Las máquinas y el equipo con los que cuenta el FIT son modernos y adecuados para prestar el servicio con la oportunidad que los clientes exigen, añadió el funcionario.
Por su parte, el líder de los ferrocarrileros en Yucatán, Ernesto Sonda Castro, adelantó que una vez superados los conflictos que dejó la empresa que tenía concesionada la ruta Chiapas-Mayab, que conecta los estados de Yucatán, Tabasco, Campeche, Chiapas, Oaxaca y Veracruz, el FIT también ofrecerá un servicio regular desde y hacia Mérida.
El Chiapas-Mayab interrumpió la corrida de sus trenes el 27 de julio pasado y puso en venta equipo ferroviario, provocando daños administrativos, por lo que la SCT inició un procedimiento para imponer sanciones a la empresa filial de la estadounidense Genesse & Wyoming Inc (GWI), además de que procedió al aseguramiento de las instalaciones para garantizar la reanudación del servicio.
La suspensión del servicio afectó a los miles de centroamericanos ilegales que utilizan los trenes de carga para trasladarse de manera masiva hacia el norte de México en su intento de llegar a Estados Unidos en busca de trabajo.
Sonda Castro confirmó que el FIT contrató a 450 personas para operar el ferrocarril entre Mérida y el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, y aseguró que sólo se están efectuando los trámites de entrega-recepción de las instalaciones y equipos entre la SCT y la FCM y cuando eso concluya se reiniciará el transporte de carga.
El dirigente aseguró que las máquinas y equipos del FIT son modernos y adecuados, por lo que con la conclusión de trámites con Chiapas-Mayab, se estima que la próxima semana se podrían reanudar labores.
La empresa Chiapas-Mayab se retiró de la plaza después de ocho años de operar, luego de que sus directivos se negaron a cubrir las pérdidas causadas por la destrucción de puentes y vías del ferrocarril entre Ciudad Hidalgo y Arriaga, Chiapas, por el huracán Stan, en octubre de 2005.
Movimiento
Sólo en Yucatán, el transporte ferroviario mueve en promedio unas 100 mil toneladas de carga al mes, principalmente combustóleo, cemento, metales, automóviles y productos agrícolas.
En 1995 el gobierno mexicano decidió fragmentar en cinco empresas el sistema ferroviario del país con vistas a su privatización.
Una de esas empresas fue el Ferrocarril del Sureste, que a su vez se dividió en tres rutas: Veracruz-Coatzacoalcos (con ramales a los estados de Puebla, Hidalgo, México y Oaxaca), el tramo Coatzacoalcos-Puerto Progreso (junto con el de Salina Cruz-Tapachula), y el de Salina Cruz-Medias Aguas. Los dos primeros fueron privatizados y el tercero quedó como propiedad estatal.
Según Manuel Jesús Estrella Castillo, secretario general de la sección32 Campeche del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, a la empresa Chiapas-Mayab se le concesionaron 41 locomotoras y mil 130 vagones.
Sin embargo, la estación del ferrocarril en la ciudad de Campeche fue abandonada desde que otorgaron la concesión a la Chiapas-Mayab.
Las máquinas y el equipo con los que cuenta el FIT son modernos y adecuados para prestar el servicio con la oportunidad que los clientes exigen, añadió el funcionario.
Por su parte, el líder de los ferrocarrileros en Yucatán, Ernesto Sonda Castro, adelantó que una vez superados los conflictos que dejó la empresa que tenía concesionada la ruta Chiapas-Mayab, que conecta los estados de Yucatán, Tabasco, Campeche, Chiapas, Oaxaca y Veracruz, el FIT también ofrecerá un servicio regular desde y hacia Mérida.
El Chiapas-Mayab interrumpió la corrida de sus trenes el 27 de julio pasado y puso en venta equipo ferroviario, provocando daños administrativos, por lo que la SCT inició un procedimiento para imponer sanciones a la empresa filial de la estadounidense Genesse & Wyoming Inc (GWI), además de que procedió al aseguramiento de las instalaciones para garantizar la reanudación del servicio.
