El comercio exterior dio un viraje importante como resultado de la ampliación en la oferta de divisas por la mayor demanda del principal socio comercial del país, que vino aparejada con la trayectoria ascendente de los precios internacionales de materias primas.
Esta tendencia se reflejó en una posición más competitiva en el exterior para tres de las ramas que conforman el 80.5 por ciento de las exportaciones manufactureras, y favoreció un ingreso adicional de divisas por 17 mil 600 millones de dólares en los primeros siete meses del año, para acumular un total de 113 mil 484 millones de dólares.
Las exportaciones de la industria de alimentos, bebidas y tabaco se elevaron 22.38 por ciento anual durante el periodo mencionado; en la industria minerometalúrgica, 67.76 por ciento, y en la de productos metálicos, maquinaria y equipo, las ventas al exterior subieron 21 por ciento anual.
En estos dos últimos casos, las ventas casi duplicaron el incremento arrojado entre enero y julio del año pasado.
Información del Banco de México, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), indican que la competitividad adquirida por exportadoras derivó en que el índice de la situación de las empresas manufactureras, tomando en cuenta el entorno económico-financiero, se incrementara 3 por ciento anual hasta julio pasado.
El escenario se mostró distinto en el mismo periodo de 2005, cuando dicho índice avanzó 1.2 por ciento anual, reflejando así la débil condición productiva de las empresas del ramo manufacturero.
La capacidad de las empresas para expandir sus proyectos de inversión y de producción en la segunda mitad del año no se verá frenada, ya que los hombres de negocios confirman que el escenario macroeconómico no tendrá fluctuaciones, además de que descartan una situación adversa sobre el aparato productivo nacional.
En los siete primeros meses del presente año, la acumulación de inventarios se mantuvo en los estándares de estabilidad; incluso, se advirtió una mayor demanda de productos, ya que las mercancías en existencia tuvieron un importante descenso.
Esto se confirma con las previsiones sobre la reanimación que registra el ciclo económico de Estados Unidos, debido a que su Producto Interno Bruto podría crecer a un ritmo de 3.4 por ciento al cierre del presente año, lo que ocasionaría un impacto positivo sobre la dinámica de las exportaciones manufactureras de México.
Por su parte, las importaciones también están avanzando de manera significativa, donde las de bienes intermedios crecieron 17 por ciento anual.
Una mayor estabilidad económica de los socios comerciales, principalmente Estados Unidos, provoca cambios en la trayectoria seguida por las exportaciones nacionales, a la vez que la evolución positiva del precio de las materias primas se constituye en un elemento determinante que favorecerá la oferta de divisas, la cual, junto con la demanda, determina la cotización del peso.
En el mediano plazo, será la dinámica de la demanda externa la que marque los planes de expansión de las empresas, que al verse en la posibilidad de colocar sus productos en los mercados internacionales perfilarán un mejoramiento en las condiciones de producción internas.
Los factores mencionados propiciarán que el perfil del crecimiento mexicano revele una mayor dependencia de la demanda del sector privado.
El escenario para la economía nacional, sin embargo, continúa siendo favorable debido a que las ganancias en ingreso real impulsarán un mejor comportamiento de la producción para consumo.
Sin dejar de lado la importancia que ha tenido el auge en la cotización del crudo en los mercados internacionales, es importante destacar que las exportaciones manufactureras entraron en una fase de crecimiento sostenido, principalmente las que tradicionalmente concentran las ventas al exterior en el sector de manufacturas.
El comercio exterior dio un viraje importante como resultado de la ampliación en la oferta de divisas por la mayor demanda del principal socio comercial del país, que vino aparejada con la trayectoria ascendente de los precios internacionales de materias primas.
Esta tendencia se reflejó en una posición más competitiva en el exterior para tres de las ramas que conforman el 80.5 por ciento de las exportaciones manufactureras, y favoreció un ingreso adicional de divisas por 17 mil 600 millones de dólares en los primeros siete meses del año, para acumular un total de 113 mil 484 millones de dólares.
