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En un nuevo estudio publicado este mes en la Revista de Investigación “Journal of Bone and Mineral Research“, se evaluó la densidad mineral de los huesos del esqueleto de los astronautas que usaron el aparato avanzado de ejercicios de resistencia (ARED). Este aparato de ejercicios puede producir una resistencia de 600 libras en microgravedad. El ejercicio de resistencia permite a los astronautas “levantar pesas” en estado de ingravidez.
Los investigadores compararon los datos de medición de 2006 hasta la llegada del nuevo dispositivo (ARED) en 2008. Cuando los astronautas utilizaban un entrenamiento provisional que ofrecia la mitad de resistencia del ARED, los investigadores hallaron que los astronautas que utilizaron el sistema de ejercicio avanzado y consumieron suficientes calorías y vitamina D, regresaban a la tierra con más músculo magro y menos grasa.
Después de 51 años de vuelos espaciales tripulados, estos datos marcan el primer avance significativo en la protección ósea a través de la dieta y el ejercicio, dijo Scott M. Smith, notriologo del Centro Johnson de la NASA y autor principal de la publicación.
Desde la década de 1990, el ejercicio de resistencia ha sido pensado como un método clave para la protección de los huesos de los astronautas. El hueso normal y saludable constantemente se descompone y se renueva, un proceso llamado remodelación.
Más allá de la resistencia ósea, se necesitan estudios adicionales para determinar la mejor combinación posible de ejercicio y dieta para la larga estancia de las tripulaciones. Efectos de la alimentación en los huesos se están estudiando en la estación espacial en este momento, con un experimento de evaluación de diferentes proporciones de proteínas de origen animal y potasio en la dieta sobre la salud ósea. Otro estucio está evaluando los beneficios para los huesos al reducir la ingesta de sodio.