Dicho plan contempla la mejora y la actualización de más de 260 partes de sus vehículos, así como la revisión de los precios de 12 de los modelos de la empresa automovilística, que se encuentra en una difícil situación económica al ver disminuidas de manera dramática sus ventas en los últimos años tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.
La multinacional con sede en Auburn Hills, Michigan, dio a conocer que con este esfuerzo pretende lograr una nueva visión por parte de los clientes de los modelos de la marca y una diferenciación respecto a los coches lanzados durante la fusión de los consorcios Daimler y Chrysler, esto de 1998 a 2007.
Los directivos de la armadora norteamericana apuntaron que esta estrategia pone de manifiesto lo rápido que Chrysler reacciona ante los problemas. Entre los modelos que se verán envueltos en esta iniciativa se encuentran el Dodge Caliber o los Jeep Patriot y Compass.
De esta manera, la firma señaló que esta inversión de más de 100 millones de dólares se orienta a relanzar su gama de vehículos, con el fin de amoldarla a la filosofía de su nueva propietaria, Cerberus Capital Management.
Esta operación se enmarca dentro de la estrategia de la empresa para luchar contra los fabricantes extranjeros, que están aumentando su presencia en el Continente Americano y para mejorar la imagen de los coches fabricados por las marcas norteamericanas frente a las japonesas.
Por último, la firma tiene la intención de modificar algunos de los modelos de la marca Jeep, los cuales han sido duramente criticados por reducir sus funciones todoterreno y de contar con acabados interiores sumamente baratos.