Cuando una persona decide declarar su mercancía, puede tomarle hasta dos horas, porque falta información y asesoría sobre lo que no se puede introducir, que se complica cuando no se tiene facturas de compra.
Hilda Castro, presidenta de la Alianza contra la Piratería, expuso que el problema se agudiza en periodos vacacionales, pues el proceso se vuelve lento tanto en atender a las personas que quieren declarar, como a quienes les toca revisión por el semáforo fiscal.
"La hoja que viene en el avión indica que si se trae alguna mercancía debe declararse, pero no hay indicaciones sobre cómo se tiene que hacer la declaración. Se requiere más información al turista porque no es una forma fácil de hacer el pago y la declaración", dijo.
Añadió que en Aduanas se exige la factura o cualquier comprobante o documento que exprese el valor de la mercancía, pero mucha gente lo desconoce y se deshace de ellos en la misma tienda.
"El problema es cuando llegas a la Aduana", dijo.
Kiyoshi Tsuru, director de la Bussines Software Alliance (BSA), expresó que incluso el personal de Aduanas no presta ayuda ni orientación a quienes quieren declarar.
Fernando Ramos, presidente de la Asociación Latinoamericana de Agentes Aduanales, consideró que el principal problema es la falta de personal y de infraestructura, lo que genera cuellos de botella en los andenes exclusivos para los pasajeros que quieren hacer declaración.
"Hay un solo anden donde están los verificadores, al final hay una oficina de Aduanas, te entregan una papeleta, la llenas con la declaración del excedente de tus derechos, se paga en efectivo directamente en la aduana, te dan una papeleta, aprietas el botón y si sale rojo te hacen una revisión. Además hay una segunda inspección cuando pasa la aduana, y el procedimiento es el mismo.
"El trámite no es lo más ágil ni lo mejor que se pudiera hacer. Por falta de infraestructura y personal, y creo que debe haber un tratamiento diferente para el pasajero y el transportista", comentó.
Ambos especialistas expusieron que aunado a esta situación, hay gente que tiene arraigada la cultura del no pago y prefieren confiar en su suerte al pasar por el semáforo fiscal.
Cuando una persona decide declarar su mercancía, puede tomarle hasta dos horas, porque falta información y asesoría sobre lo que no se puede introducir, que se complica cuando no se tiene facturas de compra.
Hilda Castro, presidenta de la Alianza contra la Piratería, expuso que el problema se agudiza en periodos vacacionales, pues el proceso se vuelve lento tanto en atender a las personas que quieren declarar, como a quienes les toca revisión por el semáforo fiscal.
"La hoja que viene en el avión indica que si se trae alguna mercancía debe declararse, pero no hay indicaciones sobre cómo se tiene que hacer la declaración. Se requiere más información al turista porque no es una forma fácil de hacer el pago y la declaración", dijo.
Añadió que en Aduanas se exige la factura o cualquier comprobante o documento que exprese el valor de la mercancía, pero mucha gente lo desconoce y se deshace de ellos en la misma tienda.
"El problema es cuando llegas a la Aduana", dijo.
Kiyoshi Tsuru, director de la Bussines Software Alliance (BSA), expresó que incluso el personal de Aduanas no presta ayuda ni orientación a quienes quieren declarar.
Fernando Ramos, presidente de la Asociación Latinoamericana de Agentes Aduanales, consideró que el principal problema es la falta de personal y de infraestructura, lo que genera cuellos de botella en los andenes exclusivos para los pasajeros que quieren hacer declaración.
"Hay un solo anden donde están los verificadores, al final hay una oficina de Aduanas, te entregan una papeleta, la llenas con la declaración del excedente de tus derechos, se paga en efectivo directamente en la aduana, te dan una papeleta, aprietas el botón y si sale rojo te hacen una revisión. Además hay una segunda inspección cuando pasa la aduana, y el procedimiento es el mismo.
"El trámite no es lo más ágil ni lo mejor que se pudiera hacer. Por falta de infraestructura y personal, y creo que debe haber un tratamiento diferente para el pasajero y el transportista", comentó.
Ambos especialistas expusieron que aunado a esta situación, hay gente que tiene arraigada la cultura del no pago y prefieren confiar en su suerte al pasar por el semáforo fiscal.