La suspensión del servicio afectó a los miles de centroamericanos ilegales que utilizan los trenes de carga para trasladarse de manera masiva hacia el norte de México en su intento de llegar a Estados Unidos en busca de trabajo.
Sonda Castro confirmó que el FIT contrató a 450 personas para operar el ferrocarril entre Mérida y el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, y aseguró que sólo se están efectuando los trámites de entrega-recepción de las instalaciones y equipos entre la SCT y la FCM y cuando eso concluya se reiniciará el transporte de carga.
El dirigente aseguró que las máquinas y equipos del FIT son modernos y adecuados, por lo que con la conclusión de trámites con Chiapas-Mayab, se estima que la próxima semana se podrían reanudar labores.
La empresa Chiapas-Mayab se retiró de la plaza después de ocho años de operar, luego de que sus directivos se negaron a cubrir las pérdidas causadas por la destrucción de puentes y vías del ferrocarril entre Ciudad Hidalgo y Arriaga, Chiapas, por el huracán Stan, en octubre de 2005.
Movimiento
Sólo en Yucatán, el transporte ferroviario mueve en promedio unas 100 mil toneladas de carga al mes, principalmente combustóleo, cemento, metales, automóviles y productos agrícolas.
En 1995 el gobierno mexicano decidió fragmentar en cinco empresas el sistema ferroviario del país con vistas a su privatización.
Una de esas empresas fue el Ferrocarril del Sureste, que a su vez se dividió en tres rutas: Veracruz-Coatzacoalcos (con ramales a los estados de Puebla, Hidalgo, México y Oaxaca), el tramo Coatzacoalcos-Puerto Progreso (junto con el de Salina Cruz-Tapachula), y el de Salina Cruz-Medias Aguas. Los dos primeros fueron privatizados y el tercero quedó como propiedad estatal.
Según Manuel Jesús Estrella Castillo, secretario general de la sección32 Campeche del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, a la empresa Chiapas-Mayab se le concesionaron 41 locomotoras y mil 130 vagones.
Sin embargo, la estación del ferrocarril en la ciudad de Campeche fue abandonada desde que otorgaron la concesión a la Chiapas-Mayab.
Las máquinas y el equipo con los que cuenta el FIT son modernos y adecuados para prestar el servicio con la oportunidad que los clientes exigen, añadió el funcionario.
Por su parte, el líder de los ferrocarrileros en Yucatán, Ernesto Sonda Castro, adelantó que una vez superados los conflictos que dejó la empresa que tenía concesionada la ruta Chiapas-Mayab, que conecta los estados de Yucatán, Tabasco, Campeche, Chiapas, Oaxaca y Veracruz, el FIT también ofrecerá un servicio regular desde y hacia Mérida.
El Chiapas-Mayab interrumpió la corrida de sus trenes el 27 de julio pasado y puso en venta equipo ferroviario, provocando daños administrativos, por lo que la SCT inició un procedimiento para imponer sanciones a la empresa filial de la estadounidense Genesse & Wyoming Inc (GWI), además de que procedió al aseguramiento de las instalaciones para garantizar la reanudación del servicio.
La suspensión del servicio afectó a los miles de centroamericanos ilegales que utilizan los trenes de carga para trasladarse de manera masiva hacia el norte de México en su intento de llegar a Estados Unidos en busca de trabajo.
Sonda Castro confirmó que el FIT contrató a 450 personas para operar el ferrocarril entre Mérida y el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, y aseguró que sólo se están efectuando los trámites de entrega-recepción de las instalaciones y equipos entre la SCT y la FCM y cuando eso concluya se reiniciará el transporte de carga.
El dirigente aseguró que las máquinas y equipos del FIT son modernos y adecuados, por lo que con la conclusión de trámites con Chiapas-Mayab, se estima que la próxima semana se podrían reanudar labores.
La empresa Chiapas-Mayab se retiró de la plaza después de ocho años de operar, luego de que sus directivos se negaron a cubrir las pérdidas causadas por la destrucción de puentes y vías del ferrocarril entre Ciudad Hidalgo y Arriaga, Chiapas, por el huracán Stan, en octubre de 2005.
