Hoy, dos meses después, las empresas situadas en Michoacán, la zona productora de aguacate más importante del mundo, reportan un alza de al menos 30 por ciento en sus exportaciones.
Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, reconoció que no se dan abasto para cubrir la demanda de aguacate mexicano en Estados Unidos.
"Se exagera en la demanda que hay, no se tiene tanta gente para empacar, nosotros quisiéramos empacar todo el día y aún así no lograríamos cumplir con todos los pedidos que vienen de allá", explicó.
Por su parte, Sergio Paz, gerente general del Grupo Comercial Del Monte dio a conocer que antes de la apertura total de las fronteras, "nosotros enviábamos a la semana 80 contenedores y ahorita estamos enviando más de 100".
Destacó que "las ventas se incrementaron bastante" en los 15 centros de distribución que tiene la firma en Estados Unidos, incluidos los que se ubican en California y Florida.
A su vez, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport señaló que los principales estados de destino del aguacate mexicano son Texas, Illinois, Nueva York, Georgia, Colorado, Arizona, Washington, Massachusetts, Maryland, Indiana, Minesota, Kansas, Oregon, Carolina del Norte y Florida.
"Con respecto a la temporada anterior estamos proyectando un incremento superior al 30 por ciento en nuestras exportaciones, de un promedio de diez contenedores que enviábamos a la semana, ahora mandamos 13 o más", precisó.
En su oportunidad, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, dijo que con la caída del muro fitosanitario se espera que las ventas al vecino país del norte pasen de 135 mil toneladas en la cosecha 2005-2006 a más de 180 mil toneladas a finales de este año, especialmente en los estados de California y Florida.
Una nueva amenaza
A mediados de febrero, productores de California presentaron un plan para detener las importaciones de aguacate mexicano a Estados Unidos.
Su principal argumento es que el fruto proveniente de nuestro país está contaminado con una plaga conocida como "escama".
La estrategia de la Comisión del Aguacate de California (CAC, por sus siglas en inglés), se centra en la promoción de una ley estatal que busca imponer nuevas barreras fitosanitarias al producto con el fin de detener su rápido ingreso al mercado doméstico.
Al respecto, la consultoría IQOM Inteligencia Comercial, que preside Herminio Blanco y Jaime Zabludowsky consideró que tendrá que pasar hasta un año para que se reconozca que las empresas nacionales cumplen con todas las reglas de importación. La firma de asesoría aseguró que la medida legislativa es una forma de presión de CAC frente a la venta del fruto mexicano en el principal estado productor de la Unión Americana.
En entrevista, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, reconoció que en California "están tratando de ponernos piedritas en el camino, pero nosotros vamos a tener que hacerlas a un lado, porque el Tratado de Libre Comercio nos da la oportunidad de estar allá".
A decir de Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, la lucha por el control del mercado estadunidense apenas inicia porque los productores de California están haciendo todo lo posible para evitar que ingrese el aguacate de nuestro país a su territorio.
"Ellos están buscando pretextos para impedir que nosotros sigamos mandando embarques, entonces hemos establecido estrategias como entrar por Nogales, ya no por Tijuana, por ejemplo y meter el fruto a California de forma interestatal", detalló.
Espinosa relató que cuando intentó ingresar el producto por Tijuana, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos le exigió entregar una lista con el nombre completo de quiénes sembraron el aguacate, su dirección, su teléfono y el nombre de la huerta donde se recolectó el fruto.
"Cosas que no venían al caso, porque toda esa información la tienen ellos en una base de datos, entonces la primera semana batallamos mucho con los embarques", abundó.
En tanto, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport, destacó que la detección de "escamas" en algunos embarques procedentes de México dieron un nuevo argumento a los productores de aguacate californiano para tratar de restringir las importaciones del fruto hacia Estados Unidos, "sin que hasta ahora se haya comprobado que la plaga representa un peligro fitosanitario real".
Hace dos meses, Rosario Marín, ex tesorera de Estados Unidos, manifestó que la entrada total del aguacate mexicano ayudaría a nivelar los precios del producto ante la escasez que provocaron las nevadas en California, el estado donde actualmente se desempeña como secretaria de la Agencia de Servicios al Estado y al Consumidor.
Según estimaciones de los propios productores, la oferta de aguacate de California se reducirá en por lo menos 25 por ciento debido a los daños causados por las heladas.
Contraatacan productores californianos
Este ha sido un año especialmente difícil para la producción de aguacate en California. A la helada que durante el invierno acabó con gran parte de su cosecha, se le suma el fin de embargo que, desde 1912, tenía el producto mexicano. Con ello, desde el 1 de febrero, las empresas de ese estado —que producen 95% del fruto en EU— han comenzado a sentir el rigor de la competencia de los exportadores mexicanos, y han decidido contraatacar.
Tan sólo hace unos días, la Comisión Californiana del Aguacate (CAC), que agrupa a los casi seis mil 500 productores de ese estado, envió una petición al subsecretario de Agricultura estadunidense, Bruce Knight, para que el estado de California —a través de su Departamento de Alimentos y Agricultura— tenga la autoridad de inspeccionar y regresar el fruto mexicano en el puerto de entrada de Otay. El propósito de la CAC es integrar a las autoridades estatales en los procesos de inspección, autoridades "más sensibles" a las demandas y preocupaciones de los productores locales.
Tanto la CAC como la Sociedad Californiana del Aguacate (CAS), argumentan que el aguacate mexicano está infectado y no cumple con las regulaciones fito-
sanitarias estatales, aunque desde el punto de vista federal no tenga problemas para entrar al mercado estadunidense.
Para Jim McCormack, productor de aguacate y miembro activo de la CAS, es "aún muy pronto para evaluar el impacto de la entrada del aguacate mexicano". Sin embargo, "no descarta" que las consecuencias pudieran ser graves. La posición de la CAS, según el productor, es que "apoyan el libre comercio, pero también estamos muy preocupados en proteger nuestra producción de las pestes y de insectos exóticos que nosotros no tenemos aquí y que están llegando en los aguacates mexicanos". Por ello, la CAS cabildea junto con la CAC en Washington y en instancias estatales para cambiar el régimen de inspecciones fronterizas.
Y a pesar de que es imposible no pensar en que las demandas de los productores californianos no tienen que ver con la entrada del aguacate mexicano, McCormack asegura que "los productores de California no queremos ser anticompetitivos; lo que queremos es que nuestra producción se mantenga libre de plagas".
Mientras las evidencias muestran que existe cierto recelo hacia el reingreso del fruto, organizaciones como el Consejo de Promoción de Aguacate Hass en EU insisten en que "no existe competencia directa con el aguacate californiano debido a que las temporadas de cosecha y distribución no coinciden", dijo José Luis Obregón Elizondo, director ejecutivo.
