Samuel García
Milenio
Terminal 2
Hoy inicia operaciones la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con un montón de cuestionamientos encima.
Quienes hemos usado el aeropuerto de la Ciudad de México sabemos bien, sin ser expertos en infraestructura de transportes, que éste es un aeropuerto agotado. Espacios reducidos para la cantidad de gente que transita por sus pasillos, estacionamientos insuficientes, vialidades escasas y saturadas, aglomeraciones en las salas de espera, sanitarios pequeños, pocas posiciones de embarque para la cantidad de vuelos, lo que origina largas esperas especialmente en días y horas pico, además de los problemas inherentes a la seguridad en un aeropuerto que está ubicado dentro de la Ciudad de México.
A todo lo anterior hay que agregar que una gran cantidad de espacio disponible del aeropuerto se ha destinado a los más diversos comercios que han transformado al principal aeropuerto del país en un centro comercial con terminal aérea. En pocas palabras, tenemos un aeropuerto viejo, ineficiente, caro y con un gran nivel de inseguridad.
La solución salta a la vista: se requiere un nuevo aeropuerto con capacidad para otros 50 años de vida, con instalaciones y servicios acordes a los nuevos requerimientos del viajero, con mayores niveles de seguridad operativa y con vialidades accesibles para la mayor parte de los usuarios de la capital.
Eso no es ninguna novedad para casi todos los ciudadanos que viven en la capital del país especialmente aquellos que, como pasajeros o vecinos, lo padecen diariamente.
Tampoco es ninguna novedad para los inversionistas y empresarios nacionales y extranjeros que están dispuestos a invertir en un proyecto de esta magnitud.
Como tampoco lo es para el colegio de arquitectos o de ingenieros civiles que en varias ocasiones han presentado proyectos para solucionar esta problemática. Los únicos, para quienes sí es un problema sin solución, son los políticos en turno.
Lo fue para Fox y Cerisola quienes, ante su incapacidad para resolver el problema, se embarcaron en proyectos sacados de la manga como el sistema metropolitano de aeropuertos o la construcción de la Terminal 2.
Mas allá de los cuestionamientos acerca de su construcción, la Terminal 2 es un ejemplo del uso —en el mejor de los casos— ineficiente de los recursos públicos. El presidente Calderón y el secretario Téllez tienen la palabra para dar soluciones en serio.
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Gente detrás del dinero
Mauricio Flores
Milenio
Marine Terminal Corporation llega por Puerta México
Este arroz casi se cuece: la estadunidense Marine Terminal Corporation, que encabeza Doug Tilden, negocia con Javier Soriano adquirir en varios millones de dólares la nueva y estratégica terminal multimodal Puerta México en las afueras de Toluca y sólo esperan que Eduardo Pérez Motta y la Cofeco autoricen la transacción.
Puerta México, de 40 hectáreas, se perfila para reemplazar a la agobiada terminal Ferrovalle en Pantaco, DF, respaldando el primer parque industrial que China tendrá en el país, así como la conectividad que ferrocarril Kansas City México, de Michael Haverty, requiere hacia Laredo, y a Ferromex, de Germán Larrea, hacia el puerto de Manzanillo, Colima.
Vaya, en la gira de Enrique Peña Nieto por Japón, Corea y China ofreció infraestructura que, como Puerta México, evitará perder horas preciosas como sucede en el asfixiante caos vehicular que se padece en Pantaco. Y por ello viene la firma china Boda, regida por el empresario Niu Shu, que invertirá 50 millones de dólares en su primer parque industrial en el Edomex.
Pesadilla antes de Navidad
Parece que quieren malograr el megaproyecto Punta Colonet, que promueve Luis Téllez en la SCT: el grupo LAGZA, de Ricardo Zazueta y Carlos Lagos, enfrenta demandas de ejidos y rancheros a los que habría afectado con mil hectáreas en Rosarito, Tijuana, Ensenada y Tecate, con daño a inversiones planeadas por 8 mil millones de dólares. Entre los afectados están Manuel Maldonado, a quien esquilmaron los ranchos El Cuervo, Las Delicias y El Toro, adjudicados a LAGZA por el mismísimo gobierno bajacaliforniano.
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Corporativo
Rogelio Varela
El Financiero
La ruta del dinero…
En serio, mesa para autotransporte
Todo parece indicar que la Mesa Interinstitucional propuesta por el Senado de la República para evaluar la operación del Proyecto Demostrativo de Autotransporte Transfronterizo va en serio. Resulta que mañana finalmente se hará realidad el acuerdo entre los senadores Ricardo García Cervantes y Ángel Heladio Aguirre, presidentes de las Comisiones Unidas de Relaciones Exteriores y de Comunicaciones y Transportes del Senado, respectivamente, y Tirso Martínez, presidente de la Canacar.
Hace ya un mes que las tres partes convinieron realizar ahora sí esta Mesa Interinstitucional, luego de la aprobación de un punto de acuerdo emitido en abril pasado, en el que la Cámara alta urgía al Ejecutivo federal a tomar decisiones para cumplir los preceptos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Y es que los legisladores reconocieron que los poderes Judicial y Ejecutivo deben resolver, de una vez por todas, la anarquía que priva en el autotransporte de carga. Además, a poco más de dos meses de haber entrado en vigor, el Proyecto Demostrativo evidencia un fracaso, pues sólo se han aprobado ocho empresas de las 50 que iban a participar en ese periodo; cinco mexicanas y tres estadounidenses.
Inicia Terminal II del AICM
En una obra que sigue bajo la lupa de los legisladores por sus costos, comienza hoy a operar la Terminal II del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Como es público, Aeromar y Delta estrenarán la ampliación del aeropuerto capitalino que debió estar lista desde el año pasado.
La prueba de fuego se dará en 2008, cuando se mude Aeroméxico, que dirige Andrés Conesa Labastida, además de aerolíneas foráneas como Air France y Continental, que están exigiendo que funcionen todos los servicios para evitar inconvenientes a los usuarios, por lo que todavía hay varios pendientes para ASA, que dirige Ernesto Velasco León, y la entrada en operación será gradual, tal y como se dio con el aeropuerto de Miami, que llevó diez años su construcción y tardó cinco años en lograrse su culminación.
En el caso del AICM, la obra lleva dos años y tiene aproximadamente el doble de extensión, son 242 mil metros cuadrados, lo que no debe verse como una justificación. La Terminal II tiene 23 posiciones de contacto y siete remotas, y albergará al 40 por ciento de los pasajeros de la actual Terminal I, y entre los avances destaca que los nuevos rodajes con los que contará el aeropuerto como sea permitirán aminorar tráfico.
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