Movimiento
Sólo en Yucatán, el transporte ferroviario mueve en promedio unas 100 mil toneladas de carga al mes, principalmente combustóleo, cemento, metales, automóviles y productos agrícolas.
En 1995 el gobierno mexicano decidió fragmentar en cinco empresas el sistema ferroviario del país con vistas a su privatización.
Una de esas empresas fue el Ferrocarril del Sureste, que a su vez se dividió en tres rutas: Veracruz-Coatzacoalcos (con ramales a los estados de Puebla, Hidalgo, México y Oaxaca), el tramo Coatzacoalcos-Puerto Progreso (junto con el de Salina Cruz-Tapachula), y el de Salina Cruz-Medias Aguas. Los dos primeros fueron privatizados y el tercero quedó como propiedad estatal.
Según Manuel Jesús Estrella Castillo, secretario general de la sección32 Campeche del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, a la empresa Chiapas-Mayab se le concesionaron 41 locomotoras y mil 130 vagones.
Sin embargo, la estación del ferrocarril en la ciudad de Campeche fue abandonada desde que otorgaron la concesión a la Chiapas-Mayab.
Las máquinas y el equipo con los que cuenta el FIT son modernos y adecuados para prestar el servicio con la oportunidad que los clientes exigen, añadió el funcionario.
Por su parte, el líder de los ferrocarrileros en Yucatán, Ernesto Sonda Castro, adelantó que una vez superados los conflictos que dejó la empresa que tenía concesionada la ruta Chiapas-Mayab, que conecta los estados de Yucatán, Tabasco, Campeche, Chiapas, Oaxaca y Veracruz, el FIT también ofrecerá un servicio regular desde y hacia Mérida.
El Chiapas-Mayab interrumpió la corrida de sus trenes el 27 de julio pasado y puso en venta equipo ferroviario, provocando daños administrativos, por lo que la SCT inició un procedimiento para imponer sanciones a la empresa filial de la estadounidense Genesse & Wyoming Inc (GWI), además de que procedió al aseguramiento de las instalaciones para garantizar la reanudación del servicio.
La suspensión del servicio afectó a los miles de centroamericanos ilegales que utilizan los trenes de carga para trasladarse de manera masiva hacia el norte de México en su intento de llegar a Estados Unidos en busca de trabajo.
Sonda Castro confirmó que el FIT contrató a 450 personas para operar el ferrocarril entre Mérida y el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, y aseguró que sólo se están efectuando los trámites de entrega-recepción de las instalaciones y equipos entre la SCT y la FCM y cuando eso concluya se reiniciará el transporte de carga.
El dirigente aseguró que las máquinas y equipos del FIT son modernos y adecuados, por lo que con la conclusión de trámites con Chiapas-Mayab, se estima que la próxima semana se podrían reanudar labores.
La empresa Chiapas-Mayab se retiró de la plaza después de ocho años de operar, luego de que sus directivos se negaron a cubrir las pérdidas causadas por la destrucción de puentes y vías del ferrocarril entre Ciudad Hidalgo y Arriaga, Chiapas, por el huracán Stan, en octubre de 2005.
Movimiento
Sólo en Yucatán, el transporte ferroviario mueve en promedio unas 100 mil toneladas de carga al mes, principalmente combustóleo, cemento, metales, automóviles y productos agrícolas.
En 1995 el gobierno mexicano decidió fragmentar en cinco empresas el sistema ferroviario del país con vistas a su privatización.
Una de esas empresas fue el Ferrocarril del Sureste, que a su vez se dividió en tres rutas: Veracruz-Coatzacoalcos (con ramales a los estados de Puebla, Hidalgo, México y Oaxaca), el tramo Coatzacoalcos-Puerto Progreso (junto con el de Salina Cruz-Tapachula), y el de Salina Cruz-Medias Aguas. Los dos primeros fueron privatizados y el tercero quedó como propiedad estatal.
Según Manuel Jesús Estrella Castillo, secretario general de la sección32 Campeche del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, a la empresa Chiapas-Mayab se le concesionaron 41 locomotoras y mil 130 vagones.
Sin embargo, la estación del ferrocarril en la ciudad de Campeche fue abandonada desde que otorgaron la concesión a la Chiapas-Mayab.
