De acuerdo con industriales del ramo, el sector está en peligro de desaparecer, ya que desde enero México competirá con un país que, aunque es deficitario en producción de azúcar, tiene amplias posibilidades de inundar al mercado mexicano con dulce proveniente de otros países y con fructosa de maíz.
La fructosa –jarabe hecho con base en maíz o remolacha usado por las embotelladoras de refrescos– dejará de pagar un arancel del 210 por ciento cuando se abra totalmente el mercado de azúcar, maíz, frijol y leche.
Los ingenios mexicanos producen 5.6 millones de toneladas de azúcar para un consumo de 4.8 millones, pero tienen costos laborales más altos y pagan la caña a un precio 17 por ciento mayor que los estadounidenses.
"Si nos descuidamos y no hacemos nuestra chamba todos -y todos significa cañeros, industriales y Gobierno-, esto va o puede desaparecer", alertó Eduardo De la Vega, presidente de Grupo Zucarmex, segundo productor de azúcar en México.
Juan Cortina, presidente de la Cámara Azucarera, destacó los caminos a seguir: "Tenemos que ordenar nuestro mercado con políticas del sector, ése es el primer problema grandote".
"El segundo gran tema -agregó- es el precio de la caña, urge resolverlos porque la apertura está ya a unos días".
De acuerdo con industriales del ramo, el sector está en peligro de desaparecer, ya que desde enero México competirá con un país que, aunque es deficitario en producción de azúcar, tiene amplias posibilidades de inundar al mercado mexicano con dulce proveniente de otros países y con fructosa de maíz.
La fructosa –jarabe hecho con base en maíz o remolacha usado por las embotelladoras de refrescos– dejará de pagar un arancel del 210 por ciento cuando se abra totalmente el mercado de azúcar, maíz, frijol y leche.
Los ingenios mexicanos producen 5.6 millones de toneladas de azúcar para un consumo de 4.8 millones, pero tienen costos laborales más altos y pagan la caña a un precio 17 por ciento mayor que los estadounidenses.
"Si nos descuidamos y no hacemos nuestra chamba todos -y todos significa cañeros, industriales y Gobierno-, esto va o puede desaparecer", alertó Eduardo De la Vega, presidente de Grupo Zucarmex, segundo productor de azúcar en México.
Juan Cortina, presidente de la Cámara Azucarera, destacó los caminos a seguir: "Tenemos que ordenar nuestro mercado con políticas del sector, ése es el primer problema grandote".
"El segundo gran tema -agregó- es el precio de la caña, urge resolverlos porque la apertura está ya a unos días".
De acuerdo con industriales del ramo, el sector está en peligro de desaparecer, ya que desde enero México competirá con un país que, aunque es deficitario en producción de azúcar, tiene amplias posibilidades de inundar al mercado mexicano con dulce proveniente de otros países y con fructosa de maíz.
La fructosa –jarabe hecho con base en maíz o remolacha usado por las embotelladoras de refrescos– dejará de pagar un arancel del 210 por ciento cuando se abra totalmente el mercado de azúcar, maíz, frijol y leche.
Los ingenios mexicanos producen 5.6 millones de toneladas de azúcar para un consumo de 4.8 millones, pero tienen costos laborales más altos y pagan la caña a un precio 17 por ciento mayor que los estadounidenses.
"Si nos descuidamos y no hacemos nuestra chamba todos -y todos significa cañeros, industriales y Gobierno-, esto va o puede desaparecer", alertó Eduardo De la Vega, presidente de Grupo Zucarmex, segundo productor de azúcar en México.
Juan Cortina, presidente de la Cámara Azucarera, destacó los caminos a seguir: "Tenemos que ordenar nuestro mercado con políticas del sector, ése es el primer problema grandote".
"El segundo gran tema -agregó- es el precio de la caña, urge resolverlos porque la apertura está ya a unos días".
De acuerdo con industriales del ramo, el sector está en peligro de desaparecer, ya que desde enero México competirá con un país que, aunque es deficitario en producción de azúcar, tiene amplias posibilidades de inundar al mercado mexicano con dulce proveniente de otros países y con fructosa de maíz.
La fructosa –jarabe hecho con base en maíz o remolacha usado por las embotelladoras de refrescos– dejará de pagar un arancel del 210 por ciento cuando se abra totalmente el mercado de azúcar, maíz, frijol y leche.
Los ingenios mexicanos producen 5.6 millones de toneladas de azúcar para un consumo de 4.8 millones, pero tienen costos laborales más altos y pagan la caña a un precio 17 por ciento mayor que los estadounidenses.
"Si nos descuidamos y no hacemos nuestra chamba todos -y todos significa cañeros, industriales y Gobierno-, esto va o puede desaparecer", alertó Eduardo De la Vega, presidente de Grupo Zucarmex, segundo productor de azúcar en México.
Juan Cortina, presidente de la Cámara Azucarera, destacó los caminos a seguir: "Tenemos que ordenar nuestro mercado con políticas del sector, ése es el primer problema grandote".
"El segundo gran tema -agregó- es el precio de la caña, urge resolverlos porque la apertura está ya a unos días".