Hoy, dos meses después, las empresas situadas en Michoacán, la zona productora de aguacate más importante del mundo, reportan un alza de al menos 30 por ciento en sus exportaciones.
Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, reconoció que no se dan abasto para cubrir la demanda de aguacate mexicano en Estados Unidos.
"Se exagera en la demanda que hay, no se tiene tanta gente para empacar, nosotros quisiéramos empacar todo el día y aún así no lograríamos cumplir con todos los pedidos que vienen de allá", explicó.
Por su parte, Sergio Paz, gerente general del Grupo Comercial Del Monte dio a conocer que antes de la apertura total de las fronteras, "nosotros enviábamos a la semana 80 contenedores y ahorita estamos enviando más de 100".
Destacó que "las ventas se incrementaron bastante" en los 15 centros de distribución que tiene la firma en Estados Unidos, incluidos los que se ubican en California y Florida.
A su vez, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport señaló que los principales estados de destino del aguacate mexicano son Texas, Illinois, Nueva York, Georgia, Colorado, Arizona, Washington, Massachusetts, Maryland, Indiana, Minesota, Kansas, Oregon, Carolina del Norte y Florida.
"Con respecto a la temporada anterior estamos proyectando un incremento superior al 30 por ciento en nuestras exportaciones, de un promedio de diez contenedores que enviábamos a la semana, ahora mandamos 13 o más", precisó.
En su oportunidad, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, dijo que con la caída del muro fitosanitario se espera que las ventas al vecino país del norte pasen de 135 mil toneladas en la cosecha 2005-2006 a más de 180 mil toneladas a finales de este año, especialmente en los estados de California y Florida.
Una nueva amenaza
A mediados de febrero, productores de California presentaron un plan para detener las importaciones de aguacate mexicano a Estados Unidos.
Su principal argumento es que el fruto proveniente de nuestro país está contaminado con una plaga conocida como "escama".
La estrategia de la Comisión del Aguacate de California (CAC, por sus siglas en inglés), se centra en la promoción de una ley estatal que busca imponer nuevas barreras fitosanitarias al producto con el fin de detener su rápido ingreso al mercado doméstico.
Al respecto, la consultoría IQOM Inteligencia Comercial, que preside Herminio Blanco y Jaime Zabludowsky consideró que tendrá que pasar hasta un año para que se reconozca que las empresas nacionales cumplen con todas las reglas de importación. La firma de asesoría aseguró que la medida legislativa es una forma de presión de CAC frente a la venta del fruto mexicano en el principal estado productor de la Unión Americana.
En entrevista, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, reconoció que en California "están tratando de ponernos piedritas en el camino, pero nosotros vamos a tener que hacerlas a un lado, porque el Tratado de Libre Comercio nos da la oportunidad de estar allá".
A decir de Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, la lucha por el control del mercado estadunidense apenas inicia porque los productores de California están haciendo todo lo posible para evitar que ingrese el aguacate de nuestro país a su territorio.
"Ellos están buscando pretextos para impedir que nosotros sigamos mandando embarques, entonces hemos establecido estrategias como entrar por Nogales, ya no por Tijuana, por ejemplo y meter el fruto a California de forma interestatal", detalló.
Espinosa relató que cuando intentó ingresar el producto por Tijuana, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos le exigió entregar una lista con el nombre completo de quiénes sembraron el aguacate, su dirección, su teléfono y el nombre de la huerta donde se recolectó el fruto.
"Cosas que no venían al caso, porque toda esa información la tienen ellos en una base de datos, entonces la primera semana batallamos mucho con los embarques", abundó.
En tanto, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport, destacó que la detección de "escamas" en algunos embarques procedentes de México dieron un nuevo argumento a los productores de aguacate californiano para tratar de restringir las importaciones del fruto hacia Estados Unidos, "sin que hasta ahora se haya comprobado que la plaga representa un peligro fitosanitario real".
Hace dos meses, Rosario Marín, ex tesorera de Estados Unidos, manifestó que la entrada total del aguacate mexicano ayudaría a nivelar los precios del producto ante la escasez que provocaron las nevadas en California, el estado donde actualmente se desempeña como secretaria de la Agencia de Servicios al Estado y al Consumidor.
Según estimaciones de los propios productores, la oferta de aguacate de California se reducirá en por lo menos 25 por ciento debido a los daños causados por las heladas.
Contraatacan productores californianos
Este ha sido un año especialmente difícil para la producción de aguacate en California. A la helada que durante el invierno acabó con gran parte de su cosecha, se le suma el fin de embargo que, desde 1912, tenía el producto mexicano. Con ello, desde el 1 de febrero, las empresas de ese estado —que producen 95% del fruto en EU— han comenzado a sentir el rigor de la competencia de los exportadores mexicanos, y han decidido contraatacar.
Tan sólo hace unos días, la Comisión Californiana del Aguacate (CAC), que agrupa a los casi seis mil 500 productores de ese estado, envió una petición al subsecretario de Agricultura estadunidense, Bruce Knight, para que el estado de California —a través de su Departamento de Alimentos y Agricultura— tenga la autoridad de inspeccionar y regresar el fruto mexicano en el puerto de entrada de Otay. El propósito de la CAC es integrar a las autoridades estatales en los procesos de inspección, autoridades "más sensibles" a las demandas y preocupaciones de los productores locales.
Tanto la CAC como la Sociedad Californiana del Aguacate (CAS), argumentan que el aguacate mexicano está infectado y no cumple con las regulaciones fito-
sanitarias estatales, aunque desde el punto de vista federal no tenga problemas para entrar al mercado estadunidense.
Para Jim McCormack, productor de aguacate y miembro activo de la CAS, es "aún muy pronto para evaluar el impacto de la entrada del aguacate mexicano". Sin embargo, "no descarta" que las consecuencias pudieran ser graves. La posición de la CAS, según el productor, es que "apoyan el libre comercio, pero también estamos muy preocupados en proteger nuestra producción de las pestes y de insectos exóticos que nosotros no tenemos aquí y que están llegando en los aguacates mexicanos". Por ello, la CAS cabildea junto con la CAC en Washington y en instancias estatales para cambiar el régimen de inspecciones fronterizas.
Y a pesar de que es imposible no pensar en que las demandas de los productores californianos no tienen que ver con la entrada del aguacate mexicano, McCormack asegura que "los productores de California no queremos ser anticompetitivos; lo que queremos es que nuestra producción se mantenga libre de plagas".
Mientras las evidencias muestran que existe cierto recelo hacia el reingreso del fruto, organizaciones como el Consejo de Promoción de Aguacate Hass en EU insisten en que "no existe competencia directa con el aguacate californiano debido a que las temporadas de cosecha y distribución no coinciden", dijo José Luis Obregón Elizondo, director ejecutivo.