Las máquinas y el equipo con los que cuenta el FIT son modernos y adecuados para prestar el servicio con la oportunidad que los clientes exigen, añadió el funcionario.
Por su parte, el líder de los ferrocarrileros en Yucatán, Ernesto Sonda Castro, adelantó que una vez superados los conflictos que dejó la empresa que tenía concesionada la ruta Chiapas-Mayab, que conecta los estados de Yucatán, Tabasco, Campeche, Chiapas, Oaxaca y Veracruz, el FIT también ofrecerá un servicio regular desde y hacia Mérida.
El Chiapas-Mayab interrumpió la corrida de sus trenes el 27 de julio pasado y puso en venta equipo ferroviario, provocando daños administrativos, por lo que la SCT inició un procedimiento para imponer sanciones a la empresa filial de la estadounidense Genesse & Wyoming Inc (GWI), además de que procedió al aseguramiento de las instalaciones para garantizar la reanudación del servicio.
La suspensión del servicio afectó a los miles de centroamericanos ilegales que utilizan los trenes de carga para trasladarse de manera masiva hacia el norte de México en su intento de llegar a Estados Unidos en busca de trabajo.
Sonda Castro confirmó que el FIT contrató a 450 personas para operar el ferrocarril entre Mérida y el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, y aseguró que sólo se están efectuando los trámites de entrega-recepción de las instalaciones y equipos entre la SCT y la FCM y cuando eso concluya se reiniciará el transporte de carga.
El dirigente aseguró que las máquinas y equipos del FIT son modernos y adecuados, por lo que con la conclusión de trámites con Chiapas-Mayab, se estima que la próxima semana se podrían reanudar labores.
La empresa Chiapas-Mayab se retiró de la plaza después de ocho años de operar, luego de que sus directivos se negaron a cubrir las pérdidas causadas por la destrucción de puentes y vías del ferrocarril entre Ciudad Hidalgo y Arriaga, Chiapas, por el huracán Stan, en octubre de 2005.
Movimiento
Sólo en Yucatán, el transporte ferroviario mueve en promedio unas 100 mil toneladas de carga al mes, principalmente combustóleo, cemento, metales, automóviles y productos agrícolas.
En 1995 el gobierno mexicano decidió fragmentar en cinco empresas el sistema ferroviario del país con vistas a su privatización.
Una de esas empresas fue el Ferrocarril del Sureste, que a su vez se dividió en tres rutas: Veracruz-Coatzacoalcos (con ramales a los estados de Puebla, Hidalgo, México y Oaxaca), el tramo Coatzacoalcos-Puerto Progreso (junto con el de Salina Cruz-Tapachula), y el de Salina Cruz-Medias Aguas. Los dos primeros fueron privatizados y el tercero quedó como propiedad estatal.
Según Manuel Jesús Estrella Castillo, secretario general de la sección32 Campeche del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, a la empresa Chiapas-Mayab se le concesionaron 41 locomotoras y mil 130 vagones.
Sin embargo, la estación del ferrocarril en la ciudad de Campeche fue abandonada desde que otorgaron la concesión a la Chiapas-Mayab.
Las máquinas y el equipo con los que cuenta el FIT son modernos y adecuados para prestar el servicio con la oportunidad que los clientes exigen, añadió el funcionario.
Por su parte, el líder de los ferrocarrileros en Yucatán, Ernesto Sonda Castro, adelantó que una vez superados los conflictos que dejó la empresa que tenía concesionada la ruta Chiapas-Mayab, que conecta los estados de Yucatán, Tabasco, Campeche, Chiapas, Oaxaca y Veracruz, el FIT también ofrecerá un servicio regular desde y hacia Mérida.
El Chiapas-Mayab interrumpió la corrida de sus trenes el 27 de julio pasado y puso en venta equipo ferroviario, provocando daños administrativos, por lo que la SCT inició un procedimiento para imponer sanciones a la empresa filial de la estadounidense Genesse & Wyoming Inc (GWI), además de que procedió al aseguramiento de las instalaciones para garantizar la reanudación del servicio.
