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“Uno de nuestros clientes mueve cerca de 20 máquinas para construcción al año de Las Vegas a Oaxaca. Este movimiento, a través de autotransporte, tiene un tiempo tránsito de entre dos o tres semanas, dependiendo del cruce en aduana. En este viaje la carga se expone a robos, vandalismo, bloqueos carreteros. Por eso decidimos buscar al ferrocarril, considerando que tiene mejores tiempos de cruce en aduana y reporta menos robos que el autotransporte; sin embargo, lo que no tiene mejor es la atención al cliente, ya que al buscar a Ferromex para una cotización pasaron más de cuatro meses para que nos dieran una respuesta”, narra Angello Tito Rosas, Presidente de Sitramos.
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Historias como esta viven los pequeños y medianos empresarios que quieren subirse al tren, con retrasos en cotizaciones o incluso negativas del servicio, lo cual complica el crecimiento de la participación ferroviaria en manejo de carga terrestre. Según la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF) es de 25% y quiere que llegue a 40% anual, lo que conlleva desafíos.
Si bien ha incrementado el manejo de carga derivado de las concesiones, se empiezan a ver ineficiencias en el servicio como cuellos de botella administrativos; se necesita una sinergia multimodal con otros medios de transporte; mejorar las interconexiones ferroviarias; ampliar y mejorar la infraestructura; mejorar el tema de derecho de vía y continuar invirtiendo en equipo, de acuerdo con actores del sector.
“El problema es complejo y multidimensional. Debemos ver en cada ruta y corredor los factores que afectan para resolverlos y que el ferrocarril pueda ser aún más eficiente acorde con las necesidades de cada usuario”, menciona Carlos Martner, Coordinador de Integración del Transporte del Instituto Mexicano del Transporte (IMT).
Desbalance, problema interminable
Una de las principales razones que estiman las Intermodal Marketing Companies (IMC) para que tarde o incluso niegue el servicio a las pequeñas empresas, es por la falta de equipo debido al desbalance del mismo, considerando que hay más movimiento de carga northbound que southbound.
Las IMC estiman que, sin el manejo de vacíos hacia México, no se pueden atender todas las exportaciones y no siempre es costeable mover vacíos.
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“La falta de equipo es un tema permanente. México es un país exportador por naturaleza, por cada caja que baja hay cinco esperando. Aquí el juego es tratar de conseguir importación para abastecer la exportación”, señala Daniel Sámano, Director General para México de Hub Group, quien agrega que esta empresa tiene flota propia, por lo que recurren a bajar vacíos de Houston o Dallas a Monterrey para eliminar este desbalance y cumplir con su política de “no negar a prospectar y ser transparentes con los clientes”.
Para conocer más acerca de esta historia publicada en la edición de noviembre de la revista T21, consulta gratis este link.
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