La diferencia impositiva favoreció que China se convirtiera en 2002 en el primer receptor de inversión directa extranjera, al superar a EU.
Se trata de una de las leyes que más controversias ha creado en el seno del Partido Comunista de China (PCCh, en el poder desde 1949) entre los partidarios de seguir favoreciendo la inversión extranjera directa en la apertura económica del país y los que defienden políticas que estimulen a las empresas locales.
El borrador de la ley de impuesto unificado empezó a ser deliberado hoy por el X Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, máximo órgano legislativo), con motivo de la apertura de su XXV sesión, que se celebrará hasta el próximo viernes.
El borrador podría ser aprobado en la próxima reunión del legislativo (marzo 2007) y entrar en vigor en 2008.
La actual ley de impuestos nacionales data de 1985 y grava con una media del 33 por ciento a las empresas chinas, aunque con las diferentes desgravaciones y políticas preferenciales queda reducida hasta niveles de un 24 por ciento.
En cuanto a los impuestos para firmas extranjeras, la ley data de 1991 y aplica una media del 30 por cien a estas empresas, que de hecho queda reducida hasta un 14 por ciento, tras las dispensas y políticas que estimularon, hasta ahora, la inversión extranjera.
El nuevo borrador fija un impuesto medio unificado del 25 por ciento tanto para empresas extranjeras como locales, y sus defensores dicen que no afectará a la inversión extranjera.
"Un código de tasas unificadas creará un entorno impositivo que favorecerá la competencia justa entre todas las empresas registradas en China", señaló hoy el ministro de Finanzas, Jin Renqing.
La reforma de la ley de sociedades ayudará a la "dura competencia" que han tenido que afrontar las empresas chinas desde su acceso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001.
El borrador ha sido analizado en diversas ocasiones en los últimos años, y en la pasada reunión anual del legislativo, en marzo, fue excluido de la lista de leyes que el órgano de validación aprueba sistemáticamente a propuesta del Ejecutivo.
En 2005, la inversión extranjera directa en China fue de 60 mil 325 millones de dólares (49 mil 700 millones de euros), con un descenso del 0.5 por ciento (en 2004 aumentó un 13 por ciento), y las previsiones para 2006 la sitúan al mismo nivel que el año pasado.
La actual ley favoreció que China se convirtiera en la tercera potencia comercial (por volumen de exportación y exportación), aunque se calcula que un 60 por ciento de las temidas exportaciones de las manufacturas chinas proceden de plantas de propiedad parcial o totalmente foránea.
Algunos diputados a la ANP empezaron a exigir la reforma del impuesto de sociedades hace dos años, por considerar que la economía china estaba ya madura para afrontar la equiparación de un sistema impositivo, que consideraban "discriminatorio".
Además, el enorme flujo de capital suponía una gran presión para la revaluación de la moneda china, el yuan o "renminbi" ("moneda del pueblo"), que se rige por un mecanismo que Washington considera "artificial" por mantener el yuan barato, de manera que favorece las exportaciones chinas.
En julio de 2005, China decidió desvincular, después de una década, el yuan del dólar, y lo ligó a una cesta de monedas que favorecen una franja de flotación del 0.3 por ciento, una reforma que Pekín se comprometió a proseguir tras la visita del secretario del Tesoro de EU, Henry Paulson, hace una semana.
La diferencia impositiva favoreció que China se convirtiera en 2002 en el primer receptor de inversión directa extranjera, al superar a EU.
Se trata de una de las leyes que más controversias ha creado en el seno del Partido Comunista de China (PCCh, en el poder desde 1949) entre los partidarios de seguir favoreciendo la inversión extranjera directa en la apertura económica del país y los que defienden políticas que estimulen a las empresas locales.
El borrador de la ley de impuesto unificado empezó a ser deliberado hoy por el X Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, máximo órgano legislativo), con motivo de la apertura de su XXV sesión, que se celebrará hasta el próximo viernes.
El borrador podría ser aprobado en la próxima reunión del legislativo (marzo 2007) y entrar en vigor en 2008.
La actual ley de impuestos nacionales data de 1985 y grava con una media del 33 por ciento a las empresas chinas, aunque con las diferentes desgravaciones y políticas preferenciales queda reducida hasta niveles de un 24 por ciento.
En cuanto a los impuestos para firmas extranjeras, la ley data de 1991 y aplica una media del 30 por cien a estas empresas, que de hecho queda reducida hasta un 14 por ciento, tras las dispensas y políticas que estimularon, hasta ahora, la inversión extranjera.