La suspensión del servicio afectó a los miles de centroamericanos ilegales que utilizan los trenes de carga para trasladarse de manera masiva hacia el norte de México en su intento de llegar a Estados Unidos en busca de trabajo.
Sonda Castro confirmó que el FIT contrató a 450 personas para operar el ferrocarril entre Mérida y el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, y aseguró que sólo se están efectuando los trámites de entrega-recepción de las instalaciones y equipos entre la SCT y la FCM y cuando eso concluya se reiniciará el transporte de carga.
El dirigente aseguró que las máquinas y equipos del FIT son modernos y adecuados, por lo que con la conclusión de trámites con Chiapas-Mayab, se estima que la próxima semana se podrían reanudar labores.
La empresa Chiapas-Mayab se retiró de la plaza después de ocho años de operar, luego de que sus directivos se negaron a cubrir las pérdidas causadas por la destrucción de puentes y vías del ferrocarril entre Ciudad Hidalgo y Arriaga, Chiapas, por el huracán Stan, en octubre de 2005.
Movimiento
Sólo en Yucatán, el transporte ferroviario mueve en promedio unas 100 mil toneladas de carga al mes, principalmente combustóleo, cemento, metales, automóviles y productos agrícolas.
En 1995 el gobierno mexicano decidió fragmentar en cinco empresas el sistema ferroviario del país con vistas a su privatización.
Una de esas empresas fue el Ferrocarril del Sureste, que a su vez se dividió en tres rutas: Veracruz-Coatzacoalcos (con ramales a los estados de Puebla, Hidalgo, México y Oaxaca), el tramo Coatzacoalcos-Puerto Progreso (junto con el de Salina Cruz-Tapachula), y el de Salina Cruz-Medias Aguas. Los dos primeros fueron privatizados y el tercero quedó como propiedad estatal.
Según Manuel Jesús Estrella Castillo, secretario general de la sección32 Campeche del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, a la empresa Chiapas-Mayab se le concesionaron 41 locomotoras y mil 130 vagones.
Sin embargo, la estación del ferrocarril en la ciudad de Campeche fue abandonada desde que otorgaron la concesión a la Chiapas-Mayab.
Las máquinas y el equipo con los que cuenta el FIT son modernos y adecuados para prestar el servicio con la oportunidad que los clientes exigen, añadió el funcionario.
Por su parte, el líder de los ferrocarrileros en Yucatán, Ernesto Sonda Castro, adelantó que una vez superados los conflictos que dejó la empresa que tenía concesionada la ruta Chiapas-Mayab, que conecta los estados de Yucatán, Tabasco, Campeche, Chiapas, Oaxaca y Veracruz, el FIT también ofrecerá un servicio regular desde y hacia Mérida.
El Chiapas-Mayab interrumpió la corrida de sus trenes el 27 de julio pasado y puso en venta equipo ferroviario, provocando daños administrativos, por lo que la SCT inició un procedimiento para imponer sanciones a la empresa filial de la estadounidense Genesse & Wyoming Inc (GWI), además de que procedió al aseguramiento de las instalaciones para garantizar la reanudación del servicio.
La suspensión del servicio afectó a los miles de centroamericanos ilegales que utilizan los trenes de carga para trasladarse de manera masiva hacia el norte de México en su intento de llegar a Estados Unidos en busca de trabajo.
Sonda Castro confirmó que el FIT contrató a 450 personas para operar el ferrocarril entre Mérida y el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, y aseguró que sólo se están efectuando los trámites de entrega-recepción de las instalaciones y equipos entre la SCT y la FCM y cuando eso concluya se reiniciará el transporte de carga.
El dirigente aseguró que las máquinas y equipos del FIT son modernos y adecuados, por lo que con la conclusión de trámites con Chiapas-Mayab, se estima que la próxima semana se podrían reanudar labores.
La empresa Chiapas-Mayab se retiró de la plaza después de ocho años de operar, luego de que sus directivos se negaron a cubrir las pérdidas causadas por la destrucción de puentes y vías del ferrocarril entre Ciudad Hidalgo y Arriaga, Chiapas, por el huracán Stan, en octubre de 2005.
