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El viernes pasado se llevó a cabo el lanzamiento de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEP por sus siglas en inglés), en el que participan los gobiernos de Barbados, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay.
En la reunión virtual que sostuvieron los representantes de cada país, reconocieron que la recuperación económica de la pandemia, así como de las presiones inflacionistas mundiales y la consecución de un crecimiento sostenible, exigen una mayor colaboración regional.
En su oportunidad, la secretaria de Economía de México, Raquel Buenrostro, destacó que es importante la inclusión económica de los sectores menos beneficiados de la región, así como la importancia de la protección del medio ambiente y el reforzamiento de las cadenas de suministro.
“Otro aspecto de suma importancia para la región sin lugar a dudas es el reforzamiento de las cadenas de suministro en industrias estratégicas, y aunque este es considerado por muchos como un objetivo en extremo retador, estamos seguros que la región cuenta con los recursos materiales y principalmente con los recursos humanos para salir avante en tan importante tarea”, aseguró.
En este sentido, de acuerdo con el documento de declaración conjunta de la sesión, compartido por la Secretaría de Economía (SE), los países acordaron trabajar por el bien de la economía regional, enfocándose en que todos se beneficien por igual.
Así, las naciones que conforman esta alianza buscarán una mayor integración económica de la región, además de un entorno de “confianza y seguridad en la economía digital, e impulsar infraestructuras y plataformas digitales seguras y resilientes”.
“Buscamos aumentar la colaboración en materia de aduanas, facilitación del comercio, logística y buenas prácticas reglamentarias; abordar los obstáculos no arancelarios; y promover inversiones sostenibles de calidad”, dicta uno de los puntos del documento.
En este sentido, se estableció que se trabajará en las cadenas de valor para potenciar la competitividad y reforzar su resiliencia, “ampliando vínculos comerciales regionales, así como fomentar las infraestructuras de calidad”.
Asimismo, los países acordaron luchar contra la crisis climática, buscando oportunidades a través de la mitigación, adaptación y resiliencia, así como por medio de energía limpia y renovable y de eficiencias energéticas.
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