Esta disminución es aún más llamativa si se tiene en cuenta que en ese mismo período de tiempo, es decir, en los últimos seis años, el aumento del tráfico de contenedores en el sistema portuario español fue del 57 por ciento.
"No se debe renunciar al tráfico de contenedores», subrayó Polo Sánchez, para quien la especialización de El Musel en el movimiento de graneles sólidos, en el que es el primer puerto español por volumen de tráfico, tiene peligros: «La aplicación del Protocolo de Kioto puede suponer un riesgo".
El profesor hizo estos comentarios en una jornada técnica sobre las autopistas del mar que organizó, en el edificio de la antigua rula, la delegación territorial de Asturias de la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España. "La asignatura pendiente es la de la carga general", añadió.
La espectacular caída del tráfico de contenedores en estos últimos seis años está relacionada con la marcha de Contenemar, que opera ahora en el puerto de Avilés, y la de Maersk, que en mayo de 2005 dejó su escala gijonesa en favor de Bilbao. El presidente de la Autoridad Portuaria, Fernando Menéndez Rexach, ha puesto en marcha una estrategia para tratar de captar nuevos tráficos, en concreto los de mercancía general.
El pasado 14 de marzo se abrió una nueva línea de contenedores, con la naviera United Feeder Services (UFS), que enlaza El Musel con las dársenas de Lisboa, Algeciras y Barcelona, entre otras. También se ha cerrado un acuerdo, a través de la francesa CMA-CGM, para conectar Gijón con Rotterdam (el mayor puerto europeo y el séptimo del mundo, tras los asiáticos) y el puerto mexicano de Veracruz.
Polo Sánchez defendió ayer las posibilidades de El Musel, más a partir de su ampliación con la construcción de un nuevo dique de abrigo, como plataforma logística. A su juicio, el futuro puede estar en el aumento de la mercancía general y en la posibilidad de conexiones con Estados Unidos y Asia. Pero no es suficiente con la ampliación: "Debe ir acompañada de una acción comercial, de marketing".
En la jornada, además de Polo Sánchez, también intervinieron Pedro Suárez, que habló de puertos y lugares de refugio ante casos como los del «Prestige» o el «Erika»; Alberto Camarero, que analizó los índices de calidad de Gijón en el «short sea shipping», cuya potencialidad explicó Humberto Moyano, jefe de Gestión de la Autoridad Portuaria.
Esta disminución es aún más llamativa si se tiene en cuenta que en ese mismo período de tiempo, es decir, en los últimos seis años, el aumento del tráfico de contenedores en el sistema portuario español fue del 57 por ciento.
"No se debe renunciar al tráfico de contenedores», subrayó Polo Sánchez, para quien la especialización de El Musel en el movimiento de graneles sólidos, en el que es el primer puerto español por volumen de tráfico, tiene peligros: «La aplicación del Protocolo de Kioto puede suponer un riesgo".
El profesor hizo estos comentarios en una jornada técnica sobre las autopistas del mar que organizó, en el edificio de la antigua rula, la delegación territorial de Asturias de la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España. "La asignatura pendiente es la de la carga general", añadió.
La espectacular caída del tráfico de contenedores en estos últimos seis años está relacionada con la marcha de Contenemar, que opera ahora en el puerto de Avilés, y la de Maersk, que en mayo de 2005 dejó su escala gijonesa en favor de Bilbao. El presidente de la Autoridad Portuaria, Fernando Menéndez Rexach, ha puesto en marcha una estrategia para tratar de captar nuevos tráficos, en concreto los de mercancía general.
El pasado 14 de marzo se abrió una nueva línea de contenedores, con la naviera United Feeder Services (UFS), que enlaza El Musel con las dársenas de Lisboa, Algeciras y Barcelona, entre otras. También se ha cerrado un acuerdo, a través de la francesa CMA-CGM, para conectar Gijón con Rotterdam (el mayor puerto europeo y el séptimo del mundo, tras los asiáticos) y el puerto mexicano de Veracruz.
Polo Sánchez defendió ayer las posibilidades de El Musel, más a partir de su ampliación con la construcción de un nuevo dique de abrigo, como plataforma logística. A su juicio, el futuro puede estar en el aumento de la mercancía general y en la posibilidad de conexiones con Estados Unidos y Asia. Pero no es suficiente con la ampliación: "Debe ir acompañada de una acción comercial, de marketing".
En la jornada, además de Polo Sánchez, también intervinieron Pedro Suárez, que habló de puertos y lugares de refugio ante casos como los del «Prestige» o el «Erika»; Alberto Camarero, que analizó los índices de calidad de Gijón en el «short sea shipping», cuya potencialidad explicó Humberto Moyano, jefe de Gestión de la Autoridad Portuaria.