Las exportaciones de la industria de alimentos, bebidas y tabaco se elevaron 22.38 por ciento anual durante el periodo mencionado; en la industria minerometalúrgica, 67.76 por ciento, y en la de productos metálicos, maquinaria y equipo, las ventas al exterior subieron 21 por ciento anual.
En estos dos últimos casos, las ventas casi duplicaron el incremento arrojado entre enero y julio del año pasado.
Información del Banco de México, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), indican que la competitividad adquirida por exportadoras derivó en que el índice de la situación de las empresas manufactureras, tomando en cuenta el entorno económico-financiero, se incrementara 3 por ciento anual hasta julio pasado.
El escenario se mostró distinto en el mismo periodo de 2005, cuando dicho índice avanzó 1.2 por ciento anual, reflejando así la débil condición productiva de las empresas del ramo manufacturero.
La capacidad de las empresas para expandir sus proyectos de inversión y de producción en la segunda mitad del año no se verá frenada, ya que los hombres de negocios confirman que el escenario macroeconómico no tendrá fluctuaciones, además de que descartan una situación adversa sobre el aparato productivo nacional.
En los siete primeros meses del presente año, la acumulación de inventarios se mantuvo en los estándares de estabilidad; incluso, se advirtió una mayor demanda de productos, ya que las mercancías en existencia tuvieron un importante descenso.
Esto se confirma con las previsiones sobre la reanimación que registra el ciclo económico de Estados Unidos, debido a que su Producto Interno Bruto podría crecer a un ritmo de 3.4 por ciento al cierre del presente año, lo que ocasionaría un impacto positivo sobre la dinámica de las exportaciones manufactureras de México.
Por su parte, las importaciones también están avanzando de manera significativa, donde las de bienes intermedios crecieron 17 por ciento anual.
Una mayor estabilidad económica de los socios comerciales, principalmente Estados Unidos, provoca cambios en la trayectoria seguida por las exportaciones nacionales, a la vez que la evolución positiva del precio de las materias primas se constituye en un elemento determinante que favorecerá la oferta de divisas, la cual, junto con la demanda, determina la cotización del peso.
En el mediano plazo, será la dinámica de la demanda externa la que marque los planes de expansión de las empresas, que al verse en la posibilidad de colocar sus productos en los mercados internacionales perfilarán un mejoramiento en las condiciones de producción internas.
Los factores mencionados propiciarán que el perfil del crecimiento mexicano revele una mayor dependencia de la demanda del sector privado.
El escenario para la economía nacional, sin embargo, continúa siendo favorable debido a que las ganancias en ingreso real impulsarán un mejor comportamiento de la producción para consumo.
Sin dejar de lado la importancia que ha tenido el auge en la cotización del crudo en los mercados internacionales, es importante destacar que las exportaciones manufactureras entraron en una fase de crecimiento sostenido, principalmente las que tradicionalmente concentran las ventas al exterior en el sector de manufacturas.
El comercio exterior dio un viraje importante como resultado de la ampliación en la oferta de divisas por la mayor demanda del principal socio comercial del país, que vino aparejada con la trayectoria ascendente de los precios internacionales de materias primas.
Esta tendencia se reflejó en una posición más competitiva en el exterior para tres de las ramas que conforman el 80.5 por ciento de las exportaciones manufactureras, y favoreció un ingreso adicional de divisas por 17 mil 600 millones de dólares en los primeros siete meses del año, para acumular un total de 113 mil 484 millones de dólares.
Las exportaciones de la industria de alimentos, bebidas y tabaco se elevaron 22.38 por ciento anual durante el periodo mencionado; en la industria minerometalúrgica, 67.76 por ciento, y en la de productos metálicos, maquinaria y equipo, las ventas al exterior subieron 21 por ciento anual.
En estos dos últimos casos, las ventas casi duplicaron el incremento arrojado entre enero y julio del año pasado.