El nuevo borrador fija un impuesto medio unificado del 25 por ciento tanto para empresas extranjeras como locales, y sus defensores dicen que no afectará a la inversión extranjera.
"Un código de tasas unificadas creará un entorno impositivo que favorecerá la competencia justa entre todas las empresas registradas en China", señaló hoy el ministro de Finanzas, Jin Renqing.
La reforma de la ley de sociedades ayudará a la "dura competencia" que han tenido que afrontar las empresas chinas desde su acceso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001.
El borrador ha sido analizado en diversas ocasiones en los últimos años, y en la pasada reunión anual del legislativo, en marzo, fue excluido de la lista de leyes que el órgano de validación aprueba sistemáticamente a propuesta del Ejecutivo.
En 2005, la inversión extranjera directa en China fue de 60 mil 325 millones de dólares (49 mil 700 millones de euros), con un descenso del 0.5 por ciento (en 2004 aumentó un 13 por ciento), y las previsiones para 2006 la sitúan al mismo nivel que el año pasado.
La actual ley favoreció que China se convirtiera en la tercera potencia comercial (por volumen de exportación y exportación), aunque se calcula que un 60 por ciento de las temidas exportaciones de las manufacturas chinas proceden de plantas de propiedad parcial o totalmente foránea.
Algunos diputados a la ANP empezaron a exigir la reforma del impuesto de sociedades hace dos años, por considerar que la economía china estaba ya madura para afrontar la equiparación de un sistema impositivo, que consideraban "discriminatorio".
Además, el enorme flujo de capital suponía una gran presión para la revaluación de la moneda china, el yuan o "renminbi" ("moneda del pueblo"), que se rige por un mecanismo que Washington considera "artificial" por mantener el yuan barato, de manera que favorece las exportaciones chinas.
En julio de 2005, China decidió desvincular, después de una década, el yuan del dólar, y lo ligó a una cesta de monedas que favorecen una franja de flotación del 0.3 por ciento, una reforma que Pekín se comprometió a proseguir tras la visita del secretario del Tesoro de EU, Henry Paulson, hace una semana.
La diferencia impositiva favoreció que China se convirtiera en 2002 en el primer receptor de inversión directa extranjera, al superar a EU.
Se trata de una de las leyes que más controversias ha creado en el seno del Partido Comunista de China (PCCh, en el poder desde 1949) entre los partidarios de seguir favoreciendo la inversión extranjera directa en la apertura económica del país y los que defienden políticas que estimulen a las empresas locales.
El borrador de la ley de impuesto unificado empezó a ser deliberado hoy por el X Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, máximo órgano legislativo), con motivo de la apertura de su XXV sesión, que se celebrará hasta el próximo viernes.
El borrador podría ser aprobado en la próxima reunión del legislativo (marzo 2007) y entrar en vigor en 2008.
La actual ley de impuestos nacionales data de 1985 y grava con una media del 33 por ciento a las empresas chinas, aunque con las diferentes desgravaciones y políticas preferenciales queda reducida hasta niveles de un 24 por ciento.
En cuanto a los impuestos para firmas extranjeras, la ley data de 1991 y aplica una media del 30 por cien a estas empresas, que de hecho queda reducida hasta un 14 por ciento, tras las dispensas y políticas que estimularon, hasta ahora, la inversión extranjera.
El nuevo borrador fija un impuesto medio unificado del 25 por ciento tanto para empresas extranjeras como locales, y sus defensores dicen que no afectará a la inversión extranjera.
"Un código de tasas unificadas creará un entorno impositivo que favorecerá la competencia justa entre todas las empresas registradas en China", señaló hoy el ministro de Finanzas, Jin Renqing.
La reforma de la ley de sociedades ayudará a la "dura competencia" que han tenido que afrontar las empresas chinas desde su acceso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001.
El borrador ha sido analizado en diversas ocasiones en los últimos años, y en la pasada reunión anual del legislativo, en marzo, fue excluido de la lista de leyes que el órgano de validación aprueba sistemáticamente a propuesta del Ejecutivo.
En 2005, la inversión extranjera directa en China fue de 60 mil 325 millones de dólares (49 mil 700 millones de euros), con un descenso del 0.5 por ciento (en 2004 aumentó un 13 por ciento), y las previsiones para 2006 la sitúan al mismo nivel que el año pasado.