Esta disminución es aún más llamativa si se tiene en cuenta que en ese mismo período de tiempo, es decir, en los últimos seis años, el aumento del tráfico de contenedores en el sistema portuario español fue del 57 por ciento.
"No se debe renunciar al tráfico de contenedores», subrayó Polo Sánchez, para quien la especialización de El Musel en el movimiento de graneles sólidos, en el que es el primer puerto español por volumen de tráfico, tiene peligros: «La aplicación del Protocolo de Kioto puede suponer un riesgo".
El profesor hizo estos comentarios en una jornada técnica sobre las autopistas del mar que organizó, en el edificio de la antigua rula, la delegación territorial de Asturias de la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España. "La asignatura pendiente es la de la carga general", añadió.
La espectacular caída del tráfico de contenedores en estos últimos seis años está relacionada con la marcha de Contenemar, que opera ahora en el puerto de Avilés, y la de Maersk, que en mayo de 2005 dejó su escala gijonesa en favor de Bilbao. El presidente de la Autoridad Portuaria, Fernando Menéndez Rexach, ha puesto en marcha una estrategia para tratar de captar nuevos tráficos, en concreto los de mercancía general.
El pasado 14 de marzo se abrió una nueva línea de contenedores, con la naviera United Feeder Services (UFS), que enlaza El Musel con las dársenas de Lisboa, Algeciras y Barcelona, entre otras. También se ha cerrado un acuerdo, a través de la francesa CMA-CGM, para conectar Gijón con Rotterdam (el mayor puerto europeo y el séptimo del mundo, tras los asiáticos) y el puerto mexicano de Veracruz.
Polo Sánchez defendió ayer las posibilidades de El Musel, más a partir de su ampliación con la construcción de un nuevo dique de abrigo, como plataforma logística. A su juicio, el futuro puede estar en el aumento de la mercancía general y en la posibilidad de conexiones con Estados Unidos y Asia. Pero no es suficiente con la ampliación: "Debe ir acompañada de una acción comercial, de marketing".
En la jornada, además de Polo Sánchez, también intervinieron Pedro Suárez, que habló de puertos y lugares de refugio ante casos como los del «Prestige» o el «Erika»; Alberto Camarero, que analizó los índices de calidad de Gijón en el «short sea shipping», cuya potencialidad explicó Humberto Moyano, jefe de Gestión de la Autoridad Portuaria.
Esta disminución es aún más llamativa si se tiene en cuenta que en ese mismo período de tiempo, es decir, en los últimos seis años, el aumento del tráfico de contenedores en el sistema portuario español fue del 57 por ciento.
"No se debe renunciar al tráfico de contenedores», subrayó Polo Sánchez, para quien la especialización de El Musel en el movimiento de graneles sólidos, en el que es el primer puerto español por volumen de tráfico, tiene peligros: «La aplicación del Protocolo de Kioto puede suponer un riesgo".
El profesor hizo estos comentarios en una jornada técnica sobre las autopistas del mar que organizó, en el edificio de la antigua rula, la delegación territorial de Asturias de la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España. "La asignatura pendiente es la de la carga general", añadió.
La espectacular caída del tráfico de contenedores en estos últimos seis años está relacionada con la marcha de Contenemar, que opera ahora en el puerto de Avilés, y la de Maersk, que en mayo de 2005 dejó su escala gijonesa en favor de Bilbao. El presidente de la Autoridad Portuaria, Fernando Menéndez Rexach, ha puesto en marcha una estrategia para tratar de captar nuevos tráficos, en concreto los de mercancía general.
El pasado 14 de marzo se abrió una nueva línea de contenedores, con la naviera United Feeder Services (UFS), que enlaza El Musel con las dársenas de Lisboa, Algeciras y Barcelona, entre otras. También se ha cerrado un acuerdo, a través de la francesa CMA-CGM, para conectar Gijón con Rotterdam (el mayor puerto europeo y el séptimo del mundo, tras los asiáticos) y el puerto mexicano de Veracruz.
Polo Sánchez defendió ayer las posibilidades de El Musel, más a partir de su ampliación con la construcción de un nuevo dique de abrigo, como plataforma logística. A su juicio, el futuro puede estar en el aumento de la mercancía general y en la posibilidad de conexiones con Estados Unidos y Asia. Pero no es suficiente con la ampliación: "Debe ir acompañada de una acción comercial, de marketing".
En la jornada, además de Polo Sánchez, también intervinieron Pedro Suárez, que habló de puertos y lugares de refugio ante casos como los del «Prestige» o el «Erika»; Alberto Camarero, que analizó los índices de calidad de Gijón en el «short sea shipping», cuya potencialidad explicó Humberto Moyano, jefe de Gestión de la Autoridad Portuaria.
