiento ecológico.
La naviera danesa destinará estas nuevas embarcaciones a atender el comercio entre Asia y Europa. Esta es la primera ruta marítima del mundo por el volumen de mercancías que maneja. Y a pesar de la crisis económica que vive el Viejo Continente, Maersk Line estima que en los próximos cinco años seguirá creciendo a un ritmo de entre 5 y 8% anual.
Con la introducción de estas embarcaciones, Maersk Line obtendrá importantes eficiencias en ese competido mercado frente a las otras navieras. Y es que los Triple-E, entre otros beneficios, pueden reducir en un 50% las emisiones de CO2 a la atmósfera por tonelada/kilómetro transportada, en comparación con la media de los buques del sector en esa ruta y 20% menos que el Emma Maersk, el hasta hoy buque más grande de contenedores con capacidad de 15 mil 500 TEUs.
Con 400 metros de largo, 59 metros de ancho y 73 metros de altura, los Triple-E serán los buques más grandes de la actualidad. Tienen capacidad para 18 mil contenedores de veinte pies, un 16% más (2 mil 500 contenedores) que el mayor buque portacontenedores actual, el Emma Maersk.
“Uno de los mayores desafíos que afrontamos en el mundo de hoy es una población y un comercio crecientes y el impacto que van a tener sobre nuestro planeta. El comercio internacional continuará jugando un papel principal en el desarrollo de la economía mundial. Pero para la salud del planeta tenemos que seguir reduciendo nuestras emisiones de CO2. No sólo es una prioridad para nosotros, sino también para nuestros clientes, que dependen de nosotros en su cadena de suministro, y también para un número creciente de consumidores, que cada vez más basan sus decisiones de compra en este tipo de información”, comentó Eivind Kolding, presidente ejecutivo de Maersk Line, al momento de firmar el contrato de compra-venta hace dos años.
Para poner en perspectiva las dimensiones que tendrán los nuevos Triple-E de Maersk Line, con los 18 mil TEUs que podrán transportar, se podría formar un tren de 110 kilómetros de longitud. Si se apilara un contenedor encima de otro, alcanzarían una altura de 47 kilómetros, es decir, muy cerca de rebasar la estratósfera. Se necesitarían 9 mil trailers para descargar o cargar uno de estos barcos.
En el terreno ambiental. Transportar una tonelada de mercancías un kilómetro en un Triple-E emitirá a la atmósfera 3 gramos de CO2, por 18 que emiten los ferrocarriles eléctricos, 47 gramos el autotransporte y 560 el avión.
El costo de cada uno de estos buques es de 190 millones de dólares, por lo que el contrato de Maersk Line con el astillero coreano de Daewoo ascenderá a los 3 mil 800 millones de dólares para la fabricación de 20 unidades. Los diez primeros serán entregados entre el verano de este año y el 2015.
Debido a su diseño, este tipo de embarcación podrá navegar a 23 nudos de velocidad, más o menos 42 kilómetros por hora, lo cual representa que la ruta de China a España se mantendrá en los mismos días de tránsito (20 días) pero con mayor volumen, menos combustible, menos contaminación, y un menor costo logístico que le dará una ventaja comparativa a la naviera.
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