La actual ley favoreció que China se convirtiera en la tercera potencia comercial (por volumen de exportación y exportación), aunque se calcula que un 60 por ciento de las temidas exportaciones de las manufacturas chinas proceden de plantas de propiedad parcial o totalmente foránea.
Algunos diputados a la ANP empezaron a exigir la reforma del impuesto de sociedades hace dos años, por considerar que la economía china estaba ya madura para afrontar la equiparación de un sistema impositivo, que consideraban "discriminatorio".
Además, el enorme flujo de capital suponía una gran presión para la revaluación de la moneda china, el yuan o "renminbi" ("moneda del pueblo"), que se rige por un mecanismo que Washington considera "artificial" por mantener el yuan barato, de manera que favorece las exportaciones chinas.
En julio de 2005, China decidió desvincular, después de una década, el yuan del dólar, y lo ligó a una cesta de monedas que favorecen una franja de flotación del 0.3 por ciento, una reforma que Pekín se comprometió a proseguir tras la visita del secretario del Tesoro de EU, Henry Paulson, hace una semana.
La diferencia impositiva favoreció que China se convirtiera en 2002 en el primer receptor de inversión directa extranjera, al superar a EU.
Se trata de una de las leyes que más controversias ha creado en el seno del Partido Comunista de China (PCCh, en el poder desde 1949) entre los partidarios de seguir favoreciendo la inversión extranjera directa en la apertura económica del país y los que defienden políticas que estimulen a las empresas locales.
El borrador de la ley de impuesto unificado empezó a ser deliberado hoy por el X Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, máximo órgano legislativo), con motivo de la apertura de su XXV sesión, que se celebrará hasta el próximo viernes.
El borrador podría ser aprobado en la próxima reunión del legislativo (marzo 2007) y entrar en vigor en 2008.
La actual ley de impuestos nacionales data de 1985 y grava con una media del 33 por ciento a las empresas chinas, aunque con las diferentes desgravaciones y políticas preferenciales queda reducida hasta niveles de un 24 por ciento.
En cuanto a los impuestos para firmas extranjeras, la ley data de 1991 y aplica una media del 30 por cien a estas empresas, que de hecho queda reducida hasta un 14 por ciento, tras las dispensas y políticas que estimularon, hasta ahora, la inversión extranjera.
El nuevo borrador fija un impuesto medio unificado del 25 por ciento tanto para empresas extranjeras como locales, y sus defensores dicen que no afectará a la inversión extranjera.
"Un código de tasas unificadas creará un entorno impositivo que favorecerá la competencia justa entre todas las empresas registradas en China", señaló hoy el ministro de Finanzas, Jin Renqing.
La reforma de la ley de sociedades ayudará a la "dura competencia" que han tenido que afrontar las empresas chinas desde su acceso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001.
El borrador ha sido analizado en diversas ocasiones en los últimos años, y en la pasada reunión anual del legislativo, en marzo, fue excluido de la lista de leyes que el órgano de validación aprueba sistemáticamente a propuesta del Ejecutivo.
En 2005, la inversión extranjera directa en China fue de 60 mil 325 millones de dólares (49 mil 700 millones de euros), con un descenso del 0.5 por ciento (en 2004 aumentó un 13 por ciento), y las previsiones para 2006 la sitúan al mismo nivel que el año pasado.
La actual ley favoreció que China se convirtiera en la tercera potencia comercial (por volumen de exportación y exportación), aunque se calcula que un 60 por ciento de las temidas exportaciones de las manufacturas chinas proceden de plantas de propiedad parcial o totalmente foránea.
Algunos diputados a la ANP empezaron a exigir la reforma del impuesto de sociedades hace dos años, por considerar que la economía china estaba ya madura para afrontar la equiparación de un sistema impositivo, que consideraban "discriminatorio".
Además, el enorme flujo de capital suponía una gran presión para la revaluación de la moneda china, el yuan o "renminbi" ("moneda del pueblo"), que se rige por un mecanismo que Washington considera "artificial" por mantener el yuan barato, de manera que favorece las exportaciones chinas.
En julio de 2005, China decidió desvincular, después de una década, el yuan del dólar, y lo ligó a una cesta de monedas que favorecen una franja de flotación del 0.3 por ciento, una reforma que Pekín se comprometió a proseguir tras la visita del secretario del Tesoro de EU, Henry Paulson, hace una semana.
