México se encuentra rezagado en el uso de hidrógeno para el transporte, pero también enfrenta un gran reto, la proveeduría de este y de qué tipo, esto como parte del empleo de las energías alternativas, de acuerdo con Grupo México Transportes (GMXT).
“Vamos muy atrasados. En el sector ferroviario hoy por hoy es una de las tecnologías que más promete con respecto a la adaptabilidad de los activos que ya existen, es decir, las locomotoras que actualmente circulan y que tienen una facilidad tecnológica de convertirse al consumo de este elemento”, dijo Eugenio Pérez Certucha, responsable de Seguridad y Medio Ambiente de la compañía.
Durante su participación en el III Foro Nacional de Infraestructura del Transporte CICM 2023, Sostenibilidad de la infraestructura del transporte: Retos de la transición, dijo que tan solo en Europa ya existen locomotoras de pasajeros de menor tracción que ya funcionan con esta sustancia.
Mientras que Estados Unidos y Canadá, particularmente en este último país, existen proyectos muy avanzados para utilizar el hidrógeno como combustible, “hay muchos experimentos que están implementando con inyección de este producto en la combustión para mejorarla y que no necesariamente van a sustituir el diésel pero que ayudará a mejorar la eficiencia”, dijo.
Mencionó que GMXT ha comenzado con un proyecto para la transición hacia combustibles alternativos como lo es el hidrógeno y baterías en sus locomotoras, “es un proceso difícil pero lo estamos iniciado para no llegar tarde a la carrera”.
De igual manera, expuso que llevan a cabo acciones específicas para la mitigación y reducción de bióxido de carbono, como la baja en el consumo del combustible y en eficientar procesos para que en 2030 la huella de carbono sea mucho menor.
Por su parte, Juan Carlos Miranda Hernández, director general de JCM Ing. y Consultoría, dijo que también existen cuellos de botella en el sector ferroviario como capacidad limitada en distintos aspectos, como en vías como en la ruta Empalme y Nogales, en El Chepe, en el corredor de Celaya a León, en la México-Veracruz, así como en patios como en Manzanillo, Guadalajara, San Luis Potosí, Coatzacoalcos y en algunas fronteras.
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