El T-MEC, aún en espera de la última ratificación por parte de Canadá, establece nuevos requerimientos u obligaciones en el sector automotor para que las empresas involucradas aprovechen sus “bondades”; por ejemplo, que el valor del contenido regional (VCR) de un auto nuevo producido en la región norteamericana pase del actual 62.5% a 75% en tres años.
Así también se ha negociado que las autopartes de los vehículos ligeros alcancen un 75% para las partes centrales, 70% en principales y 65% en las complementarias, desde el actual 60 por ciento. Los vehículos pesados, a su vez, pasarán de 60% a 70% en sus partes centrales, en un periodo de siete años.
“Si no tenemos y si no conocemos bien cuáles van a ser estas reglas del juego, entonces va a ser difícil el poder planear qué vamos a hacer (…) cómo vamos a tener que adaptar nuestra cadena de suministros para cumplir con estos requisitos en los periodos aplicables”, dijo Berenice Egure, Socia de Comercio Internacional y Aduanas de KPMG, una firma de consultoría, durante su participación en el Automotive Logistics México 2020.
Egure también recordó que el T-MEC exige en las reglas de contenido que el 70% del aluminio y el acero que se utilice en los procesos productivos sea originario de la región; así como el que 40-45% del contenido de los vehículos sea realizado por trabajadores con un salario de al menos 16 dólares la hora.
“Es urgente, para efecto de la tramitología en la importación y exportación de vehículos, el acordar las reglas uniformes, no vamos a estar a tiempo dentro de todo lo que son los procesos de comercio exterior, tanto de las empresas automotrices como de la propia aduana mexicana, para poder cumplir si no se tiene un trabajo mucho más acelerado por parte de los tres gobiernos en esta materia”, aseguró Guillermo Rosales, Director General Adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), también presente en el evento.
Tanto Egure como Rosales compartieron micrófono en la conferencia titulada Trámites de aduana ágiles y comercio sin fricciones. Más temprano en el evento estuvo presente Jesús Seade, Subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores y jefe negociador del T-MEC para el actual gobierno federal, quien mencionara que se tiene una veintena de asuntos pendientes previo a la entrada en vigor del T-MEC (aún sin fecha precisa), como el tema de las reglamentaciones uniformes.
“Todo esto son cosas que está haciendo la Secretaría de Economía y están haciendo un buen progreso. Han creado un grupito para recibir apoyos de otras secretarías, pero es básicamente lo que están llevando ellos”, dijo Seade ante más de una centena de asistentes al evento, la mayoría perteneciente al sector logístico automotriz.
La preocupación, por ahora, se basa en la incertidumbre de no saber cómo se medirán estas nuevas obligaciones para el sector automotor que traerá el T-MEC una vez que entre en vigor. “Se pueden medir por planta, año, modelo, línea de producción, por RFC y la forma en la que se mida el resultado puede ser completamente distinto”, afirmó Beatriz Egure, de KPMG.
Ante dicha incertidumbre en el sector, Seade aseguró que “pasaría el mensaje” a la Secretaría de Economía para que el sector industrial involucrado sea tomado en cuenta en esta definición de reglamentaciones.
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Como un segundo punto prioritario dentro de esa veintena de pendientes, Seade también colocó la elección del panel que representará a México en la solución de controversias, un instrumento comercial que ha sido esencial en el avance en las negociaciones del T-MEC.
“Más les vale que se acuerden que tienen que ser antes de que entre en vigor (el T-MEC)”, remató Seade.
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