Y es que el pasado viernes 7 de septiembre dio inicio el proyecto demostrativo para el cruce de camiones de carga entre ambos países, el cual contempla permitir en el primer mes de prueba a un total de 25 empresas transportistas de cada país, las cuales podrán ofrecer servicio hacia la totalidad del territorio vecino, y no sólo en la franja comercial, como se venía haciendo.
Aunque a este programa piloto se oponen organismos transportistas mexicanos y norteamericanos, como es el caso de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) y los Teamsters, respectivamente, para Norma Suárez, este tipo de medidas facilitan la labor de los exportadores e importadores, quienes enfrentan un alto costo logístico en México.
Se estima que las empresas mexicanas gastan en transporte y logística un 15% de sus ingresos, mientras que la media a nivel mundial es de un siete por ciento.
Cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) señalan que México eroga en este rubro un 3.8% del Producto Interno Bruto, en tanto que Estados Unidos no alcanza los dos puntos porcentuales.
“En México el costo es alto y cuando eres un exportador pequeño o mediano e intentas acceder a mercados internacionales tienes que cuidar mucho este rubro”, opinó.
México concentra un 80% de su comercio con Estados Unidos, el cual ascendió a 173 mil millones de dólares en el primer semestre; de éste, más de un 70% se realiza mediante el cruce de camiones en frontera.