Hoy, dos meses después, las empresas situadas en Michoacán, la zona productora de aguacate más importante del mundo, reportan un alza de al menos 30 por ciento en sus exportaciones.
Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, reconoció que no se dan abasto para cubrir la demanda de aguacate mexicano en Estados Unidos.
"Se exagera en la demanda que hay, no se tiene tanta gente para empacar, nosotros quisiéramos empacar todo el día y aún así no lograríamos cumplir con todos los pedidos que vienen de allá", explicó.
Por su parte, Sergio Paz, gerente general del Grupo Comercial Del Monte dio a conocer que antes de la apertura total de las fronteras, "nosotros enviábamos a la semana 80 contenedores y ahorita estamos enviando más de 100".
Destacó que "las ventas se incrementaron bastante" en los 15 centros de distribución que tiene la firma en Estados Unidos, incluidos los que se ubican en California y Florida.
A su vez, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport señaló que los principales estados de destino del aguacate mexicano son Texas, Illinois, Nueva York, Georgia, Colorado, Arizona, Washington, Massachusetts, Maryland, Indiana, Minesota, Kansas, Oregon, Carolina del Norte y Florida.
"Con respecto a la temporada anterior estamos proyectando un incremento superior al 30 por ciento en nuestras exportaciones, de un promedio de diez contenedores que enviábamos a la semana, ahora mandamos 13 o más", precisó.
En su oportunidad, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, dijo que con la caída del muro fitosanitario se espera que las ventas al vecino país del norte pasen de 135 mil toneladas en la cosecha 2005-2006 a más de 180 mil toneladas a finales de este año, especialmente en los estados de California y Florida.
Una nueva amenaza
A mediados de febrero, productores de California presentaron un plan para detener las importaciones de aguacate mexicano a Estados Unidos.
Su principal argumento es que el fruto proveniente de nuestro país está contaminado con una plaga conocida como "escama".
La estrategia de la Comisión del Aguacate de California (CAC, por sus siglas en inglés), se centra en la promoción de una ley estatal que busca imponer nuevas barreras fitosanitarias al producto con el fin de detener su rápido ingreso al mercado doméstico.
Al respecto, la consultoría IQOM Inteligencia Comercial, que preside Herminio Blanco y Jaime Zabludowsky consideró que tendrá que pasar hasta un año para que se reconozca que las empresas nacionales cumplen con todas las reglas de importación. La firma de asesoría aseguró que la medida legislativa es una forma de presión de CAC frente a la venta del fruto mexicano en el principal estado productor de la Unión Americana.
En entrevista, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, reconoció que en California "están tratando de ponernos piedritas en el camino, pero nosotros vamos a tener que hacerlas a un lado, porque el Tratado de Libre Comercio nos da la oportunidad de estar allá".
A decir de Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, la lucha por el control del mercado estadunidense apenas inicia porque los productores de California están haciendo todo lo posible para evitar que ingrese el aguacate de nuestro país a su territorio.
"Ellos están buscando pretextos para impedir que nosotros sigamos mandando embarques, entonces hemos establecido estrategias como entrar por Nogales, ya no por Tijuana, por ejemplo y meter el fruto a California de forma interestatal", detalló.
Espinosa relató que cuando intentó ingresar el producto por Tijuana, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos le exigió entregar una lista con el nombre completo de quiénes sembraron el aguacate, su dirección, su teléfono y el nombre de la huerta donde se recolectó el fruto.
"Cosas que no venían al caso, porque toda esa información la tienen ellos en una base de datos, entonces la primera semana batallamos mucho con los embarques", abundó.
En tanto, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport, destacó que la detección de "escamas" en algunos embarques procedentes de México dieron un nuevo argumento a los productores de aguacate californiano para tratar de restringir las importaciones del fruto hacia Estados Unidos, "sin que hasta ahora se haya comprobado que la plaga representa un peligro fitosanitario real".
Hace dos meses, Rosario Marín, ex tesorera de Estados Unidos, manifestó que la entrada total del aguacate mexicano ayudaría a nivelar los precios del producto ante la escasez que provocaron las nevadas en California, el estado donde actualmente se desempeña como secretaria de la Agencia de Servicios al Estado y al Consumidor.
Según estimaciones de los propios productores, la oferta de aguacate de California se reducirá en por lo menos 25 por ciento debido a los daños causados por las heladas.
Contraatacan productores californianos
Este ha sido un año especialmente difícil para la producción de aguacate en California. A la helada que durante el invierno acabó con gran parte de su cosecha, se le suma el fin de embargo que, desde 1912, tenía el producto mexicano. Con ello, desde el 1 de febrero, las empresas de ese estado —que producen 95% del fruto en EU— han comenzado a sentir el rigor de la competencia de los exportadores mexicanos, y han decidido contraatacar.
Tan sólo hace unos días, la Comisión Californiana del Aguacate (CAC), que agrupa a los casi seis mil 500 productores de ese estado, envió una petición al subsecretario de Agricultura estadunidense, Bruce Knight, para que el estado de California —a través de su Departamento de Alimentos y Agricultura— tenga la autoridad de inspeccionar y regresar el fruto mexicano en el puerto de entrada de Otay. El propósito de la CAC es integrar a las autoridades estatales en los procesos de inspección, autoridades "más sensibles" a las demandas y preocupaciones de los productores locales.
Tanto la CAC como la Sociedad Californiana del Aguacate (CAS), argumentan que el aguacate mexicano está infectado y no cumple con las regulaciones fito-
sanitarias estatales, aunque desde el punto de vista federal no tenga problemas para entrar al mercado estadunidense.
Para Jim McCormack, productor de aguacate y miembro activo de la CAS, es "aún muy pronto para evaluar el impacto de la entrada del aguacate mexicano". Sin embargo, "no descarta" que las consecuencias pudieran ser graves. La posición de la CAS, según el productor, es que "apoyan el libre comercio, pero también estamos muy preocupados en proteger nuestra producción de las pestes y de insectos exóticos que nosotros no tenemos aquí y que están llegando en los aguacates mexicanos". Por ello, la CAS cabildea junto con la CAC en Washington y en instancias estatales para cambiar el régimen de inspecciones fronterizas.
Y a pesar de que es imposible no pensar en que las demandas de los productores californianos no tienen que ver con la entrada del aguacate mexicano, McCormack asegura que "los productores de California no queremos ser anticompetitivos; lo que queremos es que nuestra producción se mantenga libre de plagas".
Mientras las evidencias muestran que existe cierto recelo hacia el reingreso del fruto, organizaciones como el Consejo de Promoción de Aguacate Hass en EU insisten en que "no existe competencia directa con el aguacate californiano debido a que las temporadas de cosecha y distribución no coinciden", dijo José Luis Obregón Elizondo, director ejecutivo.