Cuando una persona decide declarar su mercancía, puede tomarle hasta dos horas, porque falta información y asesoría sobre lo que no se puede introducir, que se complica cuando no se tiene facturas de compra.
Hilda Castro, presidenta de la Alianza contra la Piratería, expuso que el problema se agudiza en periodos vacacionales, pues el proceso se vuelve lento tanto en atender a las personas que quieren declarar, como a quienes les toca revisión por el semáforo fiscal.
"La hoja que viene en el avión indica que si se trae alguna mercancía debe declararse, pero no hay indicaciones sobre cómo se tiene que hacer la declaración. Se requiere más información al turista porque no es una forma fácil de hacer el pago y la declaración", dijo.
Añadió que en Aduanas se exige la factura o cualquier comprobante o documento que exprese el valor de la mercancía, pero mucha gente lo desconoce y se deshace de ellos en la misma tienda.
"El problema es cuando llegas a la Aduana", dijo.
Kiyoshi Tsuru, director de la Bussines Software Alliance (BSA), expresó que incluso el personal de Aduanas no presta ayuda ni orientación a quienes quieren declarar.
Fernando Ramos, presidente de la Asociación Latinoamericana de Agentes Aduanales, consideró que el principal problema es la falta de personal y de infraestructura, lo que genera cuellos de botella en los andenes exclusivos para los pasajeros que quieren hacer declaración.
"Hay un solo anden donde están los verificadores, al final hay una oficina de Aduanas, te entregan una papeleta, la llenas con la declaración del excedente de tus derechos, se paga en efectivo directamente en la aduana, te dan una papeleta, aprietas el botón y si sale rojo te hacen una revisión. Además hay una segunda inspección cuando pasa la aduana, y el procedimiento es el mismo.
"El trámite no es lo más ágil ni lo mejor que se pudiera hacer. Por falta de infraestructura y personal, y creo que debe haber un tratamiento diferente para el pasajero y el transportista", comentó.
Ambos especialistas expusieron que aunado a esta situación, hay gente que tiene arraigada la cultura del no pago y prefieren confiar en su suerte al pasar por el semáforo fiscal.
Cuando una persona decide declarar su mercancía, puede tomarle hasta dos horas, porque falta información y asesoría sobre lo que no se puede introducir, que se complica cuando no se tiene facturas de compra.
Hilda Castro, presidenta de la Alianza contra la Piratería, expuso que el problema se agudiza en periodos vacacionales, pues el proceso se vuelve lento tanto en atender a las personas que quieren declarar, como a quienes les toca revisión por el semáforo fiscal.
"La hoja que viene en el avión indica que si se trae alguna mercancía debe declararse, pero no hay indicaciones sobre cómo se tiene que hacer la declaración. Se requiere más información al turista porque no es una forma fácil de hacer el pago y la declaración", dijo.
Añadió que en Aduanas se exige la factura o cualquier comprobante o documento que exprese el valor de la mercancía, pero mucha gente lo desconoce y se deshace de ellos en la misma tienda.
"El problema es cuando llegas a la Aduana", dijo.
Kiyoshi Tsuru, director de la Bussines Software Alliance (BSA), expresó que incluso el personal de Aduanas no presta ayuda ni orientación a quienes quieren declarar.
Fernando Ramos, presidente de la Asociación Latinoamericana de Agentes Aduanales, consideró que el principal problema es la falta de personal y de infraestructura, lo que genera cuellos de botella en los andenes exclusivos para los pasajeros que quieren hacer declaración.
"Hay un solo anden donde están los verificadores, al final hay una oficina de Aduanas, te entregan una papeleta, la llenas con la declaración del excedente de tus derechos, se paga en efectivo directamente en la aduana, te dan una papeleta, aprietas el botón y si sale rojo te hacen una revisión. Además hay una segunda inspección cuando pasa la aduana, y el procedimiento es el mismo.
"El trámite no es lo más ágil ni lo mejor que se pudiera hacer. Por falta de infraestructura y personal, y creo que debe haber un tratamiento diferente para el pasajero y el transportista", comentó.
Ambos especialistas expusieron que aunado a esta situación, hay gente que tiene arraigada la cultura del no pago y prefieren confiar en su suerte al pasar por el semáforo fiscal.
