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La ACP considera esta semana como crítica para tomar una decisión, en función de que el proyecto se reinicie lo antes posible, y así se lo transmitió a los representantes del contratista,
indicó la entidad en un comunicado.
El Grupo Unidos por el Canal (GUPC), integrado por la española Sacyr, la italiana Impregilo, la belga Jan De Nul y la panameña CUSA, suspendió los trabajos el 5 de febrero al argumentar falta de liquidez por sobrecostos por mil 600 millones de dólares.
Durante este martes, directivos de las dos partes “realizaron una conferencia telefónica donde repasaron los principales puntos como tiempos de entrega de las compuertas, forma y fondo de la terminación del proyecto, entre otros”. “En vista de que no se terminaron de evacuar todos los temas, las partes acordaron retomar las conversaciones el miércoles”, explicó la ACP.
Quijano anunció la semana pasada que las partes habían llegado a acuerdos en 14 de 15 puntos, pero “en el momento de estructurar por escrito esos acercamientos, resaltaron serios desacuerdos”, explicó la entidad. La ACP insistió en la reanudación de los trabajos con su propuesta de que cada parte desembolse 100 millones de dólares, “mientras los otros elementos de un acuerdo mayor terminan de integrarse”.
La semana pasada, Quijano dijo que en caso de fracasar las negociaciones, la alternativa B sería retomar los trabajos por cuenta propia ante el eventual rompimiento del contrato por tres mil 221 millones de dólares, suscrito en 2009.
Banco Europeo de Inversiones descarta aumentar financiamiento
Por otra parte, el presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Werner Hoyer, descartó hoy que esta institución aumente su financiamiento para la ampliación del Canal de Panamá, y precisó que “no hay peticiones adicionales”. El BEI concedió a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) un crédito de 500 millones de euros para las obras de ampliación.
El banquero pidió que el contencioso acerca del sobrecosto de mil 600 millones de dólares reclamado por el consorcio Grupo Unidos por el Canal, que encabeza la española Sacyr, y rechazado por la ACP, se solucione “dentro del contrato” que mantienen.
Es de enorme importancia estratégica para Europa que este proyecto llegue a buen término, porque tendrá un impacto en la logística para Europa, América del Norte y del Sur, así como para la conexión entre Asia y Europa, y entre Asia y la costa este de Estados Unidos,
subrayó.