Información del Banco de México, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), indican que la competitividad adquirida por exportadoras derivó en que el índice de la situación de las empresas manufactureras, tomando en cuenta el entorno económico-financiero, se incrementara 3 por ciento anual hasta julio pasado.
El escenario se mostró distinto en el mismo periodo de 2005, cuando dicho índice avanzó 1.2 por ciento anual, reflejando así la débil condición productiva de las empresas del ramo manufacturero.
La capacidad de las empresas para expandir sus proyectos de inversión y de producción en la segunda mitad del año no se verá frenada, ya que los hombres de negocios confirman que el escenario macroeconómico no tendrá fluctuaciones, además de que descartan una situación adversa sobre el aparato productivo nacional.
En los siete primeros meses del presente año, la acumulación de inventarios se mantuvo en los estándares de estabilidad; incluso, se advirtió una mayor demanda de productos, ya que las mercancías en existencia tuvieron un importante descenso.
Esto se confirma con las previsiones sobre la reanimación que registra el ciclo económico de Estados Unidos, debido a que su Producto Interno Bruto podría crecer a un ritmo de 3.4 por ciento al cierre del presente año, lo que ocasionaría un impacto positivo sobre la dinámica de las exportaciones manufactureras de México.
Por su parte, las importaciones también están avanzando de manera significativa, donde las de bienes intermedios crecieron 17 por ciento anual.
Una mayor estabilidad económica de los socios comerciales, principalmente Estados Unidos, provoca cambios en la trayectoria seguida por las exportaciones nacionales, a la vez que la evolución positiva del precio de las materias primas se constituye en un elemento determinante que favorecerá la oferta de divisas, la cual, junto con la demanda, determina la cotización del peso.
En el mediano plazo, será la dinámica de la demanda externa la que marque los planes de expansión de las empresas, que al verse en la posibilidad de colocar sus productos en los mercados internacionales perfilarán un mejoramiento en las condiciones de producción internas.
Los factores mencionados propiciarán que el perfil del crecimiento mexicano revele una mayor dependencia de la demanda del sector privado.
El escenario para la economía nacional, sin embargo, continúa siendo favorable debido a que las ganancias en ingreso real impulsarán un mejor comportamiento de la producción para consumo.
Sin dejar de lado la importancia que ha tenido el auge en la cotización del crudo en los mercados internacionales, es importante destacar que las exportaciones manufactureras entraron en una fase de crecimiento sostenido, principalmente las que tradicionalmente concentran las ventas al exterior en el sector de manufacturas.
El comercio exterior dio un viraje importante como resultado de la ampliación en la oferta de divisas por la mayor demanda del principal socio comercial del país, que vino aparejada con la trayectoria ascendente de los precios internacionales de materias primas.
Esta tendencia se reflejó en una posición más competitiva en el exterior para tres de las ramas que conforman el 80.5 por ciento de las exportaciones manufactureras, y favoreció un ingreso adicional de divisas por 17 mil 600 millones de dólares en los primeros siete meses del año, para acumular un total de 113 mil 484 millones de dólares.
Las exportaciones de la industria de alimentos, bebidas y tabaco se elevaron 22.38 por ciento anual durante el periodo mencionado; en la industria minerometalúrgica, 67.76 por ciento, y en la de productos metálicos, maquinaria y equipo, las ventas al exterior subieron 21 por ciento anual.
En estos dos últimos casos, las ventas casi duplicaron el incremento arrojado entre enero y julio del año pasado.
Información del Banco de México, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), indican que la competitividad adquirida por exportadoras derivó en que el índice de la situación de las empresas manufactureras, tomando en cuenta el entorno económico-financiero, se incrementara 3 por ciento anual hasta julio pasado.
El escenario se mostró distinto en el mismo periodo de 2005, cuando dicho índice avanzó 1.2 por ciento anual, reflejando así la débil condición productiva de las empresas del ramo manufacturero.