Cuando una persona decide declarar su mercancía, puede tomarle hasta dos horas, porque falta información y asesoría sobre lo que no se puede introducir, que se complica cuando no se tiene facturas de compra.
Hilda Castro, presidenta de la Alianza contra la Piratería, expuso que el problema se agudiza en periodos vacacionales, pues el proceso se vuelve lento tanto en atender a las personas que quieren declarar, como a quienes les toca revisión por el semáforo fiscal.
"La hoja que viene en el avión indica que si se trae alguna mercancía debe declararse, pero no hay indicaciones sobre cómo se tiene que hacer la declaración. Se requiere más información al turista porque no es una forma fácil de hacer el pago y la declaración", dijo.
Añadió que en Aduanas se exige la factura o cualquier comprobante o documento que exprese el valor de la mercancía, pero mucha gente lo desconoce y se deshace de ellos en la misma tienda.
"El problema es cuando llegas a la Aduana", dijo.
Kiyoshi Tsuru, director de la Bussines Software Alliance (BSA), expresó que incluso el personal de Aduanas no presta ayuda ni orientación a quienes quieren declarar.
Fernando Ramos, presidente de la Asociación Latinoamericana de Agentes Aduanales, consideró que el principal problema es la falta de personal y de infraestructura, lo que genera cuellos de botella en los andenes exclusivos para los pasajeros que quieren hacer declaración.
"Hay un solo anden donde están los verificadores, al final hay una oficina de Aduanas, te entregan una papeleta, la llenas con la declaración del excedente de tus derechos, se paga en efectivo directamente en la aduana, te dan una papeleta, aprietas el botón y si sale rojo te hacen una revisión. Además hay una segunda inspección cuando pasa la aduana, y el procedimiento es el mismo.
"El trámite no es lo más ágil ni lo mejor que se pudiera hacer. Por falta de infraestructura y personal, y creo que debe haber un tratamiento diferente para el pasajero y el transportista", comentó.
Ambos especialistas expusieron que aunado a esta situación, hay gente que tiene arraigada la cultura del no pago y prefieren confiar en su suerte al pasar por el semáforo fiscal.
Cuando una persona decide declarar su mercancía, puede tomarle hasta dos horas, porque falta información y asesoría sobre lo que no se puede introducir, que se complica cuando no se tiene facturas de compra.
Hilda Castro, presidenta de la Alianza contra la Piratería, expuso que el problema se agudiza en periodos vacacionales, pues el proceso se vuelve lento tanto en atender a las personas que quieren declarar, como a quienes les toca revisión por el semáforo fiscal.
"La hoja que viene en el avión indica que si se trae alguna mercancía debe declararse, pero no hay indicaciones sobre cómo se tiene que hacer la declaración. Se requiere más información al turista porque no es una forma fácil de hacer el pago y la declaración", dijo.
Añadió que en Aduanas se exige la factura o cualquier comprobante o documento que exprese el valor de la mercancía, pero mucha gente lo desconoce y se deshace de ellos en la misma tienda.
"El problema es cuando llegas a la Aduana", dijo.
Kiyoshi Tsuru, director de la Bussines Software Alliance (BSA), expresó que incluso el personal de Aduanas no presta ayuda ni orientación a quienes quieren declarar.
Fernando Ramos, presidente de la Asociación Latinoamericana de Agentes Aduanales, consideró que el principal problema es la falta de personal y de infraestructura, lo que genera cuellos de botella en los andenes exclusivos para los pasajeros que quieren hacer declaración.
"Hay un solo anden donde están los verificadores, al final hay una oficina de Aduanas, te entregan una papeleta, la llenas con la declaración del excedente de tus derechos, se paga en efectivo directamente en la aduana, te dan una papeleta, aprietas el botón y si sale rojo te hacen una revisión. Además hay una segunda inspección cuando pasa la aduana, y el procedimiento es el mismo.
"El trámite no es lo más ágil ni lo mejor que se pudiera hacer. Por falta de infraestructura y personal, y creo que debe haber un tratamiento diferente para el pasajero y el transportista", comentó.
Ambos especialistas expusieron que aunado a esta situación, hay gente que tiene arraigada la cultura del no pago y prefieren confiar en su suerte al pasar por el semáforo fiscal.