Hoy, dos meses después, las empresas situadas en Michoacán, la zona productora de aguacate más importante del mundo, reportan un alza de al menos 30 por ciento en sus exportaciones.
Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, reconoció que no se dan abasto para cubrir la demanda de aguacate mexicano en Estados Unidos.
"Se exagera en la demanda que hay, no se tiene tanta gente para empacar, nosotros quisiéramos empacar todo el día y aún así no lograríamos cumplir con todos los pedidos que vienen de allá", explicó.
Por su parte, Sergio Paz, gerente general del Grupo Comercial Del Monte dio a conocer que antes de la apertura total de las fronteras, "nosotros enviábamos a la semana 80 contenedores y ahorita estamos enviando más de 100".
Destacó que "las ventas se incrementaron bastante" en los 15 centros de distribución que tiene la firma en Estados Unidos, incluidos los que se ubican en California y Florida.
A su vez, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport señaló que los principales estados de destino del aguacate mexicano son Texas, Illinois, Nueva York, Georgia, Colorado, Arizona, Washington, Massachusetts, Maryland, Indiana, Minesota, Kansas, Oregon, Carolina del Norte y Florida.
"Con respecto a la temporada anterior estamos proyectando un incremento superior al 30 por ciento en nuestras exportaciones, de un promedio de diez contenedores que enviábamos a la semana, ahora mandamos 13 o más", precisó.
En su oportunidad, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, dijo que con la caída del muro fitosanitario se espera que las ventas al vecino país del norte pasen de 135 mil toneladas en la cosecha 2005-2006 a más de 180 mil toneladas a finales de este año, especialmente en los estados de California y Florida.
Una nueva amenaza
A mediados de febrero, productores de California presentaron un plan para detener las importaciones de aguacate mexicano a Estados Unidos.
Su principal argumento es que el fruto proveniente de nuestro país está contaminado con una plaga conocida como "escama".
La estrategia de la Comisión del Aguacate de California (CAC, por sus siglas en inglés), se centra en la promoción de una ley estatal que busca imponer nuevas barreras fitosanitarias al producto con el fin de detener su rápido ingreso al mercado doméstico.
Al respecto, la consultoría IQOM Inteligencia Comercial, que preside Herminio Blanco y Jaime Zabludowsky consideró que tendrá que pasar hasta un año para que se reconozca que las empresas nacionales cumplen con todas las reglas de importación. La firma de asesoría aseguró que la medida legislativa es una forma de presión de CAC frente a la venta del fruto mexicano en el principal estado productor de la Unión Americana.
En entrevista, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, reconoció que en California "están tratando de ponernos piedritas en el camino, pero nosotros vamos a tener que hacerlas a un lado, porque el Tratado de Libre Comercio nos da la oportunidad de estar allá".
A decir de Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, la lucha por el control del mercado estadunidense apenas inicia porque los productores de California están haciendo todo lo posible para evitar que ingrese el aguacate de nuestro país a su territorio.
"Ellos están buscando pretextos para impedir que nosotros sigamos mandando embarques, entonces hemos establecido estrategias como entrar por Nogales, ya no por Tijuana, por ejemplo y meter el fruto a California de forma interestatal", detalló.
Espinosa relató que cuando intentó ingresar el producto por Tijuana, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos le exigió entregar una lista con el nombre completo de quiénes sembraron el aguacate, su dirección, su teléfono y el nombre de la huerta donde se recolectó el fruto.
"Cosas que no venían al caso, porque toda esa información la tienen ellos en una base de datos, entonces la primera semana batallamos mucho con los embarques", abundó.
En tanto, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport, destacó que la detección de "escamas" en algunos embarques procedentes de México dieron un nuevo argumento a los productores de aguacate californiano para tratar de restringir las importaciones del fruto hacia Estados Unidos, "sin que hasta ahora se haya comprobado que la plaga representa un peligro fitosanitario real".
Hace dos meses, Rosario Marín, ex tesorera de Estados Unidos, manifestó que la entrada total del aguacate mexicano ayudaría a nivelar los precios del producto ante la escasez que provocaron las nevadas en California, el estado donde actualmente se desempeña como secretaria de la Agencia de Servicios al Estado y al Consumidor.
Según estimaciones de los propios productores, la oferta de aguacate de California se reducirá en por lo menos 25 por ciento debido a los daños causados por las heladas.
Contraatacan productores californianos
Este ha sido un año especialmente difícil para la producción de aguacate en California. A la helada que durante el invierno acabó con gran parte de su cosecha, se le suma el fin de embargo que, desde 1912, tenía el producto mexicano. Con ello, desde el 1 de febrero, las empresas de ese estado —que producen 95% del fruto en EU— han comenzado a sentir el rigor de la competencia de los exportadores mexicanos, y han decidido contraatacar.
Tan sólo hace unos días, la Comisión Californiana del Aguacate (CAC), que agrupa a los casi seis mil 500 productores de ese estado, envió una petición al subsecretario de Agricultura estadunidense, Bruce Knight, para que el estado de California —a través de su Departamento de Alimentos y Agricultura— tenga la autoridad de inspeccionar y regresar el fruto mexicano en el puerto de entrada de Otay. El propósito de la CAC es integrar a las autoridades estatales en los procesos de inspección, autoridades "más sensibles" a las demandas y preocupaciones de los productores locales.
Tanto la CAC como la Sociedad Californiana del Aguacate (CAS), argumentan que el aguacate mexicano está infectado y no cumple con las regulaciones fito-
sanitarias estatales, aunque desde el punto de vista federal no tenga problemas para entrar al mercado estadunidense.
Para Jim McCormack, productor de aguacate y miembro activo de la CAS, es "aún muy pronto para evaluar el impacto de la entrada del aguacate mexicano". Sin embargo, "no descarta" que las consecuencias pudieran ser graves. La posición de la CAS, según el productor, es que "apoyan el libre comercio, pero también estamos muy preocupados en proteger nuestra producción de las pestes y de insectos exóticos que nosotros no tenemos aquí y que están llegando en los aguacates mexicanos". Por ello, la CAS cabildea junto con la CAC en Washington y en instancias estatales para cambiar el régimen de inspecciones fronterizas.
Y a pesar de que es imposible no pensar en que las demandas de los productores californianos no tienen que ver con la entrada del aguacate mexicano, McCormack asegura que "los productores de California no queremos ser anticompetitivos; lo que queremos es que nuestra producción se mantenga libre de plagas".
Mientras las evidencias muestran que existe cierto recelo hacia el reingreso del fruto, organizaciones como el Consejo de Promoción de Aguacate Hass en EU insisten en que "no existe competencia directa con el aguacate californiano debido a que las temporadas de cosecha y distribución no coinciden", dijo José Luis Obregón Elizondo, director ejecutivo.
