Tras los conflictos en el mar Rojo que impiden el tránsito marítimo regular por el Canal de Suez por las amenazas a la seguridad de los buques mercantes por parte de los grupos hutíes que obligan a dar la vuelta por el cabo de Buena Esperanza, al sur de África, la alternativa de comunicar el Lejano Oriente con el norte de Europa vía la ruta del Ártico, está cobrando más relevancia y, por supuesto, el presidente ruso, Vladimir Putin, está aprovechando esta oportunidad para erigirse en un perdonavidas y dar luz verde al resto de las naciones para que comercien a través de este camino marítimo que es nueve mil kilómetros más corto que el camino tradicional vía el Canal de Suez.
Sin embargo, dado el enrarecido clima geopolítico en el que se encuentra el mundo, se antoja que la propuesta es poco viable, aunque el interés exista por las ventajas que puede significar en este momento la vía acuática alternativa, algo que por supuesto sabe muy bien el presidente ruso.
En fin, aquello parece más una finta en el tablero de ajedrez político global, el cual no está alineado con las corrientes de comercio global en el contexto actual. Así que las tarifas marítimas seguirán impactadas por el secuestro actual en que se encuentran el Canal de Suez mientras el conflicto entre Israel y los palestinos de Hamas se mantengan en guerra.
Goodbye my friend
No son uno ni dos, sino muchos más los operadores mexicanos que han perdido la visa B1 en los Estados Unidos por atender instrucciones de sus jefes al ser sorprendidos haciendo transporte de cabotaje al interior del vecino país. Y la mala es que las empresas y sus jefes que mandatan esta acción al operador no pierden nada en el proceso.
Desde luego que los operadores acusan que la sanción también debería de alcanzar a sus empresas y sus jefes de ser corresponsables y no ser ellos solos los paganos de la sanción. Y es que, es obvio que para evitar que esta práctica violatoria de las leyes del vecino país se vuelva una práctica más o menos común en algunas compañías que intentan pasarse de listas con las leyes del Tío Sam, así debería de ser.
Las lecciones y el tragar sapos deben ser para todos en estricta justicia, sólo así, dicen las víctimas, se aprenderá que la Unión Americana no es México. Aquí el Estado de derecho hay que ir a buscarlo debajo de las piedras, pero allá, se encuentra en el semáforo de la esquina.
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