Cuando una persona decide declarar su mercancía, puede tomarle hasta dos horas, porque falta información y asesoría sobre lo que no se puede introducir, que se complica cuando no se tiene facturas de compra.
Hilda Castro, presidenta de la Alianza contra la Piratería, expuso que el problema se agudiza en periodos vacacionales, pues el proceso se vuelve lento tanto en atender a las personas que quieren declarar, como a quienes les toca revisión por el semáforo fiscal.
"La hoja que viene en el avión indica que si se trae alguna mercancía debe declararse, pero no hay indicaciones sobre cómo se tiene que hacer la declaración. Se requiere más información al turista porque no es una forma fácil de hacer el pago y la declaración", dijo.
Añadió que en Aduanas se exige la factura o cualquier comprobante o documento que exprese el valor de la mercancía, pero mucha gente lo desconoce y se deshace de ellos en la misma tienda.
"El problema es cuando llegas a la Aduana", dijo.
Kiyoshi Tsuru, director de la Bussines Software Alliance (BSA), expresó que incluso el personal de Aduanas no presta ayuda ni orientación a quienes quieren declarar.
Fernando Ramos, presidente de la Asociación Latinoamericana de Agentes Aduanales, consideró que el principal problema es la falta de personal y de infraestructura, lo que genera cuellos de botella en los andenes exclusivos para los pasajeros que quieren hacer declaración.
"Hay un solo anden donde están los verificadores, al final hay una oficina de Aduanas, te entregan una papeleta, la llenas con la declaración del excedente de tus derechos, se paga en efectivo directamente en la aduana, te dan una papeleta, aprietas el botón y si sale rojo te hacen una revisión. Además hay una segunda inspección cuando pasa la aduana, y el procedimiento es el mismo.
"El trámite no es lo más ágil ni lo mejor que se pudiera hacer. Por falta de infraestructura y personal, y creo que debe haber un tratamiento diferente para el pasajero y el transportista", comentó.
Ambos especialistas expusieron que aunado a esta situación, hay gente que tiene arraigada la cultura del no pago y prefieren confiar en su suerte al pasar por el semáforo fiscal.
Cuando una persona decide declarar su mercancía, puede tomarle hasta dos horas, porque falta información y asesoría sobre lo que no se puede introducir, que se complica cuando no se tiene facturas de compra.
Hilda Castro, presidenta de la Alianza contra la Piratería, expuso que el problema se agudiza en periodos vacacionales, pues el proceso se vuelve lento tanto en atender a las personas que quieren declarar, como a quienes les toca revisión por el semáforo fiscal.
"La hoja que viene en el avión indica que si se trae alguna mercancía debe declararse, pero no hay indicaciones sobre cómo se tiene que hacer la declaración. Se requiere más información al turista porque no es una forma fácil de hacer el pago y la declaración", dijo.
Añadió que en Aduanas se exige la factura o cualquier comprobante o documento que exprese el valor de la mercancía, pero mucha gente lo desconoce y se deshace de ellos en la misma tienda.
"El problema es cuando llegas a la Aduana", dijo.
Kiyoshi Tsuru, director de la Bussines Software Alliance (BSA), expresó que incluso el personal de Aduanas no presta ayuda ni orientación a quienes quieren declarar.
Fernando Ramos, presidente de la Asociación Latinoamericana de Agentes Aduanales, consideró que el principal problema es la falta de personal y de infraestructura, lo que genera cuellos de botella en los andenes exclusivos para los pasajeros que quieren hacer declaración.
"Hay un solo anden donde están los verificadores, al final hay una oficina de Aduanas, te entregan una papeleta, la llenas con la declaración del excedente de tus derechos, se paga en efectivo directamente en la aduana, te dan una papeleta, aprietas el botón y si sale rojo te hacen una revisión. Además hay una segunda inspección cuando pasa la aduana, y el procedimiento es el mismo.
"El trámite no es lo más ágil ni lo mejor que se pudiera hacer. Por falta de infraestructura y personal, y creo que debe haber un tratamiento diferente para el pasajero y el transportista", comentó.
Ambos especialistas expusieron que aunado a esta situación, hay gente que tiene arraigada la cultura del no pago y prefieren confiar en su suerte al pasar por el semáforo fiscal.