La capacidad de las empresas para expandir sus proyectos de inversión y de producción en la segunda mitad del año no se verá frenada, ya que los hombres de negocios confirman que el escenario macroeconómico no tendrá fluctuaciones, además de que descartan una situación adversa sobre el aparato productivo nacional.
En los siete primeros meses del presente año, la acumulación de inventarios se mantuvo en los estándares de estabilidad; incluso, se advirtió una mayor demanda de productos, ya que las mercancías en existencia tuvieron un importante descenso.
Esto se confirma con las previsiones sobre la reanimación que registra el ciclo económico de Estados Unidos, debido a que su Producto Interno Bruto podría crecer a un ritmo de 3.4 por ciento al cierre del presente año, lo que ocasionaría un impacto positivo sobre la dinámica de las exportaciones manufactureras de México.
Por su parte, las importaciones también están avanzando de manera significativa, donde las de bienes intermedios crecieron 17 por ciento anual.
Una mayor estabilidad económica de los socios comerciales, principalmente Estados Unidos, provoca cambios en la trayectoria seguida por las exportaciones nacionales, a la vez que la evolución positiva del precio de las materias primas se constituye en un elemento determinante que favorecerá la oferta de divisas, la cual, junto con la demanda, determina la cotización del peso.
En el mediano plazo, será la dinámica de la demanda externa la que marque los planes de expansión de las empresas, que al verse en la posibilidad de colocar sus productos en los mercados internacionales perfilarán un mejoramiento en las condiciones de producción internas.
Los factores mencionados propiciarán que el perfil del crecimiento mexicano revele una mayor dependencia de la demanda del sector privado.
El escenario para la economía nacional, sin embargo, continúa siendo favorable debido a que las ganancias en ingreso real impulsarán un mejor comportamiento de la producción para consumo.
Sin dejar de lado la importancia que ha tenido el auge en la cotización del crudo en los mercados internacionales, es importante destacar que las exportaciones manufactureras entraron en una fase de crecimiento sostenido, principalmente las que tradicionalmente concentran las ventas al exterior en el sector de manufacturas.
El comercio exterior dio un viraje importante como resultado de la ampliación en la oferta de divisas por la mayor demanda del principal socio comercial del país, que vino aparejada con la trayectoria ascendente de los precios internacionales de materias primas.
Esta tendencia se reflejó en una posición más competitiva en el exterior para tres de las ramas que conforman el 80.5 por ciento de las exportaciones manufactureras, y favoreció un ingreso adicional de divisas por 17 mil 600 millones de dólares en los primeros siete meses del año, para acumular un total de 113 mil 484 millones de dólares.
Las exportaciones de la industria de alimentos, bebidas y tabaco se elevaron 22.38 por ciento anual durante el periodo mencionado; en la industria minerometalúrgica, 67.76 por ciento, y en la de productos metálicos, maquinaria y equipo, las ventas al exterior subieron 21 por ciento anual.
En estos dos últimos casos, las ventas casi duplicaron el incremento arrojado entre enero y julio del año pasado.
Información del Banco de México, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), indican que la competitividad adquirida por exportadoras derivó en que el índice de la situación de las empresas manufactureras, tomando en cuenta el entorno económico-financiero, se incrementara 3 por ciento anual hasta julio pasado.
El escenario se mostró distinto en el mismo periodo de 2005, cuando dicho índice avanzó 1.2 por ciento anual, reflejando así la débil condición productiva de las empresas del ramo manufacturero.
La capacidad de las empresas para expandir sus proyectos de inversión y de producción en la segunda mitad del año no se verá frenada, ya que los hombres de negocios confirman que el escenario macroeconómico no tendrá fluctuaciones, además de que descartan una situación adversa sobre el aparato productivo nacional.
En los siete primeros meses del presente año, la acumulación de inventarios se mantuvo en los estándares de estabilidad; incluso, se advirtió una mayor demanda de productos, ya que las mercancías en existencia tuvieron un importante descenso.