La diferencia impositiva favoreció que China se convirtiera en 2002 en el primer receptor de inversión directa extranjera, al superar a EU.
Se trata de una de las leyes que más controversias ha creado en el seno del Partido Comunista de China (PCCh, en el poder desde 1949) entre los partidarios de seguir favoreciendo la inversión extranjera directa en la apertura económica del país y los que defienden políticas que estimulen a las empresas locales.
El borrador de la ley de impuesto unificado empezó a ser deliberado hoy por el X Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, máximo órgano legislativo), con motivo de la apertura de su XXV sesión, que se celebrará hasta el próximo viernes.
El borrador podría ser aprobado en la próxima reunión del legislativo (marzo 2007) y entrar en vigor en 2008.
La actual ley de impuestos nacionales data de 1985 y grava con una media del 33 por ciento a las empresas chinas, aunque con las diferentes desgravaciones y políticas preferenciales queda reducida hasta niveles de un 24 por ciento.
En cuanto a los impuestos para firmas extranjeras, la ley data de 1991 y aplica una media del 30 por cien a estas empresas, que de hecho queda reducida hasta un 14 por ciento, tras las dispensas y políticas que estimularon, hasta ahora, la inversión extranjera.
El nuevo borrador fija un impuesto medio unificado del 25 por ciento tanto para empresas extranjeras como locales, y sus defensores dicen que no afectará a la inversión extranjera.
"Un código de tasas unificadas creará un entorno impositivo que favorecerá la competencia justa entre todas las empresas registradas en China", señaló hoy el ministro de Finanzas, Jin Renqing.
La reforma de la ley de sociedades ayudará a la "dura competencia" que han tenido que afrontar las empresas chinas desde su acceso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001.
El borrador ha sido analizado en diversas ocasiones en los últimos años, y en la pasada reunión anual del legislativo, en marzo, fue excluido de la lista de leyes que el órgano de validación aprueba sistemáticamente a propuesta del Ejecutivo.
En 2005, la inversión extranjera directa en China fue de 60 mil 325 millones de dólares (49 mil 700 millones de euros), con un descenso del 0.5 por ciento (en 2004 aumentó un 13 por ciento), y las previsiones para 2006 la sitúan al mismo nivel que el año pasado.
La actual ley favoreció que China se convirtiera en la tercera potencia comercial (por volumen de exportación y exportación), aunque se calcula que un 60 por ciento de las temidas exportaciones de las manufacturas chinas proceden de plantas de propiedad parcial o totalmente foránea.
Algunos diputados a la ANP empezaron a exigir la reforma del impuesto de sociedades hace dos años, por considerar que la economía china estaba ya madura para afrontar la equiparación de un sistema impositivo, que consideraban "discriminatorio".
Además, el enorme flujo de capital suponía una gran presión para la revaluación de la moneda china, el yuan o "renminbi" ("moneda del pueblo"), que se rige por un mecanismo que Washington considera "artificial" por mantener el yuan barato, de manera que favorece las exportaciones chinas.
En julio de 2005, China decidió desvincular, después de una década, el yuan del dólar, y lo ligó a una cesta de monedas que favorecen una franja de flotación del 0.3 por ciento, una reforma que Pekín se comprometió a proseguir tras la visita del secretario del Tesoro de EU, Henry Paulson, hace una semana.
La diferencia impositiva favoreció que China se convirtiera en 2002 en el primer receptor de inversión directa extranjera, al superar a EU.
Se trata de una de las leyes que más controversias ha creado en el seno del Partido Comunista de China (PCCh, en el poder desde 1949) entre los partidarios de seguir favoreciendo la inversión extranjera directa en la apertura económica del país y los que defienden políticas que estimulen a las empresas locales.
El borrador de la ley de impuesto unificado empezó a ser deliberado hoy por el X Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, máximo órgano legislativo), con motivo de la apertura de su XXV sesión, que se celebrará hasta el próximo viernes.
El borrador podría ser aprobado en la próxima reunión del legislativo (marzo 2007) y entrar en vigor en 2008.
La actual ley de impuestos nacionales data de 1985 y grava con una media del 33 por ciento a las empresas chinas, aunque con las diferentes desgravaciones y políticas preferenciales queda reducida hasta niveles de un 24 por ciento.
En cuanto a los impuestos para firmas extranjeras, la ley data de 1991 y aplica una media del 30 por cien a estas empresas, que de hecho queda reducida hasta un 14 por ciento, tras las dispensas y políticas que estimularon, hasta ahora, la inversión extranjera.
