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La Organización Mundial del Comercio (OMC) dio a conocer que en septiembre de 2022 el Barómetro del Comercio de Mercancías registró números por debajo del valor de referencia del índice y al indicador anterior de 100, situándose en 96.2, lo que refleja la contracción de la demanda de bienes objeto de comercio.
Con esto, la OMC indicó que el crecimiento del comercio probablemente se debilitará en los últimos meses de 2022 y a principios de 2023, ya que la economía mundial sigue afrontando fuertes vientos en contra.
La divergencia reciente entre los índices, como se vio en 2021 y 2022, podría explicarse por retrasos en los envíos de bienes derivados de las interrupciones en la cadena de suministro desde la pandemia.
La caída en el barómetro de bienes es consistente con el pronóstico comercial de la OMC del 5 de octubre, que pronosticó un crecimiento del volumen del comercio de bienes del 3.5% en 2022 y del 1% en 2023 debido a varios shocks relacionados con la guerra en Ucrania, los altos precios de la energía, el cambio monetario y ajuste en las principales economías.
El comercio de mercancías registró un incremento interanual del 4.7% en el segundo trimestre tras crecer un 4.8% en el primer trimestre, por lo que, para que el pronóstico se cumpla, el crecimiento del comercio tendría que promediar alrededor del 2.4% interanual en la segunda mitad de 2022.
El índice del barómetro se vio lastrado por lecturas negativas en los subíndices que representan los pedidos de exportación (91.7), el flete aéreo (93.3) y los componentes electrónicos (91.0). Juntos, estos sugieren un enfriamiento de la confianza empresarial y una demanda mundial de importaciones más débil.
Los índices de transporte de contenedores (99.3) y materias primas (97.6) terminaron ligeramente por debajo de la tendencia, pero han perdido impulso.
La principal excepción es el índice de productos automotrices (103.8), que superó la tendencia debido a las mayores ventas de vehículos en los Estados Unidos, y al aumento de las exportaciones de Japón a medida que mejoraron las condiciones de suministro y el yen siguió depreciándose.
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