Esto se confirma con las previsiones sobre la reanimación que registra el ciclo económico de Estados Unidos, debido a que su Producto Interno Bruto podría crecer a un ritmo de 3.4 por ciento al cierre del presente año, lo que ocasionaría un impacto positivo sobre la dinámica de las exportaciones manufactureras de México.
Por su parte, las importaciones también están avanzando de manera significativa, donde las de bienes intermedios crecieron 17 por ciento anual.
Una mayor estabilidad económica de los socios comerciales, principalmente Estados Unidos, provoca cambios en la trayectoria seguida por las exportaciones nacionales, a la vez que la evolución positiva del precio de las materias primas se constituye en un elemento determinante que favorecerá la oferta de divisas, la cual, junto con la demanda, determina la cotización del peso.
En el mediano plazo, será la dinámica de la demanda externa la que marque los planes de expansión de las empresas, que al verse en la posibilidad de colocar sus productos en los mercados internacionales perfilarán un mejoramiento en las condiciones de producción internas.
Los factores mencionados propiciarán que el perfil del crecimiento mexicano revele una mayor dependencia de la demanda del sector privado.
El escenario para la economía nacional, sin embargo, continúa siendo favorable debido a que las ganancias en ingreso real impulsarán un mejor comportamiento de la producción para consumo.
Sin dejar de lado la importancia que ha tenido el auge en la cotización del crudo en los mercados internacionales, es importante destacar que las exportaciones manufactureras entraron en una fase de crecimiento sostenido, principalmente las que tradicionalmente concentran las ventas al exterior en el sector de manufacturas.
El comercio exterior dio un viraje importante como resultado de la ampliación en la oferta de divisas por la mayor demanda del principal socio comercial del país, que vino aparejada con la trayectoria ascendente de los precios internacionales de materias primas.
Esta tendencia se reflejó en una posición más competitiva en el exterior para tres de las ramas que conforman el 80.5 por ciento de las exportaciones manufactureras, y favoreció un ingreso adicional de divisas por 17 mil 600 millones de dólares en los primeros siete meses del año, para acumular un total de 113 mil 484 millones de dólares.
Las exportaciones de la industria de alimentos, bebidas y tabaco se elevaron 22.38 por ciento anual durante el periodo mencionado; en la industria minerometalúrgica, 67.76 por ciento, y en la de productos metálicos, maquinaria y equipo, las ventas al exterior subieron 21 por ciento anual.
En estos dos últimos casos, las ventas casi duplicaron el incremento arrojado entre enero y julio del año pasado.
Información del Banco de México, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), indican que la competitividad adquirida por exportadoras derivó en que el índice de la situación de las empresas manufactureras, tomando en cuenta el entorno económico-financiero, se incrementara 3 por ciento anual hasta julio pasado.
El escenario se mostró distinto en el mismo periodo de 2005, cuando dicho índice avanzó 1.2 por ciento anual, reflejando así la débil condición productiva de las empresas del ramo manufacturero.
La capacidad de las empresas para expandir sus proyectos de inversión y de producción en la segunda mitad del año no se verá frenada, ya que los hombres de negocios confirman que el escenario macroeconómico no tendrá fluctuaciones, además de que descartan una situación adversa sobre el aparato productivo nacional.
En los siete primeros meses del presente año, la acumulación de inventarios se mantuvo en los estándares de estabilidad; incluso, se advirtió una mayor demanda de productos, ya que las mercancías en existencia tuvieron un importante descenso.
Esto se confirma con las previsiones sobre la reanimación que registra el ciclo económico de Estados Unidos, debido a que su Producto Interno Bruto podría crecer a un ritmo de 3.4 por ciento al cierre del presente año, lo que ocasionaría un impacto positivo sobre la dinámica de las exportaciones manufactureras de México.
Por su parte, las importaciones también están avanzando de manera significativa, donde las de bienes intermedios crecieron 17 por ciento anual.
