MÉXICO, DF., 12 de abril.- Apenas en marzo pasado informamos aquí en T21 el descuento que el puerto de Corpus Christi, Texas, hizo a sus tarifas de atraque y muellaje del 25% a las embarcaciones, lo cual representará un ahorro acumulado para las navieras, de 900 mil dólares entre abril y diciembre de este año.
La noticia llama la atención y contrasta con lo ocurrido en algunos puertos del país, particularmente en los de Veracruz y Topolobampo, Sinaloa, en donde no sólo no se otorgan descuentos a las tarifas, sino que además se continúa haciendo un cobro doble a las embarcaciones que salen del puerto a fondear, a la espera de la preparación de sus cargas, y que regresan a los muelles.
Eso, sin importar que el pasado 29 de marzo la Dirección General de Puertos, se pronunció en contra de los cobros dobles que se realizan en el puerto de Veracruz, con base en las leyes de Puertos y en la de Navegación y Comercio Exterior, así como en las reglas de operación del puerto jarocho.
No obstante la resolución de la Dirección General de Puertos; en Veracruz las cosas siguen igual con el argumento de que el oficio en cuestión, firmado por el director general de Puertos, Alejandro Hernández, no fue dirigido a la Administración Portuaria Integral, o a la gerencia de Operaciones, sino a la Asociación Mexicana de Agentes Navieros (Amanac), y sólo se envía copia de enterado al director general de la Administración Portuaria Integral de Veracruz, Ignacio Fernández Carbajal.
Queda claro entonces, que no existe voluntad de modificar una práctica reciente que va contra las reglas y la costumbre, de pasar doble factura a las embarcaciones cuando éstas, después de haber atracado, decidan salir a fondear para esperar su carga y regresen al puerto.
Cada semana existe evidencia de que la política aplicada en el puerto de Veracruz y Topolobampo, no es la regla en los restantes puertos del país. A guisa de ejemplo, está el caso del buque Cielo Di Pisa en el puerto de Manzanillo, el cual atracó en ese puerto el pasado 13 de marzo; el día 14 salió del puerto a fondear; el 15 de marzo volvió a atracar en el puerto y el 20 de marzo zarpó. Y adivine. Sí, todo ello con una sola tarifa de atraque y muellaje. Hay más casos similares en otros puertos donde la práctica de salir a fondear y regresar es cosa común, sin el requisito de volver a pasar a la caja. Por ello, sorprende la postura adoptada en el puerto jarocho.
Los puertos en México son entes autónomos que operan como empresas privadas, pero forman parte del Sistema Portuario Mexicano, es decir, tienen cierto nivel de autonomía, pero forman parte de un todo, donde la congruencia de la práctica tarifaria, acorde al valor de cada infraestructura, debería de ser un criterio común. Por el bien de la imagen institucional, no resulta serio que un puerto del Golfo y otro del Pacífico, tengan prácticas tarifarias diferentes al resto de los puertos que conforman el Sistema Portuario Mexicano, y lo que hace la mayoría, parece ser la regla que ha imperado en los últimos años. ¿Quién impondrá la congruencia?.