Esta disminución es aún más llamativa si se tiene en cuenta que en ese mismo período de tiempo, es decir, en los últimos seis años, el aumento del tráfico de contenedores en el sistema portuario español fue del 57 por ciento.
"No se debe renunciar al tráfico de contenedores», subrayó Polo Sánchez, para quien la especialización de El Musel en el movimiento de graneles sólidos, en el que es el primer puerto español por volumen de tráfico, tiene peligros: «La aplicación del Protocolo de Kioto puede suponer un riesgo".
El profesor hizo estos comentarios en una jornada técnica sobre las autopistas del mar que organizó, en el edificio de la antigua rula, la delegación territorial de Asturias de la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España. "La asignatura pendiente es la de la carga general", añadió.
La espectacular caída del tráfico de contenedores en estos últimos seis años está relacionada con la marcha de Contenemar, que opera ahora en el puerto de Avilés, y la de Maersk, que en mayo de 2005 dejó su escala gijonesa en favor de Bilbao. El presidente de la Autoridad Portuaria, Fernando Menéndez Rexach, ha puesto en marcha una estrategia para tratar de captar nuevos tráficos, en concreto los de mercancía general.
El pasado 14 de marzo se abrió una nueva línea de contenedores, con la naviera United Feeder Services (UFS), que enlaza El Musel con las dársenas de Lisboa, Algeciras y Barcelona, entre otras. También se ha cerrado un acuerdo, a través de la francesa CMA-CGM, para conectar Gijón con Rotterdam (el mayor puerto europeo y el séptimo del mundo, tras los asiáticos) y el puerto mexicano de Veracruz.
Polo Sánchez defendió ayer las posibilidades de El Musel, más a partir de su ampliación con la construcción de un nuevo dique de abrigo, como plataforma logística. A su juicio, el futuro puede estar en el aumento de la mercancía general y en la posibilidad de conexiones con Estados Unidos y Asia. Pero no es suficiente con la ampliación: "Debe ir acompañada de una acción comercial, de marketing".
En la jornada, además de Polo Sánchez, también intervinieron Pedro Suárez, que habló de puertos y lugares de refugio ante casos como los del «Prestige» o el «Erika»; Alberto Camarero, que analizó los índices de calidad de Gijón en el «short sea shipping», cuya potencialidad explicó Humberto Moyano, jefe de Gestión de la Autoridad Portuaria.
Esta disminución es aún más llamativa si se tiene en cuenta que en ese mismo período de tiempo, es decir, en los últimos seis años, el aumento del tráfico de contenedores en el sistema portuario español fue del 57 por ciento.
"No se debe renunciar al tráfico de contenedores», subrayó Polo Sánchez, para quien la especialización de El Musel en el movimiento de graneles sólidos, en el que es el primer puerto español por volumen de tráfico, tiene peligros: «La aplicación del Protocolo de Kioto puede suponer un riesgo".
El profesor hizo estos comentarios en una jornada técnica sobre las autopistas del mar que organizó, en el edificio de la antigua rula, la delegación territorial de Asturias de la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España. "La asignatura pendiente es la de la carga general", añadió.
La espectacular caída del tráfico de contenedores en estos últimos seis años está relacionada con la marcha de Contenemar, que opera ahora en el puerto de Avilés, y la de Maersk, que en mayo de 2005 dejó su escala gijonesa en favor de Bilbao. El presidente de la Autoridad Portuaria, Fernando Menéndez Rexach, ha puesto en marcha una estrategia para tratar de captar nuevos tráficos, en concreto los de mercancía general.
El pasado 14 de marzo se abrió una nueva línea de contenedores, con la naviera United Feeder Services (UFS), que enlaza El Musel con las dársenas de Lisboa, Algeciras y Barcelona, entre otras. También se ha cerrado un acuerdo, a través de la francesa CMA-CGM, para conectar Gijón con Rotterdam (el mayor puerto europeo y el séptimo del mundo, tras los asiáticos) y el puerto mexicano de Veracruz.
Polo Sánchez defendió ayer las posibilidades de El Musel, más a partir de su ampliación con la construcción de un nuevo dique de abrigo, como plataforma logística. A su juicio, el futuro puede estar en el aumento de la mercancía general y en la posibilidad de conexiones con Estados Unidos y Asia. Pero no es suficiente con la ampliación: "Debe ir acompañada de una acción comercial, de marketing".
En la jornada, además de Polo Sánchez, también intervinieron Pedro Suárez, que habló de puertos y lugares de refugio ante casos como los del «Prestige» o el «Erika»; Alberto Camarero, que analizó los índices de calidad de Gijón en el «short sea shipping», cuya potencialidad explicó Humberto Moyano, jefe de Gestión de la Autoridad Portuaria.