Una mayor estabilidad económica de los socios comerciales, principalmente Estados Unidos, provoca cambios en la trayectoria seguida por las exportaciones nacionales, a la vez que la evolución positiva del precio de las materias primas se constituye en un elemento determinante que favorecerá la oferta de divisas, la cual, junto con la demanda, determina la cotización del peso.
En el mediano plazo, será la dinámica de la demanda externa la que marque los planes de expansión de las empresas, que al verse en la posibilidad de colocar sus productos en los mercados internacionales perfilarán un mejoramiento en las condiciones de producción internas.
Los factores mencionados propiciarán que el perfil del crecimiento mexicano revele una mayor dependencia de la demanda del sector privado.
El escenario para la economía nacional, sin embargo, continúa siendo favorable debido a que las ganancias en ingreso real impulsarán un mejor comportamiento de la producción para consumo.
Sin dejar de lado la importancia que ha tenido el auge en la cotización del crudo en los mercados internacionales, es importante destacar que las exportaciones manufactureras entraron en una fase de crecimiento sostenido, principalmente las que tradicionalmente concentran las ventas al exterior en el sector de manufacturas.
El comercio exterior dio un viraje importante como resultado de la ampliación en la oferta de divisas por la mayor demanda del principal socio comercial del país, que vino aparejada con la trayectoria ascendente de los precios internacionales de materias primas.
Esta tendencia se reflejó en una posición más competitiva en el exterior para tres de las ramas que conforman el 80.5 por ciento de las exportaciones manufactureras, y favoreció un ingreso adicional de divisas por 17 mil 600 millones de dólares en los primeros siete meses del año, para acumular un total de 113 mil 484 millones de dólares.
Las exportaciones de la industria de alimentos, bebidas y tabaco se elevaron 22.38 por ciento anual durante el periodo mencionado; en la industria minerometalúrgica, 67.76 por ciento, y en la de productos metálicos, maquinaria y equipo, las ventas al exterior subieron 21 por ciento anual.
En estos dos últimos casos, las ventas casi duplicaron el incremento arrojado entre enero y julio del año pasado.
Información del Banco de México, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), indican que la competitividad adquirida por exportadoras derivó en que el índice de la situación de las empresas manufactureras, tomando en cuenta el entorno económico-financiero, se incrementara 3 por ciento anual hasta julio pasado.
El escenario se mostró distinto en el mismo periodo de 2005, cuando dicho índice avanzó 1.2 por ciento anual, reflejando así la débil condición productiva de las empresas del ramo manufacturero.
La capacidad de las empresas para expandir sus proyectos de inversión y de producción en la segunda mitad del año no se verá frenada, ya que los hombres de negocios confirman que el escenario macroeconómico no tendrá fluctuaciones, además de que descartan una situación adversa sobre el aparato productivo nacional.
En los siete primeros meses del presente año, la acumulación de inventarios se mantuvo en los estándares de estabilidad; incluso, se advirtió una mayor demanda de productos, ya que las mercancías en existencia tuvieron un importante descenso.
Esto se confirma con las previsiones sobre la reanimación que registra el ciclo económico de Estados Unidos, debido a que su Producto Interno Bruto podría crecer a un ritmo de 3.4 por ciento al cierre del presente año, lo que ocasionaría un impacto positivo sobre la dinámica de las exportaciones manufactureras de México.
Por su parte, las importaciones también están avanzando de manera significativa, donde las de bienes intermedios crecieron 17 por ciento anual.
Una mayor estabilidad económica de los socios comerciales, principalmente Estados Unidos, provoca cambios en la trayectoria seguida por las exportaciones nacionales, a la vez que la evolución positiva del precio de las materias primas se constituye en un elemento determinante que favorecerá la oferta de divisas, la cual, junto con la demanda, determina la cotización del peso.
En el mediano plazo, será la dinámica de la demanda externa la que marque los planes de expansión de las empresas, que al verse en la posibilidad de colocar sus productos en los mercados internacionales perfilarán un mejoramiento en las condiciones de producción internas.
Los factores mencionados propiciarán que el perfil del crecimiento mexicano revele una mayor dependencia de la demanda del sector privado.
