En un comunicado emitido por el ministerio del Medio Ambiente holandés (VROM), se destaca que las negociaciones entre los dos gobiernos se suspendieron abruptamente al considerar que las autoridades ambientales de Turquía no estaban en disposición de llegar a un arreglo.
Asimismo, indicó que los turcos rechazaron la propuesta de Holanda de hacerse cargo del material excedente de asbesto que contiene la embarcación para que se permitiera desmantelar el barco en el astillero Simselker.
El ministerio de Medio Ambiente de Turquía señaló a medios locales que no admitiría la entrada del buque por considerar que los astilleros de su país no cuentan con la capacidad para manejar tal cantidad de asbesto, lo cual podría traer consecuencias en la salud de sus habitantes.
Por su parte, organizaciones ambientalistas emprendieron una acción legal para que por ningún motivo atraque el Otapan, pues además sostienen que no pueden aceptar que los holandeses hayan mentido respecto al volumen de asbesto que contenía a bordo, pues de la tonelada reportada por VROM, una investigación posterior descubrió que en realidad eran 54 toneladas.
Aunque el VROM no contempla el regreso del buque a Ámsterdam, luego de haberlo tenido por seiete años, las únicas opciones según el comunicado es enviarlo a Bangladesh, donde regularmente se desmantelan embarcaciones petroleras, o incluso hundirlo en aguas internacionales, lo cual no es definitivo y aún está en estudio.
Cabe mencionar que la autoridad ambiental de Holanda sostiene que la información de que el Otapan llevaba sólo una tonelada de asbesto fue un reporte impreciso por parte del dueño Basilisk, que se convirtió en su propietario luego de adquirir los bienes de la empresa mexicana Compañía Naviera Minera del Golfo (Navimin), que entró en bancarrota.