De acuerdo con industriales del ramo, el sector está en peligro de desaparecer, ya que desde enero México competirá con un país que, aunque es deficitario en producción de azúcar, tiene amplias posibilidades de inundar al mercado mexicano con dulce proveniente de otros países y con fructosa de maíz.
La fructosa –jarabe hecho con base en maíz o remolacha usado por las embotelladoras de refrescos– dejará de pagar un arancel del 210 por ciento cuando se abra totalmente el mercado de azúcar, maíz, frijol y leche.
Los ingenios mexicanos producen 5.6 millones de toneladas de azúcar para un consumo de 4.8 millones, pero tienen costos laborales más altos y pagan la caña a un precio 17 por ciento mayor que los estadounidenses.
"Si nos descuidamos y no hacemos nuestra chamba todos -y todos significa cañeros, industriales y Gobierno-, esto va o puede desaparecer", alertó Eduardo De la Vega, presidente de Grupo Zucarmex, segundo productor de azúcar en México.
Juan Cortina, presidente de la Cámara Azucarera, destacó los caminos a seguir: "Tenemos que ordenar nuestro mercado con políticas del sector, ése es el primer problema grandote".
"El segundo gran tema -agregó- es el precio de la caña, urge resolverlos porque la apertura está ya a unos días".
De acuerdo con industriales del ramo, el sector está en peligro de desaparecer, ya que desde enero México competirá con un país que, aunque es deficitario en producción de azúcar, tiene amplias posibilidades de inundar al mercado mexicano con dulce proveniente de otros países y con fructosa de maíz.
La fructosa –jarabe hecho con base en maíz o remolacha usado por las embotelladoras de refrescos– dejará de pagar un arancel del 210 por ciento cuando se abra totalmente el mercado de azúcar, maíz, frijol y leche.
Los ingenios mexicanos producen 5.6 millones de toneladas de azúcar para un consumo de 4.8 millones, pero tienen costos laborales más altos y pagan la caña a un precio 17 por ciento mayor que los estadounidenses.
"Si nos descuidamos y no hacemos nuestra chamba todos -y todos significa cañeros, industriales y Gobierno-, esto va o puede desaparecer", alertó Eduardo De la Vega, presidente de Grupo Zucarmex, segundo productor de azúcar en México.
Juan Cortina, presidente de la Cámara Azucarera, destacó los caminos a seguir: "Tenemos que ordenar nuestro mercado con políticas del sector, ése es el primer problema grandote".
"El segundo gran tema -agregó- es el precio de la caña, urge resolverlos porque la apertura está ya a unos días".
De acuerdo con industriales del ramo, el sector está en peligro de desaparecer, ya que desde enero México competirá con un país que, aunque es deficitario en producción de azúcar, tiene amplias posibilidades de inundar al mercado mexicano con dulce proveniente de otros países y con fructosa de maíz.
La fructosa –jarabe hecho con base en maíz o remolacha usado por las embotelladoras de refrescos– dejará de pagar un arancel del 210 por ciento cuando se abra totalmente el mercado de azúcar, maíz, frijol y leche.
Los ingenios mexicanos producen 5.6 millones de toneladas de azúcar para un consumo de 4.8 millones, pero tienen costos laborales más altos y pagan la caña a un precio 17 por ciento mayor que los estadounidenses.
"Si nos descuidamos y no hacemos nuestra chamba todos -y todos significa cañeros, industriales y Gobierno-, esto va o puede desaparecer", alertó Eduardo De la Vega, presidente de Grupo Zucarmex, segundo productor de azúcar en México.
Juan Cortina, presidente de la Cámara Azucarera, destacó los caminos a seguir: "Tenemos que ordenar nuestro mercado con políticas del sector, ése es el primer problema grandote".
"El segundo gran tema -agregó- es el precio de la caña, urge resolverlos porque la apertura está ya a unos días".
De acuerdo con industriales del ramo, el sector está en peligro de desaparecer, ya que desde enero México competirá con un país que, aunque es deficitario en producción de azúcar, tiene amplias posibilidades de inundar al mercado mexicano con dulce proveniente de otros países y con fructosa de maíz.
La fructosa –jarabe hecho con base en maíz o remolacha usado por las embotelladoras de refrescos– dejará de pagar un arancel del 210 por ciento cuando se abra totalmente el mercado de azúcar, maíz, frijol y leche.
Los ingenios mexicanos producen 5.6 millones de toneladas de azúcar para un consumo de 4.8 millones, pero tienen costos laborales más altos y pagan la caña a un precio 17 por ciento mayor que los estadounidenses.
"Si nos descuidamos y no hacemos nuestra chamba todos -y todos significa cañeros, industriales y Gobierno-, esto va o puede desaparecer", alertó Eduardo De la Vega, presidente de Grupo Zucarmex, segundo productor de azúcar en México.
Juan Cortina, presidente de la Cámara Azucarera, destacó los caminos a seguir: "Tenemos que ordenar nuestro mercado con políticas del sector, ése es el primer problema grandote".
"El segundo gran tema -agregó- es el precio de la caña, urge resolverlos porque la apertura está ya a unos días".