El nuevo borrador fija un impuesto medio unificado del 25 por ciento tanto para empresas extranjeras como locales, y sus defensores dicen que no afectará a la inversión extranjera.
"Un código de tasas unificadas creará un entorno impositivo que favorecerá la competencia justa entre todas las empresas registradas en China", señaló hoy el ministro de Finanzas, Jin Renqing.
La reforma de la ley de sociedades ayudará a la "dura competencia" que han tenido que afrontar las empresas chinas desde su acceso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001.
El borrador ha sido analizado en diversas ocasiones en los últimos años, y en la pasada reunión anual del legislativo, en marzo, fue excluido de la lista de leyes que el órgano de validación aprueba sistemáticamente a propuesta del Ejecutivo.
En 2005, la inversión extranjera directa en China fue de 60 mil 325 millones de dólares (49 mil 700 millones de euros), con un descenso del 0.5 por ciento (en 2004 aumentó un 13 por ciento), y las previsiones para 2006 la sitúan al mismo nivel que el año pasado.
La actual ley favoreció que China se convirtiera en la tercera potencia comercial (por volumen de exportación y exportación), aunque se calcula que un 60 por ciento de las temidas exportaciones de las manufacturas chinas proceden de plantas de propiedad parcial o totalmente foránea.
Algunos diputados a la ANP empezaron a exigir la reforma del impuesto de sociedades hace dos años, por considerar que la economía china estaba ya madura para afrontar la equiparación de un sistema impositivo, que consideraban "discriminatorio".
Además, el enorme flujo de capital suponía una gran presión para la revaluación de la moneda china, el yuan o "renminbi" ("moneda del pueblo"), que se rige por un mecanismo que Washington considera "artificial" por mantener el yuan barato, de manera que favorece las exportaciones chinas.
En julio de 2005, China decidió desvincular, después de una década, el yuan del dólar, y lo ligó a una cesta de monedas que favorecen una franja de flotación del 0.3 por ciento, una reforma que Pekín se comprometió a proseguir tras la visita del secretario del Tesoro de EU, Henry Paulson, hace una semana.
La diferencia impositiva favoreció que China se convirtiera en 2002 en el primer receptor de inversión directa extranjera, al superar a EU.
Se trata de una de las leyes que más controversias ha creado en el seno del Partido Comunista de China (PCCh, en el poder desde 1949) entre los partidarios de seguir favoreciendo la inversión extranjera directa en la apertura económica del país y los que defienden políticas que estimulen a las empresas locales.
El borrador de la ley de impuesto unificado empezó a ser deliberado hoy por el X Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, máximo órgano legislativo), con motivo de la apertura de su XXV sesión, que se celebrará hasta el próximo viernes.
El borrador podría ser aprobado en la próxima reunión del legislativo (marzo 2007) y entrar en vigor en 2008.
La actual ley de impuestos nacionales data de 1985 y grava con una media del 33 por ciento a las empresas chinas, aunque con las diferentes desgravaciones y políticas preferenciales queda reducida hasta niveles de un 24 por ciento.
En cuanto a los impuestos para firmas extranjeras, la ley data de 1991 y aplica una media del 30 por cien a estas empresas, que de hecho queda reducida hasta un 14 por ciento, tras las dispensas y políticas que estimularon, hasta ahora, la inversión extranjera.
El nuevo borrador fija un impuesto medio unificado del 25 por ciento tanto para empresas extranjeras como locales, y sus defensores dicen que no afectará a la inversión extranjera.
"Un código de tasas unificadas creará un entorno impositivo que favorecerá la competencia justa entre todas las empresas registradas en China", señaló hoy el ministro de Finanzas, Jin Renqing.
La reforma de la ley de sociedades ayudará a la "dura competencia" que han tenido que afrontar las empresas chinas desde su acceso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001.
El borrador ha sido analizado en diversas ocasiones en los últimos años, y en la pasada reunión anual del legislativo, en marzo, fue excluido de la lista de leyes que el órgano de validación aprueba sistemáticamente a propuesta del Ejecutivo.
En 2005, la inversión extranjera directa en China fue de 60 mil 325 millones de dólares (49 mil 700 millones de euros), con un descenso del 0.5 por ciento (en 2004 aumentó un 13 por ciento), y las previsiones para 2006 la sitúan al mismo nivel que el año pasado.
