Precisó que este es el principal reto de la empresa en esta Administración, y no la declinación del yacimiento de Cantarell, pues en 10 años no se ha invertido en este tipo de infraestructura, ni en almacenamiento.
"Los márgenes operativos para almacenar y distribuir combustible han ido disminuyendo. Estamos revisando la logística de suministro para adelantarnos a las temporadas de mayor demanda para almacenar el producto", destacó.
El punto donde se podría presentar una situación de desabasto es en el centro del País, pues las gasolinas que se consumen en la Ciudad de México son de importación y se introducen por Tuxpan, donde no existen instalaciones adecuadas.
El sitio por el que se importa el combustible es una monoboya, que lo lleva a través de un oleoducto que se hace más angosto al llegar a la zona conurbada de la Ciudad de México.
Ahí, tampoco existen instalaciones adecuadas de almacenamiento y únicamente alcanza para el suministro de dos o tres días, por lo que de presentarse un inconveniente, en poco tiempo los habitantes de la capital pueden quedarse sin combustible.
Por esta zona se introduce una tercera parte del consumo total nacional, de acuerdo con Héctor Olea, director de Gauss, firma de consultoría energética.
Reyes Heroles aseguró que existe un proyecto para hacer un ducto más ancho que traslade combustible desde Tuxpan hasta la ciudad de México y aumentar la capacidad de almacenamiento, pero eso llevará alrededor de 3 años.
Aunque la zona central del País es donde se presenta la situación más crítica, en diciembre pasado Pemex ya vivió problemas de escasez en Los Cabos, dijo Reyes Heroles.
Juan Antonio Bargés, director del Instituto Mexicano para la Competitividad, comentó que por Tuxpan se introducen entre 200 mil y 300 mil barriles diarios de gasolina, una logística complicada para descargarse a través de monoboyas.
Precisó que otro cuello de botella es Tijuana.
Precisó que este es el principal reto de la empresa en esta Administración, y no la declinación del yacimiento de Cantarell, pues en 10 años no se ha invertido en este tipo de infraestructura, ni en almacenamiento.
"Los márgenes operativos para almacenar y distribuir combustible han ido disminuyendo. Estamos revisando la logística de suministro para adelantarnos a las temporadas de mayor demanda para almacenar el producto", destacó.
El punto donde se podría presentar una situación de desabasto es en el centro del País, pues las gasolinas que se consumen en la Ciudad de México son de importación y se introducen por Tuxpan, donde no existen instalaciones adecuadas.
El sitio por el que se importa el combustible es una monoboya, que lo lleva a través de un oleoducto que se hace más angosto al llegar a la zona conurbada de la Ciudad de México.
Ahí, tampoco existen instalaciones adecuadas de almacenamiento y únicamente alcanza para el suministro de dos o tres días, por lo que de presentarse un inconveniente, en poco tiempo los habitantes de la capital pueden quedarse sin combustible.
Por esta zona se introduce una tercera parte del consumo total nacional, de acuerdo con Héctor Olea, director de Gauss, firma de consultoría energética.
Reyes Heroles aseguró que existe un proyecto para hacer un ducto más ancho que traslade combustible desde Tuxpan hasta la ciudad de México y aumentar la capacidad de almacenamiento, pero eso llevará alrededor de 3 años.
Aunque la zona central del País es donde se presenta la situación más crítica, en diciembre pasado Pemex ya vivió problemas de escasez en Los Cabos, dijo Reyes Heroles.
Juan Antonio Bargés, director del Instituto Mexicano para la Competitividad, comentó que por Tuxpan se introducen entre 200 mil y 300 mil barriles diarios de gasolina, una logística complicada para descargarse a través de monoboyas.
Precisó que otro cuello de botella es Tijuana.
Precisó que este es el principal reto de la empresa en esta Administración, y no la declinación del yacimiento de Cantarell, pues en 10 años no se ha invertido en este tipo de infraestructura, ni en almacenamiento.
"Los márgenes operativos para almacenar y distribuir combustible han ido disminuyendo. Estamos revisando la logística de suministro para adelantarnos a las temporadas de mayor demanda para almacenar el producto", destacó.
El punto donde se podría presentar una situación de desabasto es en el centro del País, pues las gasolinas que se consumen en la Ciudad de México son de importación y se introducen por Tuxpan, donde no existen instalaciones adecuadas.
El sitio por el que se importa el combustible es una monoboya, que lo lleva a través de un oleoducto que se hace más angosto al llegar a la zona conurbada de la Ciudad de México.
Ahí, tampoco existen instalaciones adecuadas de almacenamiento y únicamente alcanza para el suministro de dos o tres días, por lo que de presentarse un inconveniente, en poco tiempo los habitantes de la capital pueden quedarse sin combustible.
Por esta zona se introduce una tercera parte del consumo total nacional, de acuerdo con Héctor Olea, director de Gauss, firma de consultoría energética.