El escenario para la economía nacional, sin embargo, continúa siendo favorable debido a que las ganancias en ingreso real impulsarán un mejor comportamiento de la producción para consumo.
Sin dejar de lado la importancia que ha tenido el auge en la cotización del crudo en los mercados internacionales, es importante destacar que las exportaciones manufactureras entraron en una fase de crecimiento sostenido, principalmente las que tradicionalmente concentran las ventas al exterior en el sector de manufacturas.
El comercio exterior dio un viraje importante como resultado de la ampliación en la oferta de divisas por la mayor demanda del principal socio comercial del país, que vino aparejada con la trayectoria ascendente de los precios internacionales de materias primas.
Esta tendencia se reflejó en una posición más competitiva en el exterior para tres de las ramas que conforman el 80.5 por ciento de las exportaciones manufactureras, y favoreció un ingreso adicional de divisas por 17 mil 600 millones de dólares en los primeros siete meses del año, para acumular un total de 113 mil 484 millones de dólares.
Las exportaciones de la industria de alimentos, bebidas y tabaco se elevaron 22.38 por ciento anual durante el periodo mencionado; en la industria minerometalúrgica, 67.76 por ciento, y en la de productos metálicos, maquinaria y equipo, las ventas al exterior subieron 21 por ciento anual.
En estos dos últimos casos, las ventas casi duplicaron el incremento arrojado entre enero y julio del año pasado.
Información del Banco de México, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), indican que la competitividad adquirida por exportadoras derivó en que el índice de la situación de las empresas manufactureras, tomando en cuenta el entorno económico-financiero, se incrementara 3 por ciento anual hasta julio pasado.
El escenario se mostró distinto en el mismo periodo de 2005, cuando dicho índice avanzó 1.2 por ciento anual, reflejando así la débil condición productiva de las empresas del ramo manufacturero.
La capacidad de las empresas para expandir sus proyectos de inversión y de producción en la segunda mitad del año no se verá frenada, ya que los hombres de negocios confirman que el escenario macroeconómico no tendrá fluctuaciones, además de que descartan una situación adversa sobre el aparato productivo nacional.
En los siete primeros meses del presente año, la acumulación de inventarios se mantuvo en los estándares de estabilidad; incluso, se advirtió una mayor demanda de productos, ya que las mercancías en existencia tuvieron un importante descenso.
Esto se confirma con las previsiones sobre la reanimación que registra el ciclo económico de Estados Unidos, debido a que su Producto Interno Bruto podría crecer a un ritmo de 3.4 por ciento al cierre del presente año, lo que ocasionaría un impacto positivo sobre la dinámica de las exportaciones manufactureras de México.
Por su parte, las importaciones también están avanzando de manera significativa, donde las de bienes intermedios crecieron 17 por ciento anual.
Una mayor estabilidad económica de los socios comerciales, principalmente Estados Unidos, provoca cambios en la trayectoria seguida por las exportaciones nacionales, a la vez que la evolución positiva del precio de las materias primas se constituye en un elemento determinante que favorecerá la oferta de divisas, la cual, junto con la demanda, determina la cotización del peso.
En el mediano plazo, será la dinámica de la demanda externa la que marque los planes de expansión de las empresas, que al verse en la posibilidad de colocar sus productos en los mercados internacionales perfilarán un mejoramiento en las condiciones de producción internas.
Los factores mencionados propiciarán que el perfil del crecimiento mexicano revele una mayor dependencia de la demanda del sector privado.
El escenario para la economía nacional, sin embargo, continúa siendo favorable debido a que las ganancias en ingreso real impulsarán un mejor comportamiento de la producción para consumo.
Sin dejar de lado la importancia que ha tenido el auge en la cotización del crudo en los mercados internacionales, es importante destacar que las exportaciones manufactureras entraron en una fase de crecimiento sostenido, principalmente las que tradicionalmente concentran las ventas al exterior en el sector de manufacturas.