Las ferroviarias Canadian Pacific Kansas City (CPKC) y Grupo México Transportes (GMXT) habrían entregado sus respectivas propuestas sobre los proyectos de pasajeros que busca impulsar el actual Gobierno federal.
De acuerdo con fuentes involucradas en el proceso, las compañías estarían dispuestas a cooperar con el gobierno para realizar los proyectos de las siete rutas planteadas e incluso operarlos.
Cabe recordar que la administración federal propuso diversas rutas como parte del decreto publicado en noviembre pasado, además puso como fecha límite para presentar propuestas este 15 de enero.
De acuerdo con Juan Carlos Miranda, director general en JCM Ingeniería y Consultoría, las propuestas deben analizar retos técnicos, operativos y financieros y, de ser aceptadas, será necesario modificar los títulos de concesión para la prestación del servicio y, en su caso, para la construcción de los proyectos.
De lo contrario, pasarían a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) o de Marina (Semar) y en estos casos se otorgarán derechos de paso a cambio de una contraprestación.
En un artículo publicado en la revista del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) se afirmó que “el verdadero riesgo es su implementación. Si no se realizan los estudios y los proyectos adecuadamente, pueden cometerse errores”, y en caso de que la Sedena o la Semar sean las que presten el servicio de pasajeros, el problema será el mismo: requerirán estudios y proyectos para el diseño pertinente de la infraestructura y del servicio de pasajeros, con la particularidad de que deberán acordar con los concesionarios la operación conjunta.
Mientras que en temas financieros precisó que los altos costos de adecuación y ampliación de la infraestructura, equipos, sistemas ferroviarios y la eventual electrificación no pueden ser cubiertos por los concesionarios. Se requieren inversiones públicas o, en su caso, esquemas de participación público-privada.
“Las tarifas estarán en función de los costos de operación y de la política tarifaria que se determine con la SICT. Las tarifas suelen estar por debajo del costo real de operación, tanto para hacer competitivo el servicio de pasajeros como por razones de beneficio social. Ello implica que deberá considerarse el otorgamiento de subsidios, como es normal en la mayoría de los servicios de pasajeros en el mundo”, indicó.
De los seis retos técnicos que mencionó destaca la demanda que se debe analizar y el mercado potencial real de cada una de las rutas propuestas, considerando la propuesta de valor del servicio de pasajeros por ferrocarril en frecuencias, tarifa y velocidad, que deben tener ventajas comparativas frente al autotransporte y la aviación, según las necesidades del mercado objetivo.
El diseño consideró que existen tres maneras: compartiendo la vía con el servicio de carga (como el tren de pasajeros en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec), con vías independientes en el derecho vía concesionado (como el Tren Suburbano Buenavista-Cuautitlán) o con trazos independientes a las vías actuales (como, en parte del trazo, en el Tren Maya). “El decreto no especifica qué modalidad se pretende aplicar, aunque se presupone que se orienta más al uso de las vías existentes”.
“En caso de electrificar las vías, como lo ha sugerido el Presidente, la catenaria restringe la operación de trenes con doble estiba de contenedores y con plataformas automotrices, que tienen una altura de hasta 6.15 metros, mientras que la altura típica de la catenaria, al hilo de contacto, es de entre 4.60 y 5.80 m. Deberán analizarse alternativas tecnológicas de tracción para no depender de la electrificación y mantener el gálibo para poder operar trenes con doble estiba o, en su caso, analizar diseños especiales de los equipos rodantes de pasajeros y de la catenaria”, expuso.
Respecto a los retos operativos detalló que estos serán en la capacidad de la línea, prioridad en el despacho de trenes, velocidad y convivencia urbano ferroviaria.
“Es imprescindible realizar estudios, ruta por ruta, de su mercado potencial, tarifas, infraestructura y tecnología, y determinar la factibilidad y estrategia de cada ruta. Sin esos estudios, pueden tomarse decisiones equivocadas y costosas para el país”, aseguró.
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