Reyes Heroles aseguró que existe un proyecto para hacer un ducto más ancho que traslade combustible desde Tuxpan hasta la ciudad de México y aumentar la capacidad de almacenamiento, pero eso llevará alrededor de 3 años.
Aunque la zona central del País es donde se presenta la situación más crítica, en diciembre pasado Pemex ya vivió problemas de escasez en Los Cabos, dijo Reyes Heroles.
Juan Antonio Bargés, director del Instituto Mexicano para la Competitividad, comentó que por Tuxpan se introducen entre 200 mil y 300 mil barriles diarios de gasolina, una logística complicada para descargarse a través de monoboyas.
Precisó que otro cuello de botella es Tijuana.
Precisó que este es el principal reto de la empresa en esta Administración, y no la declinación del yacimiento de Cantarell, pues en 10 años no se ha invertido en este tipo de infraestructura, ni en almacenamiento.
"Los márgenes operativos para almacenar y distribuir combustible han ido disminuyendo. Estamos revisando la logística de suministro para adelantarnos a las temporadas de mayor demanda para almacenar el producto", destacó.
El punto donde se podría presentar una situación de desabasto es en el centro del País, pues las gasolinas que se consumen en la Ciudad de México son de importación y se introducen por Tuxpan, donde no existen instalaciones adecuadas.
El sitio por el que se importa el combustible es una monoboya, que lo lleva a través de un oleoducto que se hace más angosto al llegar a la zona conurbada de la Ciudad de México.
Ahí, tampoco existen instalaciones adecuadas de almacenamiento y únicamente alcanza para el suministro de dos o tres días, por lo que de presentarse un inconveniente, en poco tiempo los habitantes de la capital pueden quedarse sin combustible.
Por esta zona se introduce una tercera parte del consumo total nacional, de acuerdo con Héctor Olea, director de Gauss, firma de consultoría energética.
Reyes Heroles aseguró que existe un proyecto para hacer un ducto más ancho que traslade combustible desde Tuxpan hasta la ciudad de México y aumentar la capacidad de almacenamiento, pero eso llevará alrededor de 3 años.
Aunque la zona central del País es donde se presenta la situación más crítica, en diciembre pasado Pemex ya vivió problemas de escasez en Los Cabos, dijo Reyes Heroles.
Juan Antonio Bargés, director del Instituto Mexicano para la Competitividad, comentó que por Tuxpan se introducen entre 200 mil y 300 mil barriles diarios de gasolina, una logística complicada para descargarse a través de monoboyas.
Precisó que otro cuello de botella es Tijuana.
Precisó que este es el principal reto de la empresa en esta Administración, y no la declinación del yacimiento de Cantarell, pues en 10 años no se ha invertido en este tipo de infraestructura, ni en almacenamiento.
"Los márgenes operativos para almacenar y distribuir combustible han ido disminuyendo. Estamos revisando la logística de suministro para adelantarnos a las temporadas de mayor demanda para almacenar el producto", destacó.
El punto donde se podría presentar una situación de desabasto es en el centro del País, pues las gasolinas que se consumen en la Ciudad de México son de importación y se introducen por Tuxpan, donde no existen instalaciones adecuadas.
El sitio por el que se importa el combustible es una monoboya, que lo lleva a través de un oleoducto que se hace más angosto al llegar a la zona conurbada de la Ciudad de México.
Ahí, tampoco existen instalaciones adecuadas de almacenamiento y únicamente alcanza para el suministro de dos o tres días, por lo que de presentarse un inconveniente, en poco tiempo los habitantes de la capital pueden quedarse sin combustible.
Por esta zona se introduce una tercera parte del consumo total nacional, de acuerdo con Héctor Olea, director de Gauss, firma de consultoría energética.
Reyes Heroles aseguró que existe un proyecto para hacer un ducto más ancho que traslade combustible desde Tuxpan hasta la ciudad de México y aumentar la capacidad de almacenamiento, pero eso llevará alrededor de 3 años.
Aunque la zona central del País es donde se presenta la situación más crítica, en diciembre pasado Pemex ya vivió problemas de escasez en Los Cabos, dijo Reyes Heroles.
Juan Antonio Bargés, director del Instituto Mexicano para la Competitividad, comentó que por Tuxpan se introducen entre 200 mil y 300 mil barriles diarios de gasolina, una logística complicada para descargarse a través de monoboyas.
Precisó que otro cuello de botella es Tijuana.
Precisó que este es el principal reto de la empresa en esta Administración, y no la declinación del yacimiento de Cantarell, pues en 10 años no se ha invertido en este tipo de infraestructura, ni en almacenamiento.
"Los márgenes operativos para almacenar y distribuir combustible han ido disminuyendo. Estamos revisando la logística de suministro para adelantarnos a las temporadas de mayor demanda para almacenar el producto", destacó.
El punto donde se podría presentar una situación de desabasto es en el centro del País, pues las gasolinas que se consumen en la Ciudad de México son de importación y se introducen por Tuxpan, donde no existen instalaciones adecuadas.