Movimiento
Sólo en Yucatán, el transporte ferroviario mueve en promedio unas 100 mil toneladas de carga al mes, principalmente combustóleo, cemento, metales, automóviles y productos agrícolas.
En 1995 el gobierno mexicano decidió fragmentar en cinco empresas el sistema ferroviario del país con vistas a su privatización.
Una de esas empresas fue el Ferrocarril del Sureste, que a su vez se dividió en tres rutas: Veracruz-Coatzacoalcos (con ramales a los estados de Puebla, Hidalgo, México y Oaxaca), el tramo Coatzacoalcos-Puerto Progreso (junto con el de Salina Cruz-Tapachula), y el de Salina Cruz-Medias Aguas. Los dos primeros fueron privatizados y el tercero quedó como propiedad estatal.
Según Manuel Jesús Estrella Castillo, secretario general de la sección32 Campeche del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, a la empresa Chiapas-Mayab se le concesionaron 41 locomotoras y mil 130 vagones.
Sin embargo, la estación del ferrocarril en la ciudad de Campeche fue abandonada desde que otorgaron la concesión a la Chiapas-Mayab.
Las máquinas y el equipo con los que cuenta el FIT son modernos y adecuados para prestar el servicio con la oportunidad que los clientes exigen, añadió el funcionario.
Por su parte, el líder de los ferrocarrileros en Yucatán, Ernesto Sonda Castro, adelantó que una vez superados los conflictos que dejó la empresa que tenía concesionada la ruta Chiapas-Mayab, que conecta los estados de Yucatán, Tabasco, Campeche, Chiapas, Oaxaca y Veracruz, el FIT también ofrecerá un servicio regular desde y hacia Mérida.
El Chiapas-Mayab interrumpió la corrida de sus trenes el 27 de julio pasado y puso en venta equipo ferroviario, provocando daños administrativos, por lo que la SCT inició un procedimiento para imponer sanciones a la empresa filial de la estadounidense Genesse & Wyoming Inc (GWI), además de que procedió al aseguramiento de las instalaciones para garantizar la reanudación del servicio.
La suspensión del servicio afectó a los miles de centroamericanos ilegales que utilizan los trenes de carga para trasladarse de manera masiva hacia el norte de México en su intento de llegar a Estados Unidos en busca de trabajo.
Sonda Castro confirmó que el FIT contrató a 450 personas para operar el ferrocarril entre Mérida y el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, y aseguró que sólo se están efectuando los trámites de entrega-recepción de las instalaciones y equipos entre la SCT y la FCM y cuando eso concluya se reiniciará el transporte de carga.
El dirigente aseguró que las máquinas y equipos del FIT son modernos y adecuados, por lo que con la conclusión de trámites con Chiapas-Mayab, se estima que la próxima semana se podrían reanudar labores.
La empresa Chiapas-Mayab se retiró de la plaza después de ocho años de operar, luego de que sus directivos se negaron a cubrir las pérdidas causadas por la destrucción de puentes y vías del ferrocarril entre Ciudad Hidalgo y Arriaga, Chiapas, por el huracán Stan, en octubre de 2005.
Movimiento
Sólo en Yucatán, el transporte ferroviario mueve en promedio unas 100 mil toneladas de carga al mes, principalmente combustóleo, cemento, metales, automóviles y productos agrícolas.
En 1995 el gobierno mexicano decidió fragmentar en cinco empresas el sistema ferroviario del país con vistas a su privatización.
Una de esas empresas fue el Ferrocarril del Sureste, que a su vez se dividió en tres rutas: Veracruz-Coatzacoalcos (con ramales a los estados de Puebla, Hidalgo, México y Oaxaca), el tramo Coatzacoalcos-Puerto Progreso (junto con el de Salina Cruz-Tapachula), y el de Salina Cruz-Medias Aguas. Los dos primeros fueron privatizados y el tercero quedó como propiedad estatal.
Según Manuel Jesús Estrella Castillo, secretario general de la sección32 Campeche del Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, a la empresa Chiapas-Mayab se le concesionaron 41 locomotoras y mil 130 vagones.
Sin embargo, la estación del ferrocarril en la ciudad de Campeche fue abandonada desde que otorgaron la concesión a la Chiapas-Mayab.