Fuente: Reforma
GUADALAJARA, Jal., 11 de septiembre, 2006.- Guadalajara es la cuna del tequila… de contrabando. Tradicional, Herradura, 4 Machos y Don Julio, son algunas marcas de esta bebida que una empresa introdujo de contrabando y que ahora las comercializa en Guadalajara a través de supuestas promociones, denunció Rosario Guerra, presidenta de la Comisión para la Industria de Vinos y Licores (Civyl).
"Estos productos fueron importados por la empresa Simon Internacional que estuvo trabajando con amparos que ya perdió, por lo que fue dada de baja del padrón de importadores (de Aduanas)", explicó Guerra.
El modus operandi de los contrabandistas ha cambiado, dijo Guerra, debido a que los jueces ya no aceptan fianzas para otorgar el amparo, sino que solicitan el depósito de garantía por el valor del crédito fiscal en efectivo.
Las ofertas no sólo incluían tequila, sino también whisky, brandy y coñac, con entregas a domicilio.
La Civyl adquirió varios lotes de bebidas que se anunciaban como oferta, a precios muy por debajo del precio normal, para verificar su contenido.
"Resultaron ser bebidas auténticas, pero sabemos que venían de contrabando porque tienen la etiqueta en inglés, no cumplían con las especificaciones de la norma oficial mexicana de señalar quién es el importador ni el domicilio", explicó.
Añadió que a través de la Profeco se realizó una verificación en establecimientos formales para detectar productos ilegales.
Rosario Guerra estimó que el mercado de contrabando es de alrededor de 10 por ciento del total del mercado ilegal, el cual asciende a 16 millones de cajas.
En los últimos 3 años la Civyl ha detectado cerca de siete empresas que se dedicaron a importar bebidas alcohólicas de contrabando usando amparos. Una de estas empresas se llamaba Jaguar y operaba en Tijuana, pero desapareció cuando se dio de baja del padrón de importadores.
Añadió que la frontera norte es la zona del País donde más se ha detectado contrabando debido a que las empresas que importan se ahorran el pago del Impuesto Especial de Productos y Servicios (IEPS), que es de 50 por ciento, así como 5 puntos porcentuales del IVA, pues en la frontera sólo se grava con 10 por ciento.
En Guadalajara se da el caso porque los contrabandistas, y las empresas ilegales, argumentan que compran directamente de la empresa productora, lo cual es falso.
Falla la estrategia de atracción de IED
Fuente: Excelsior
MÉXICO, DF, 11 de septiembre, 2006.- El moderado ritmo de expansión económica que ha registrado la economía mexicana en los últimos años, no sólo radica en las justificaciones tradicionales que se sostienen en la ausencia de reformas estructurales. Para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), México ha errado su estrategia de apertura comercial y atracción de Inversión Extranjera Directa.
De acuerdo con su Informe sobre Comercio y Desarrollo 2006, México ha sido uno de los países de América Latina que más retroceso ha observado en la exportación de productos manufacturados con alta aplicación de tecnología, mejor conocida como Manufactura de Valor Agregado (MVA).
Según la evaluación realizada con información del 2003, mientras en 1980 la economía mexicana generaba 1.9 por ciento de la exportación total de Manufactura de Valor Agregado del mundo, esta proporción cayó a su mínimo nivel en la primera parte de la década de los 90, a 1.1 por ciento del volumen global.
Tras la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), que benefició principalmente a la producción tecnológica en el sector automotriz, los primeros y únicos efectos positivos para el comercio internacional mexicano se reflejaron en una exportación de MVA que se recuperó hasta significar dos por ciento del total mundial para el cierre del 2000.
Desde entonces, la tendencia decreciente no ha podido revertirse. Según refiere la investigación emprendida por la UNCTAD, una errónea política de apoyo fiscal para atraer Inversión Extranjera Directa, así como un bajo nivel de inversión en investigación y desarrollo tecnológico en la industria mexicana, le ha llevado a caer hasta 1.7 por ciento, determinando con ello el nivel de expansión económica del país.
En contraste con el comportamiento que ha observado México en esta materia, el informe destaca el caso de Corea, país que en el mismo periodo de tiempo ha transformado su producción manufacturera de productos con un alto nivel de utilización de mano de obra o de recursos naturales, hacia una alta implementación de tecnología.
De esta forma, mientras en los primeros años de la década de los 80 este país representaba 0.7 por ciento de la exportación de MVA en el mundo, para el cierre del 2003 la proporción creció más del triple hasta significar 2.3 por ciento del volumen total internacional.
Para alcanzar esta meta, se observó que la MVA de Corea pasó desde representar menos de 30 por ciento del total de su producción manufacturera local en 1980, hasta convertirse en más de 70 por ciento al cierre del 2003. En tanto, la proporción de manufacturas relacionadas con alta participación de mano de obra o recursos naturales han venido cayendo hasta significar menos de 10 y 20 por ciento, respectivamente.
En el caso de la producción manufacturera de México, en el mismo periodo de tiempo la MVA pasó de 30 a 35 por ciento, registrando una caída desde el año 2000, mientras que la proporción de los otros dos tipos de manufactura se ha mantenido estable en 45 por ciento para la relacionada alta utilización de recursos, y 20 por ciento para aquella que exige intensa aplicación de mano de obra.
Exceso en beneficios fiscales
Los autores del informe presentado por la institución dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), afirmaron en el documento que la incapacidad de México para aumentar la producción tecnológica se sostiene en el bajo presupuesto con el que cuenta la federación.
"Los planes de México por adoptar políticas más enfocadas en apoyar a este sector, y aumentar la inversión que contribuya a incrementar el valor de la producción doméstica, han sido ensombrecidos por los insuficientes recursos presupuestarios, y por largos plazos de implementación".
Sin embargo, confirman que la economía mexicana se ha perdido de una importante derrama de recursos fiscales, como consecuencia de las políticas aplicadas para atraer mayor Inversión Extranjera Directa (IED).
Con la firma del TLCAN, se tomaron acciones como simplificar los procedimientos administrativos y eliminar todas las barreras posibles para el ingreso de IED que beneficiara al sector manufacturero, con especial énfasis en ese sector. Como resultado de ello, las empresas transnacionales pagaban 30 por ciento menos por concepto de impuestos a la importación de los insumos que requerían, lo que les permitió reducir costos.
Si bien este mecanismo generó un crecimiento temporal en este sector, y en consecuencia en la economía del país, la realidad es que no se logró que empresas mexicanas se integraran a la cadena productiva de alto valor a nivel internacional, obstaculizando la posibilidad de contar con una expansión económica sostenida.
Ante este panorama, la actual administración emprendió un programa que convirtiera a México en un gran centro de manufactura para el sector automotriz.
En conclusión, sentenció el estudio de la UNCTAD, "si no se hubieran ofrecido tales paquetes fiscales para la atracción de IED, el gobierno tendría suficientes recursos por este concepto que le permitirían apoyar a la inversión en investigación y desarrollo, y la innovación tecnológica". Las empresas automotrices han sido las más activas en IED.