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“Hay muchas ventajas de subirse al barco, es más barato pero el tiempo de tránsito es más extendido“, explicó.
Agregó que siempre que se tenga en cuenta los tiempos de traslado de la mercancía, la opción de la ruta marítima ahorra costos. El transporte aéreo seguirá siendo el preferido para productos de alto valor agregado así como para las industrias farmacéutica y de alimentos perecederos. Por temas de seguridad y costo, también se emplea para transportar productos tecnológicos.
La división inició el pasado 11 de diciembre el servicio semanal LCL Direct Box (carga menor a la capacidad de un contenedor), que conecta el puerto de Yokohama, en Japón, con el de Manzanillo, reduciendo el tiempo de envío en aproximadamente 10 días. Al tener una carga menor a la capacidad de un contenedor, el cliente puede transportar desde un metro cúbico hasta un pallet, dependiendo de sus necesidades.
“Les ayudamos a no tener que emplear todo el costo o gasto total de un contenedor completo”, explicó, y agregó que pagar únicamente por un metro cúbico, en lugar por el contenedor en total, supone que el cliente sólo abone el 10% de llenar todo el contenedor.
Advirtió que “hay bastantes oportunidades” en la apertura de nuevas rutas de distribución entre México y Asia, en especial con el sur de China. La apuesta por nuevas rutas, explicó, depende de las necesidades del mercado. “Una de las industrias donde más necesidad hay es la automotriz y del consumo y viene con auge muy importante la aeroespacial”, recalcó.