El sitio por el que se importa el combustible es una monoboya, que lo lleva a través de un oleoducto que se hace más angosto al llegar a la zona conurbada de la Ciudad de México.
Ahí, tampoco existen instalaciones adecuadas de almacenamiento y únicamente alcanza para el suministro de dos o tres días, por lo que de presentarse un inconveniente, en poco tiempo los habitantes de la capital pueden quedarse sin combustible.
Por esta zona se introduce una tercera parte del consumo total nacional, de acuerdo con Héctor Olea, director de Gauss, firma de consultoría energética.
Reyes Heroles aseguró que existe un proyecto para hacer un ducto más ancho que traslade combustible desde Tuxpan hasta la ciudad de México y aumentar la capacidad de almacenamiento, pero eso llevará alrededor de 3 años.
Aunque la zona central del País es donde se presenta la situación más crítica, en diciembre pasado Pemex ya vivió problemas de escasez en Los Cabos, dijo Reyes Heroles.
Juan Antonio Bargés, director del Instituto Mexicano para la Competitividad, comentó que por Tuxpan se introducen entre 200 mil y 300 mil barriles diarios de gasolina, una logística complicada para descargarse a través de monoboyas.
Precisó que otro cuello de botella es Tijuana.
Precisó que este es el principal reto de la empresa en esta Administración, y no la declinación del yacimiento de Cantarell, pues en 10 años no se ha invertido en este tipo de infraestructura, ni en almacenamiento.
"Los márgenes operativos para almacenar y distribuir combustible han ido disminuyendo. Estamos revisando la logística de suministro para adelantarnos a las temporadas de mayor demanda para almacenar el producto", destacó.
El punto donde se podría presentar una situación de desabasto es en el centro del País, pues las gasolinas que se consumen en la Ciudad de México son de importación y se introducen por Tuxpan, donde no existen instalaciones adecuadas.
El sitio por el que se importa el combustible es una monoboya, que lo lleva a través de un oleoducto que se hace más angosto al llegar a la zona conurbada de la Ciudad de México.
Ahí, tampoco existen instalaciones adecuadas de almacenamiento y únicamente alcanza para el suministro de dos o tres días, por lo que de presentarse un inconveniente, en poco tiempo los habitantes de la capital pueden quedarse sin combustible.
Por esta zona se introduce una tercera parte del consumo total nacional, de acuerdo con Héctor Olea, director de Gauss, firma de consultoría energética.
Reyes Heroles aseguró que existe un proyecto para hacer un ducto más ancho que traslade combustible desde Tuxpan hasta la ciudad de México y aumentar la capacidad de almacenamiento, pero eso llevará alrededor de 3 años.
Aunque la zona central del País es donde se presenta la situación más crítica, en diciembre pasado Pemex ya vivió problemas de escasez en Los Cabos, dijo Reyes Heroles.
Juan Antonio Bargés, director del Instituto Mexicano para la Competitividad, comentó que por Tuxpan se introducen entre 200 mil y 300 mil barriles diarios de gasolina, una logística complicada para descargarse a través de monoboyas.
Precisó que otro cuello de botella es Tijuana.
Precisó que este es el principal reto de la empresa en esta Administración, y no la declinación del yacimiento de Cantarell, pues en 10 años no se ha invertido en este tipo de infraestructura, ni en almacenamiento.
"Los márgenes operativos para almacenar y distribuir combustible han ido disminuyendo. Estamos revisando la logística de suministro para adelantarnos a las temporadas de mayor demanda para almacenar el producto", destacó.
El punto donde se podría presentar una situación de desabasto es en el centro del País, pues las gasolinas que se consumen en la Ciudad de México son de importación y se introducen por Tuxpan, donde no existen instalaciones adecuadas.
El sitio por el que se importa el combustible es una monoboya, que lo lleva a través de un oleoducto que se hace más angosto al llegar a la zona conurbada de la Ciudad de México.
Ahí, tampoco existen instalaciones adecuadas de almacenamiento y únicamente alcanza para el suministro de dos o tres días, por lo que de presentarse un inconveniente, en poco tiempo los habitantes de la capital pueden quedarse sin combustible.
Por esta zona se introduce una tercera parte del consumo total nacional, de acuerdo con Héctor Olea, director de Gauss, firma de consultoría energética.
Reyes Heroles aseguró que existe un proyecto para hacer un ducto más ancho que traslade combustible desde Tuxpan hasta la ciudad de México y aumentar la capacidad de almacenamiento, pero eso llevará alrededor de 3 años.
Aunque la zona central del País es donde se presenta la situación más crítica, en diciembre pasado Pemex ya vivió problemas de escasez en Los Cabos, dijo Reyes Heroles.
Juan Antonio Bargés, director del Instituto Mexicano para la Competitividad, comentó que por Tuxpan se introducen entre 200 mil y 300 mil barriles diarios de gasolina, una logística complicada para descargarse a través de monoboyas.
Precisó que otro cuello de botella es Tijuana.