La actual ley favoreció que China se convirtiera en la tercera potencia comercial (por volumen de exportación y exportación), aunque se calcula que un 60 por ciento de las temidas exportaciones de las manufacturas chinas proceden de plantas de propiedad parcial o totalmente foránea.
Algunos diputados a la ANP empezaron a exigir la reforma del impuesto de sociedades hace dos años, por considerar que la economía china estaba ya madura para afrontar la equiparación de un sistema impositivo, que consideraban "discriminatorio".
Además, el enorme flujo de capital suponía una gran presión para la revaluación de la moneda china, el yuan o "renminbi" ("moneda del pueblo"), que se rige por un mecanismo que Washington considera "artificial" por mantener el yuan barato, de manera que favorece las exportaciones chinas.
En julio de 2005, China decidió desvincular, después de una década, el yuan del dólar, y lo ligó a una cesta de monedas que favorecen una franja de flotación del 0.3 por ciento, una reforma que Pekín se comprometió a proseguir tras la visita del secretario del Tesoro de EU, Henry Paulson, hace una semana.
La diferencia impositiva favoreció que China se convirtiera en 2002 en el primer receptor de inversión directa extranjera, al superar a EU.
Se trata de una de las leyes que más controversias ha creado en el seno del Partido Comunista de China (PCCh, en el poder desde 1949) entre los partidarios de seguir favoreciendo la inversión extranjera directa en la apertura económica del país y los que defienden políticas que estimulen a las empresas locales.
El borrador de la ley de impuesto unificado empezó a ser deliberado hoy por el X Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, máximo órgano legislativo), con motivo de la apertura de su XXV sesión, que se celebrará hasta el próximo viernes.
El borrador podría ser aprobado en la próxima reunión del legislativo (marzo 2007) y entrar en vigor en 2008.
La actual ley de impuestos nacionales data de 1985 y grava con una media del 33 por ciento a las empresas chinas, aunque con las diferentes desgravaciones y políticas preferenciales queda reducida hasta niveles de un 24 por ciento.
En cuanto a los impuestos para firmas extranjeras, la ley data de 1991 y aplica una media del 30 por cien a estas empresas, que de hecho queda reducida hasta un 14 por ciento, tras las dispensas y políticas que estimularon, hasta ahora, la inversión extranjera.
El nuevo borrador fija un impuesto medio unificado del 25 por ciento tanto para empresas extranjeras como locales, y sus defensores dicen que no afectará a la inversión extranjera.
"Un código de tasas unificadas creará un entorno impositivo que favorecerá la competencia justa entre todas las empresas registradas en China", señaló hoy el ministro de Finanzas, Jin Renqing.
La reforma de la ley de sociedades ayudará a la "dura competencia" que han tenido que afrontar las empresas chinas desde su acceso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001.
El borrador ha sido analizado en diversas ocasiones en los últimos años, y en la pasada reunión anual del legislativo, en marzo, fue excluido de la lista de leyes que el órgano de validación aprueba sistemáticamente a propuesta del Ejecutivo.
En 2005, la inversión extranjera directa en China fue de 60 mil 325 millones de dólares (49 mil 700 millones de euros), con un descenso del 0.5 por ciento (en 2004 aumentó un 13 por ciento), y las previsiones para 2006 la sitúan al mismo nivel que el año pasado.
La actual ley favoreció que China se convirtiera en la tercera potencia comercial (por volumen de exportación y exportación), aunque se calcula que un 60 por ciento de las temidas exportaciones de las manufacturas chinas proceden de plantas de propiedad parcial o totalmente foránea.
Algunos diputados a la ANP empezaron a exigir la reforma del impuesto de sociedades hace dos años, por considerar que la economía china estaba ya madura para afrontar la equiparación de un sistema impositivo, que consideraban "discriminatorio".
Además, el enorme flujo de capital suponía una gran presión para la revaluación de la moneda china, el yuan o "renminbi" ("moneda del pueblo"), que se rige por un mecanismo que Washington considera "artificial" por mantener el yuan barato, de manera que favorece las exportaciones chinas.
En julio de 2005, China decidió desvincular, después de una década, el yuan del dólar, y lo ligó a una cesta de monedas que favorecen una franja de flotación del 0.3 por ciento, una reforma que Pekín se comprometió a proseguir tras la visita del secretario del Tesoro de EU, Henry Paulson, hace una semana.