Hoy, dos meses después, las empresas situadas en Michoacán, la zona productora de aguacate más importante del mundo, reportan un alza de al menos 30 por ciento en sus exportaciones.
Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, reconoció que no se dan abasto para cubrir la demanda de aguacate mexicano en Estados Unidos.
"Se exagera en la demanda que hay, no se tiene tanta gente para empacar, nosotros quisiéramos empacar todo el día y aún así no lograríamos cumplir con todos los pedidos que vienen de allá", explicó.
Por su parte, Sergio Paz, gerente general del Grupo Comercial Del Monte dio a conocer que antes de la apertura total de las fronteras, "nosotros enviábamos a la semana 80 contenedores y ahorita estamos enviando más de 100".
Destacó que "las ventas se incrementaron bastante" en los 15 centros de distribución que tiene la firma en Estados Unidos, incluidos los que se ubican en California y Florida.
A su vez, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport señaló que los principales estados de destino del aguacate mexicano son Texas, Illinois, Nueva York, Georgia, Colorado, Arizona, Washington, Massachusetts, Maryland, Indiana, Minesota, Kansas, Oregon, Carolina del Norte y Florida.
"Con respecto a la temporada anterior estamos proyectando un incremento superior al 30 por ciento en nuestras exportaciones, de un promedio de diez contenedores que enviábamos a la semana, ahora mandamos 13 o más", precisó.
En su oportunidad, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, dijo que con la caída del muro fitosanitario se espera que las ventas al vecino país del norte pasen de 135 mil toneladas en la cosecha 2005-2006 a más de 180 mil toneladas a finales de este año, especialmente en los estados de California y Florida.
Una nueva amenaza
A mediados de febrero, productores de California presentaron un plan para detener las importaciones de aguacate mexicano a Estados Unidos.
Su principal argumento es que el fruto proveniente de nuestro país está contaminado con una plaga conocida como "escama".
La estrategia de la Comisión del Aguacate de California (CAC, por sus siglas en inglés), se centra en la promoción de una ley estatal que busca imponer nuevas barreras fitosanitarias al producto con el fin de detener su rápido ingreso al mercado doméstico.
Al respecto, la consultoría IQOM Inteligencia Comercial, que preside Herminio Blanco y Jaime Zabludowsky consideró que tendrá que pasar hasta un año para que se reconozca que las empresas nacionales cumplen con todas las reglas de importación. La firma de asesoría aseguró que la medida legislativa es una forma de presión de CAC frente a la venta del fruto mexicano en el principal estado productor de la Unión Americana.
En entrevista, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, reconoció que en California "están tratando de ponernos piedritas en el camino, pero nosotros vamos a tener que hacerlas a un lado, porque el Tratado de Libre Comercio nos da la oportunidad de estar allá".
A decir de Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, la lucha por el control del mercado estadunidense apenas inicia porque los productores de California están haciendo todo lo posible para evitar que ingrese el aguacate de nuestro país a su territorio.
"Ellos están buscando pretextos para impedir que nosotros sigamos mandando embarques, entonces hemos establecido estrategias como entrar por Nogales, ya no por Tijuana, por ejemplo y meter el fruto a California de forma interestatal", detalló.
Espinosa relató que cuando intentó ingresar el producto por Tijuana, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos le exigió entregar una lista con el nombre completo de quiénes sembraron el aguacate, su dirección, su teléfono y el nombre de la huerta donde se recolectó el fruto.
"Cosas que no venían al caso, porque toda esa información la tienen ellos en una base de datos, entonces la primera semana batallamos mucho con los embarques", abundó.
En tanto, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport, destacó que la detección de "escamas" en algunos embarques procedentes de México dieron un nuevo argumento a los productores de aguacate californiano para tratar de restringir las importaciones del fruto hacia Estados Unidos, "sin que hasta ahora se haya comprobado que la plaga representa un peligro fitosanitario real".
Hace dos meses, Rosario Marín, ex tesorera de Estados Unidos, manifestó que la entrada total del aguacate mexicano ayudaría a nivelar los precios del producto ante la escasez que provocaron las nevadas en California, el estado donde actualmente se desempeña como secretaria de la Agencia de Servicios al Estado y al Consumidor.
Según estimaciones de los propios productores, la oferta de aguacate de California se reducirá en por lo menos 25 por ciento debido a los daños causados por las heladas.
Contraatacan productores californianos
Este ha sido un año especialmente difícil para la producción de aguacate en California. A la helada que durante el invierno acabó con gran parte de su cosecha, se le suma el fin de embargo que, desde 1912, tenía el producto mexicano. Con ello, desde el 1 de febrero, las empresas de ese estado —que producen 95% del fruto en EU— han comenzado a sentir el rigor de la competencia de los exportadores mexicanos, y han decidido contraatacar.
Tan sólo hace unos días, la Comisión Californiana del Aguacate (CAC), que agrupa a los casi seis mil 500 productores de ese estado, envió una petición al subsecretario de Agricultura estadunidense, Bruce Knight, para que el estado de California —a través de su Departamento de Alimentos y Agricultura— tenga la autoridad de inspeccionar y regresar el fruto mexicano en el puerto de entrada de Otay. El propósito de la CAC es integrar a las autoridades estatales en los procesos de inspección, autoridades "más sensibles" a las demandas y preocupaciones de los productores locales.
Tanto la CAC como la Sociedad Californiana del Aguacate (CAS), argumentan que el aguacate mexicano está infectado y no cumple con las regulaciones fito-
sanitarias estatales, aunque desde el punto de vista federal no tenga problemas para entrar al mercado estadunidense.
Para Jim McCormack, productor de aguacate y miembro activo de la CAS, es "aún muy pronto para evaluar el impacto de la entrada del aguacate mexicano". Sin embargo, "no descarta" que las consecuencias pudieran ser graves. La posición de la CAS, según el productor, es que "apoyan el libre comercio, pero también estamos muy preocupados en proteger nuestra producción de las pestes y de insectos exóticos que nosotros no tenemos aquí y que están llegando en los aguacates mexicanos". Por ello, la CAS cabildea junto con la CAC en Washington y en instancias estatales para cambiar el régimen de inspecciones fronterizas.
Y a pesar de que es imposible no pensar en que las demandas de los productores californianos no tienen que ver con la entrada del aguacate mexicano, McCormack asegura que "los productores de California no queremos ser anticompetitivos; lo que queremos es que nuestra producción se mantenga libre de plagas".
Mientras las evidencias muestran que existe cierto recelo hacia el reingreso del fruto, organizaciones como el Consejo de Promoción de Aguacate Hass en EU insisten en que "no existe competencia directa con el aguacate californiano debido a que las temporadas de cosecha y distribución no coinciden", dijo José Luis Obregón Elizondo, director ejecutivo.
