El crecimiento exponencial del comercio electrónico ha traído consigo una comodidad inigualable para los consumidores, pero también ha desencadenado una realidad innegable: más paquetes, más residuos.
Según un reporte de Oceana, el plástico utilizado en el comercio electrónico no se recicla, generando consecuencias devastadoras para nuestro planeta y sus océanos. El informe advierte que, si no abordamos este problema de manera inmediata, para 2027 el e-commerce producirá cerca de tres mil 298 millones de kilogramos de basura plástica, equivalente a 177 veces el peso del Estadio Azteca.
Y sí, seguramente vienen a su mente las bolsas de plástico protectoras que envolvían y protegían al producto que compraste la semana anterior, entre otros residuos que durante este mes has generado cuando das clic en el botón “Pagar”. La responsabilidad, sin duda, es de todos y la inacción podría costarnos mucho.
Considero que los líderes del sector de la paquetería y logística tenemos la responsabilidad de enfrentar este desafío ambiental y liderar cambios significativos. La visión de un futuro más sustentable no solo es deseable, sino esencial para garantizar que las generaciones futuras hereden un mundo mejor.
Nuevos materiales para el empaque y embalaje
La primera piedra angular en la construcción de un futuro logístico más sostenible radica en la innovación de materiales para el empaque y el embalaje. Es cierto que la protección de los productos durante el transporte es una prioridad, pero también es imperativo reevaluar los materiales que utilizamos. Considero que es prioritario avanzar hacia el incremento en investigación y desarrollo por parte de los proveedores logísticos para crear materiales más resistentes, reutilizables y respetuosos con el medio ambiente.
Imaginemos un escenario donde el embalaje no sea solo una barrera protectora, sino un componente que contribuye activamente a la sostenibilidad. Desde materiales biodegradables hasta innovadoras soluciones de embalaje reutilizable, la inversión en estos desarrollos no solo beneficiaría al medio ambiente, sino que también se convierte en un diferenciador clave para las empresas del sector.
Hoy en día algunas empresas de mensajería y marketplaces están implementando medidas como la adopción de bolsas ecológicas y biodegradables como alternativas a los materiales. Un ejemplo es Amazon, que desde 2015 comenzó con el reemplazo gradual de las bolsas de plástico de un solo uso por sobres de cartón y bolsas de papel 100% reciclables.
Esto contribuye a mitigar la acumulación de residuos plásticos. Además, algunas empresas han dado pasos hacia la sostenibilidad en la flota de transporte, optando por combustibles no contaminantes y vehículos eléctricos. Este cambio hacia modalidades de entrega más amigables con el medio ambiente refleja un compromiso tangible con la reducción de la huella de carbono asociada con las operaciones de envío y recepción de paquetes.
Evolución de los procesos logísticos
El segundo pilar de esta visión futurista recae en la evolución integral de los procesos logísticos. Desde el almacén hasta el transporte y cada punto intermedio, debemos adoptar buenas prácticas que minimicen la huella ambiental. En el almacén, la implementación de tecnologías inteligentes para una gestión eficiente del inventario y la optimización del espacio puede reducir desperdicios y mejorar la eficiencia.
En cuanto al transporte, la transición hacia flotas ecológicas, impulsadas por energías renovables, es esencial. Además, la consolidación de envíos y rutas más eficientes puede reducir drásticamente las emisiones asociadas con las entregas. La cadena de suministro debe convertirse en un ecosistema en el que cada componente trabaje en armonía con el medio ambiente, desde la producción hasta la entrega final.
Por ejemplo, Fedex está invirtiendo en instalaciones eficientes, energías renovables y otros programas de gestión energética. Otro ejemplo es DHL, que reportó recientemente que está reduciendo su huella de carbono mediante el uso de fuentes renovables para la generación del 86% de la energía eléctrica empleada en sus procesos. Estafeta, finalmente, cuenta con un modelo de sostenibilidad empresarial para cuidar los recursos naturales de las comunidades en las que opera, implementado desde 2016.
El futuro logístico sostenible que visualizo no es simplemente un deseo, sino una necesidad urgente. Como líderes de la industria, tenemos la responsabilidad de ser agentes de cambio y dirigirnos hacia un modelo que no sacrifique la comodidad, pero que también sea respetuoso con el planeta.
*Ilan Epelbaum actualmente es director general de Mail Boxes Etc. en México.
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