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Yolanda Escobar Anaya, director de Quick Cargo México, explicó a T21 que resulta muy complicado vender el servicio a los importadores porque el precio en el traslado de sus mercancías aumenta “indiscriminadamente” en ciertas temporadas del año.
Antes era muy difícil que los importadores conocieran sobre el comercio internacional, pero ahora ya saben en qué temporadas se van a registrar incrementos en las tarifas, algo que no había ocurrido en tal medida.
Aumentos como el GRI, el BAF, Peak Season, entre otros, impactan considerablemente en el precio de un flete, explicó la directora de Quick Cargo México y, explicó que si un traslado que costaba unos 2 mil 600 dólares, con la aplicación de un BAF de 500 dólares por TEU (medida de contenedor de 20 pies) se estarían pagando mil dólares extras de un flete marítimo, que “anteriormente no se pagaba”.
En el marco de la Asamblea de la Asociación Mexicana de Agentes de Carga (Amacarga), Escobar Anaya sostuvo que con dichos aumentos las compras de los importadores sufren una caída, pues se ven en la necesidad de bajar sus cargas para bajar costos.
“Esperan a que los meses de aumentos pasen para volver a subir más contenedores a sus fletes, porque de lo contrario les afecta mucho”.
Señaló que la Asociación Mexicana de Agentes Navieros (Amanac), debería ser la entidad encargada de supervisar los incrementos en las tarifas, pero señaló que no interfiere en realidad en la asignación de los precios del flete marítimo.
“Los directivos de las navieras en los diferentes países imponen las tarifas y, más bien, se va desenvolviendo de acuerdo a la oferta y la demanda, porque, al menos en México, la Amanac no los regula, más bien los apapacha”, puntualizó.