Hoy, dos meses después, las empresas situadas en Michoacán, la zona productora de aguacate más importante del mundo, reportan un alza de al menos 30 por ciento en sus exportaciones.
Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, reconoció que no se dan abasto para cubrir la demanda de aguacate mexicano en Estados Unidos.
"Se exagera en la demanda que hay, no se tiene tanta gente para empacar, nosotros quisiéramos empacar todo el día y aún así no lograríamos cumplir con todos los pedidos que vienen de allá", explicó.
Por su parte, Sergio Paz, gerente general del Grupo Comercial Del Monte dio a conocer que antes de la apertura total de las fronteras, "nosotros enviábamos a la semana 80 contenedores y ahorita estamos enviando más de 100".
Destacó que "las ventas se incrementaron bastante" en los 15 centros de distribución que tiene la firma en Estados Unidos, incluidos los que se ubican en California y Florida.
A su vez, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport señaló que los principales estados de destino del aguacate mexicano son Texas, Illinois, Nueva York, Georgia, Colorado, Arizona, Washington, Massachusetts, Maryland, Indiana, Minesota, Kansas, Oregon, Carolina del Norte y Florida.
"Con respecto a la temporada anterior estamos proyectando un incremento superior al 30 por ciento en nuestras exportaciones, de un promedio de diez contenedores que enviábamos a la semana, ahora mandamos 13 o más", precisó.
En su oportunidad, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, dijo que con la caída del muro fitosanitario se espera que las ventas al vecino país del norte pasen de 135 mil toneladas en la cosecha 2005-2006 a más de 180 mil toneladas a finales de este año, especialmente en los estados de California y Florida.
Una nueva amenaza
A mediados de febrero, productores de California presentaron un plan para detener las importaciones de aguacate mexicano a Estados Unidos.
Su principal argumento es que el fruto proveniente de nuestro país está contaminado con una plaga conocida como "escama".
La estrategia de la Comisión del Aguacate de California (CAC, por sus siglas en inglés), se centra en la promoción de una ley estatal que busca imponer nuevas barreras fitosanitarias al producto con el fin de detener su rápido ingreso al mercado doméstico.
Al respecto, la consultoría IQOM Inteligencia Comercial, que preside Herminio Blanco y Jaime Zabludowsky consideró que tendrá que pasar hasta un año para que se reconozca que las empresas nacionales cumplen con todas las reglas de importación. La firma de asesoría aseguró que la medida legislativa es una forma de presión de CAC frente a la venta del fruto mexicano en el principal estado productor de la Unión Americana.
En entrevista, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, reconoció que en California "están tratando de ponernos piedritas en el camino, pero nosotros vamos a tener que hacerlas a un lado, porque el Tratado de Libre Comercio nos da la oportunidad de estar allá".
A decir de Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, la lucha por el control del mercado estadunidense apenas inicia porque los productores de California están haciendo todo lo posible para evitar que ingrese el aguacate de nuestro país a su territorio.
"Ellos están buscando pretextos para impedir que nosotros sigamos mandando embarques, entonces hemos establecido estrategias como entrar por Nogales, ya no por Tijuana, por ejemplo y meter el fruto a California de forma interestatal", detalló.
Espinosa relató que cuando intentó ingresar el producto por Tijuana, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos le exigió entregar una lista con el nombre completo de quiénes sembraron el aguacate, su dirección, su teléfono y el nombre de la huerta donde se recolectó el fruto.
"Cosas que no venían al caso, porque toda esa información la tienen ellos en una base de datos, entonces la primera semana batallamos mucho con los embarques", abundó.
En tanto, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport, destacó que la detección de "escamas" en algunos embarques procedentes de México dieron un nuevo argumento a los productores de aguacate californiano para tratar de restringir las importaciones del fruto hacia Estados Unidos, "sin que hasta ahora se haya comprobado que la plaga representa un peligro fitosanitario real".
Hace dos meses, Rosario Marín, ex tesorera de Estados Unidos, manifestó que la entrada total del aguacate mexicano ayudaría a nivelar los precios del producto ante la escasez que provocaron las nevadas en California, el estado donde actualmente se desempeña como secretaria de la Agencia de Servicios al Estado y al Consumidor.
Según estimaciones de los propios productores, la oferta de aguacate de California se reducirá en por lo menos 25 por ciento debido a los daños causados por las heladas.
Contraatacan productores californianos
Este ha sido un año especialmente difícil para la producción de aguacate en California. A la helada que durante el invierno acabó con gran parte de su cosecha, se le suma el fin de embargo que, desde 1912, tenía el producto mexicano. Con ello, desde el 1 de febrero, las empresas de ese estado —que producen 95% del fruto en EU— han comenzado a sentir el rigor de la competencia de los exportadores mexicanos, y han decidido contraatacar.
Tan sólo hace unos días, la Comisión Californiana del Aguacate (CAC), que agrupa a los casi seis mil 500 productores de ese estado, envió una petición al subsecretario de Agricultura estadunidense, Bruce Knight, para que el estado de California —a través de su Departamento de Alimentos y Agricultura— tenga la autoridad de inspeccionar y regresar el fruto mexicano en el puerto de entrada de Otay. El propósito de la CAC es integrar a las autoridades estatales en los procesos de inspección, autoridades "más sensibles" a las demandas y preocupaciones de los productores locales.
Tanto la CAC como la Sociedad Californiana del Aguacate (CAS), argumentan que el aguacate mexicano está infectado y no cumple con las regulaciones fito-
sanitarias estatales, aunque desde el punto de vista federal no tenga problemas para entrar al mercado estadunidense.
Para Jim McCormack, productor de aguacate y miembro activo de la CAS, es "aún muy pronto para evaluar el impacto de la entrada del aguacate mexicano". Sin embargo, "no descarta" que las consecuencias pudieran ser graves. La posición de la CAS, según el productor, es que "apoyan el libre comercio, pero también estamos muy preocupados en proteger nuestra producción de las pestes y de insectos exóticos que nosotros no tenemos aquí y que están llegando en los aguacates mexicanos". Por ello, la CAS cabildea junto con la CAC en Washington y en instancias estatales para cambiar el régimen de inspecciones fronterizas.
Y a pesar de que es imposible no pensar en que las demandas de los productores californianos no tienen que ver con la entrada del aguacate mexicano, McCormack asegura que "los productores de California no queremos ser anticompetitivos; lo que queremos es que nuestra producción se mantenga libre de plagas".
Mientras las evidencias muestran que existe cierto recelo hacia el reingreso del fruto, organizaciones como el Consejo de Promoción de Aguacate Hass en EU insisten en que "no existe competencia directa con el aguacate californiano debido a que las temporadas de cosecha y distribución no coinciden", dijo José Luis Obregón Elizondo, director ejecutivo.
Hoy, dos meses después, las empresas situadas en Michoacán, la zona productora de aguacate más importante del mundo, reportan un alza de al menos 30 por ciento en sus exportaciones.
Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, reconoció que no se dan abasto para cubrir la demanda de aguacate mexicano en Estados Unidos.
"Se exagera en la demanda que hay, no se tiene tanta gente para empacar, nosotros quisiéramos empacar todo el día y aún así no lograríamos cumplir con todos los pedidos que vienen de allá", explicó.
Por su parte, Sergio Paz, gerente general del Grupo Comercial Del Monte dio a conocer que antes de la apertura total de las fronteras, "nosotros enviábamos a la semana 80 contenedores y ahorita estamos enviando más de 100".
Destacó que "las ventas se incrementaron bastante" en los 15 centros de distribución que tiene la firma en Estados Unidos, incluidos los que se ubican en California y Florida.
A su vez, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport señaló que los principales estados de destino del aguacate mexicano son Texas, Illinois, Nueva York, Georgia, Colorado, Arizona, Washington, Massachusetts, Maryland, Indiana, Minesota, Kansas, Oregon, Carolina del Norte y Florida.
"Con respecto a la temporada anterior estamos proyectando un incremento superior al 30 por ciento en nuestras exportaciones, de un promedio de diez contenedores que enviábamos a la semana, ahora mandamos 13 o más", precisó.
En su oportunidad, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, dijo que con la caída del muro fitosanitario se espera que las ventas al vecino país del norte pasen de 135 mil toneladas en la cosecha 2005-2006 a más de 180 mil toneladas a finales de este año, especialmente en los estados de California y Florida.
Una nueva amenaza
A mediados de febrero, productores de California presentaron un plan para detener las importaciones de aguacate mexicano a Estados Unidos.
Su principal argumento es que el fruto proveniente de nuestro país está contaminado con una plaga conocida como "escama".
La estrategia de la Comisión del Aguacate de California (CAC, por sus siglas en inglés), se centra en la promoción de una ley estatal que busca imponer nuevas barreras fitosanitarias al producto con el fin de detener su rápido ingreso al mercado doméstico.
Al respecto, la consultoría IQOM Inteligencia Comercial, que preside Herminio Blanco y Jaime Zabludowsky consideró que tendrá que pasar hasta un año para que se reconozca que las empresas nacionales cumplen con todas las reglas de importación. La firma de asesoría aseguró que la medida legislativa es una forma de presión de CAC frente a la venta del fruto mexicano en el principal estado productor de la Unión Americana.
En entrevista, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, reconoció que en California "están tratando de ponernos piedritas en el camino, pero nosotros vamos a tener que hacerlas a un lado, porque el Tratado de Libre Comercio nos da la oportunidad de estar allá".
A decir de Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, la lucha por el control del mercado estadunidense apenas inicia porque los productores de California están haciendo todo lo posible para evitar que ingrese el aguacate de nuestro país a su territorio.
"Ellos están buscando pretextos para impedir que nosotros sigamos mandando embarques, entonces hemos establecido estrategias como entrar por Nogales, ya no por Tijuana, por ejemplo y meter el fruto a California de forma interestatal", detalló.
Espinosa relató que cuando intentó ingresar el producto por Tijuana, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos le exigió entregar una lista con el nombre completo de quiénes sembraron el aguacate, su dirección, su teléfono y el nombre de la huerta donde se recolectó el fruto.
"Cosas que no venían al caso, porque toda esa información la tienen ellos en una base de datos, entonces la primera semana batallamos mucho con los embarques", abundó.
En tanto, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport, destacó que la detección de "escamas" en algunos embarques procedentes de México dieron un nuevo argumento a los productores de aguacate californiano para tratar de restringir las importaciones del fruto hacia Estados Unidos, "sin que hasta ahora se haya comprobado que la plaga representa un peligro fitosanitario real".
Hace dos meses, Rosario Marín, ex tesorera de Estados Unidos, manifestó que la entrada total del aguacate mexicano ayudaría a nivelar los precios del producto ante la escasez que provocaron las nevadas en California, el estado donde actualmente se desempeña como secretaria de la Agencia de Servicios al Estado y al Consumidor.
Según estimaciones de los propios productores, la oferta de aguacate de California se reducirá en por lo menos 25 por ciento debido a los daños causados por las heladas.
Contraatacan productores californianos
Este ha sido un año especialmente difícil para la producción de aguacate en California. A la helada que durante el invierno acabó con gran parte de su cosecha, se le suma el fin de embargo que, desde 1912, tenía el producto mexicano. Con ello, desde el 1 de febrero, las empresas de ese estado —que producen 95% del fruto en EU— han comenzado a sentir el rigor de la competencia de los exportadores mexicanos, y han decidido contraatacar.
Tan sólo hace unos días, la Comisión Californiana del Aguacate (CAC), que agrupa a los casi seis mil 500 productores de ese estado, envió una petición al subsecretario de Agricultura estadunidense, Bruce Knight, para que el estado de California —a través de su Departamento de Alimentos y Agricultura— tenga la autoridad de inspeccionar y regresar el fruto mexicano en el puerto de entrada de Otay. El propósito de la CAC es integrar a las autoridades estatales en los procesos de inspección, autoridades "más sensibles" a las demandas y preocupaciones de los productores locales.
Tanto la CAC como la Sociedad Californiana del Aguacate (CAS), argumentan que el aguacate mexicano está infectado y no cumple con las regulaciones fito-
sanitarias estatales, aunque desde el punto de vista federal no tenga problemas para entrar al mercado estadunidense.
Para Jim McCormack, productor de aguacate y miembro activo de la CAS, es "aún muy pronto para evaluar el impacto de la entrada del aguacate mexicano". Sin embargo, "no descarta" que las consecuencias pudieran ser graves. La posición de la CAS, según el productor, es que "apoyan el libre comercio, pero también estamos muy preocupados en proteger nuestra producción de las pestes y de insectos exóticos que nosotros no tenemos aquí y que están llegando en los aguacates mexicanos". Por ello, la CAS cabildea junto con la CAC en Washington y en instancias estatales para cambiar el régimen de inspecciones fronterizas.
Y a pesar de que es imposible no pensar en que las demandas de los productores californianos no tienen que ver con la entrada del aguacate mexicano, McCormack asegura que "los productores de California no queremos ser anticompetitivos; lo que queremos es que nuestra producción se mantenga libre de plagas".
Mientras las evidencias muestran que existe cierto recelo hacia el reingreso del fruto, organizaciones como el Consejo de Promoción de Aguacate Hass en EU insisten en que "no existe competencia directa con el aguacate californiano debido a que las temporadas de cosecha y distribución no coinciden", dijo José Luis Obregón Elizondo, director ejecutivo.
Hoy, dos meses después, las empresas situadas en Michoacán, la zona productora de aguacate más importante del mundo, reportan un alza de al menos 30 por ciento en sus exportaciones.
Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, reconoció que no se dan abasto para cubrir la demanda de aguacate mexicano en Estados Unidos.
"Se exagera en la demanda que hay, no se tiene tanta gente para empacar, nosotros quisiéramos empacar todo el día y aún así no lograríamos cumplir con todos los pedidos que vienen de allá", explicó.
Por su parte, Sergio Paz, gerente general del Grupo Comercial Del Monte dio a conocer que antes de la apertura total de las fronteras, "nosotros enviábamos a la semana 80 contenedores y ahorita estamos enviando más de 100".
Destacó que "las ventas se incrementaron bastante" en los 15 centros de distribución que tiene la firma en Estados Unidos, incluidos los que se ubican en California y Florida.
A su vez, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport señaló que los principales estados de destino del aguacate mexicano son Texas, Illinois, Nueva York, Georgia, Colorado, Arizona, Washington, Massachusetts, Maryland, Indiana, Minesota, Kansas, Oregon, Carolina del Norte y Florida.
"Con respecto a la temporada anterior estamos proyectando un incremento superior al 30 por ciento en nuestras exportaciones, de un promedio de diez contenedores que enviábamos a la semana, ahora mandamos 13 o más", precisó.
En su oportunidad, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, dijo que con la caída del muro fitosanitario se espera que las ventas al vecino país del norte pasen de 135 mil toneladas en la cosecha 2005-2006 a más de 180 mil toneladas a finales de este año, especialmente en los estados de California y Florida.
Una nueva amenaza
A mediados de febrero, productores de California presentaron un plan para detener las importaciones de aguacate mexicano a Estados Unidos.
Su principal argumento es que el fruto proveniente de nuestro país está contaminado con una plaga conocida como "escama".
La estrategia de la Comisión del Aguacate de California (CAC, por sus siglas en inglés), se centra en la promoción de una ley estatal que busca imponer nuevas barreras fitosanitarias al producto con el fin de detener su rápido ingreso al mercado doméstico.
Al respecto, la consultoría IQOM Inteligencia Comercial, que preside Herminio Blanco y Jaime Zabludowsky consideró que tendrá que pasar hasta un año para que se reconozca que las empresas nacionales cumplen con todas las reglas de importación. La firma de asesoría aseguró que la medida legislativa es una forma de presión de CAC frente a la venta del fruto mexicano en el principal estado productor de la Unión Americana.
En entrevista, Jorge Fernández, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán, reconoció que en California "están tratando de ponernos piedritas en el camino, pero nosotros vamos a tener que hacerlas a un lado, porque el Tratado de Libre Comercio nos da la oportunidad de estar allá".
A decir de Enrique Espinosa, gerente general de la comercializadora Nexpan, la lucha por el control del mercado estadunidense apenas inicia porque los productores de California están haciendo todo lo posible para evitar que ingrese el aguacate de nuestro país a su territorio.
"Ellos están buscando pretextos para impedir que nosotros sigamos mandando embarques, entonces hemos establecido estrategias como entrar por Nogales, ya no por Tijuana, por ejemplo y meter el fruto a California de forma interestatal", detalló.
Espinosa relató que cuando intentó ingresar el producto por Tijuana, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos le exigió entregar una lista con el nombre completo de quiénes sembraron el aguacate, su dirección, su teléfono y el nombre de la huerta donde se recolectó el fruto.
"Cosas que no venían al caso, porque toda esa información la tienen ellos en una base de datos, entonces la primera semana batallamos mucho con los embarques", abundó.
En tanto, Alfredo Rodríguez, director general de Agroexport, destacó que la detección de "escamas" en algunos embarques procedentes de México dieron un nuevo argumento a los productores de aguacate californiano para tratar de restringir las importaciones del fruto hacia Estados Unidos, "sin que hasta ahora se haya comprobado que la plaga representa un peligro fitosanitario real".
Hace dos meses, Rosario Marín, ex tesorera de Estados Unidos, manifestó que la entrada total del aguacate mexicano ayudaría a nivelar los precios del producto ante la escasez que provocaron las nevadas en California, el estado donde actualmente se desempeña como secretaria de la Agencia de Servicios al Estado y al Consumidor.
Según estimaciones de los propios productores, la oferta de aguacate de California se reducirá en por lo menos 25 por ciento debido a los daños causados por las heladas.
Contraatacan productores californianos
Este ha sido un año especialmente difícil para la producción de aguacate en California. A la helada que durante el invierno acabó con gran parte de su cosecha, se le suma el fin de embargo que, desde 1912, tenía el producto mexicano. Con ello, desde el 1 de febrero, las empresas de ese estado —que producen 95% del fruto en EU— han comenzado a sentir el rigor de la competencia de los exportadores mexicanos, y han decidido contraatacar.
Tan sólo hace unos días, la Comisión Californiana del Aguacate (CAC), que agrupa a los casi seis mil 500 productores de ese estado, envió una petición al subsecretario de Agricultura estadunidense, Bruce Knight, para que el estado de California —a través de su Departamento de Alimentos y Agricultura— tenga la autoridad de inspeccionar y regresar el fruto mexicano en el puerto de entrada de Otay. El propósito de la CAC es integrar a las autoridades estatales en los procesos de inspección, autoridades "más sensibles" a las demandas y preocupaciones de los productores locales.
Tanto la CAC como la Sociedad Californiana del Aguacate (CAS), argumentan que el aguacate mexicano está infectado y no cumple con las regulaciones fito-
sanitarias estatales, aunque desde el punto de vista federal no tenga problemas para entrar al mercado estadunidense.
Para Jim McCormack, productor de aguacate y miembro activo de la CAS, es "aún muy pronto para evaluar el impacto de la entrada del aguacate mexicano". Sin embargo, "no descarta" que las consecuencias pudieran ser graves. La posición de la CAS, según el productor, es que "apoyan el libre comercio, pero también estamos muy preocupados en proteger nuestra producción de las pestes y de insectos exóticos que nosotros no tenemos aquí y que están llegando en los aguacates mexicanos". Por ello, la CAS cabildea junto con la CAC en Washington y en instancias estatales para cambiar el régimen de inspecciones fronterizas.
Y a pesar de que es imposible no pensar en que las demandas de los productores californianos no tienen que ver con la entrada del aguacate mexicano, McCormack asegura que "los productores de California no queremos ser anticompetitivos; lo que queremos es que nuestra producción se mantenga libre de plagas".
Mientras las evidencias muestran que existe cierto recelo hacia el reingreso del fruto, organizaciones como el Consejo de Promoción de Aguacate Hass en EU insisten en que "no existe competencia directa con el aguacate californiano debido a que las temporadas de cosecha y distribución no coinciden", dijo José Luis Obregón Elizondo, director ejecutivo.