Esta disminución es aún más llamativa si se tiene en cuenta que en ese mismo período de tiempo, es decir, en los últimos seis años, el aumento del tráfico de contenedores en el sistema portuario español fue del 57 por ciento.
"No se debe renunciar al tráfico de contenedores», subrayó Polo Sánchez, para quien la especialización de El Musel en el movimiento de graneles sólidos, en el que es el primer puerto español por volumen de tráfico, tiene peligros: «La aplicación del Protocolo de Kioto puede suponer un riesgo".
El profesor hizo estos comentarios en una jornada técnica sobre las autopistas del mar que organizó, en el edificio de la antigua rula, la delegación territorial de Asturias de la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España. "La asignatura pendiente es la de la carga general", añadió.
La espectacular caída del tráfico de contenedores en estos últimos seis años está relacionada con la marcha de Contenemar, que opera ahora en el puerto de Avilés, y la de Maersk, que en mayo de 2005 dejó su escala gijonesa en favor de Bilbao. El presidente de la Autoridad Portuaria, Fernando Menéndez Rexach, ha puesto en marcha una estrategia para tratar de captar nuevos tráficos, en concreto los de mercancía general.
El pasado 14 de marzo se abrió una nueva línea de contenedores, con la naviera United Feeder Services (UFS), que enlaza El Musel con las dársenas de Lisboa, Algeciras y Barcelona, entre otras. También se ha cerrado un acuerdo, a través de la francesa CMA-CGM, para conectar Gijón con Rotterdam (el mayor puerto europeo y el séptimo del mundo, tras los asiáticos) y el puerto mexicano de Veracruz.
Polo Sánchez defendió ayer las posibilidades de El Musel, más a partir de su ampliación con la construcción de un nuevo dique de abrigo, como plataforma logística. A su juicio, el futuro puede estar en el aumento de la mercancía general y en la posibilidad de conexiones con Estados Unidos y Asia. Pero no es suficiente con la ampliación: "Debe ir acompañada de una acción comercial, de marketing".
En la jornada, además de Polo Sánchez, también intervinieron Pedro Suárez, que habló de puertos y lugares de refugio ante casos como los del «Prestige» o el «Erika»; Alberto Camarero, que analizó los índices de calidad de Gijón en el «short sea shipping», cuya potencialidad explicó Humberto Moyano, jefe de Gestión de la Autoridad Portuaria.
Esta disminución es aún más llamativa si se tiene en cuenta que en ese mismo período de tiempo, es decir, en los últimos seis años, el aumento del tráfico de contenedores en el sistema portuario español fue del 57 por ciento.
"No se debe renunciar al tráfico de contenedores», subrayó Polo Sánchez, para quien la especialización de El Musel en el movimiento de graneles sólidos, en el que es el primer puerto español por volumen de tráfico, tiene peligros: «La aplicación del Protocolo de Kioto puede suponer un riesgo".
El profesor hizo estos comentarios en una jornada técnica sobre las autopistas del mar que organizó, en el edificio de la antigua rula, la delegación territorial de Asturias de la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España. "La asignatura pendiente es la de la carga general", añadió.
La espectacular caída del tráfico de contenedores en estos últimos seis años está relacionada con la marcha de Contenemar, que opera ahora en el puerto de Avilés, y la de Maersk, que en mayo de 2005 dejó su escala gijonesa en favor de Bilbao. El presidente de la Autoridad Portuaria, Fernando Menéndez Rexach, ha puesto en marcha una estrategia para tratar de captar nuevos tráficos, en concreto los de mercancía general.
El pasado 14 de marzo se abrió una nueva línea de contenedores, con la naviera United Feeder Services (UFS), que enlaza El Musel con las dársenas de Lisboa, Algeciras y Barcelona, entre otras. También se ha cerrado un acuerdo, a través de la francesa CMA-CGM, para conectar Gijón con Rotterdam (el mayor puerto europeo y el séptimo del mundo, tras los asiáticos) y el puerto mexicano de Veracruz.
Polo Sánchez defendió ayer las posibilidades de El Musel, más a partir de su ampliación con la construcción de un nuevo dique de abrigo, como plataforma logística. A su juicio, el futuro puede estar en el aumento de la mercancía general y en la posibilidad de conexiones con Estados Unidos y Asia. Pero no es suficiente con la ampliación: "Debe ir acompañada de una acción comercial, de marketing".
En la jornada, además de Polo Sánchez, también intervinieron Pedro Suárez, que habló de puertos y lugares de refugio ante casos como los del «Prestige» o el «Erika»; Alberto Camarero, que analizó los índices de calidad de Gijón en el «short sea shipping», cuya potencialidad explicó Humberto Moyano, jefe de Gestión de la Autoridad Portuaria.