Si bien es prematuro señalar que el pobre desempeño que han tenido los dos principales fabricantes de autos estadounidenses se reflejará en el crecimiento del primero o segundo trimestres del año, lo que sí sería posible observar de forma inmediata es una reducción en los planes de negocio de estas compañías.
Luego de su fuerza de trabajo y el petróleo, la principal exportación de la economía mexicana son autos y las empresas exportadoras más fuertes del país, después de Pemex, son precisamente Ford, Chrysler y GM, esta última con múltiples plantas ubicadas en diferentes puntos del país.
No obstante, en los mercados financieros está viviéndose un conflicto mayor.
Recientemente, las calificadoras de valores degradaron los bonos de GM y Ford Motors a nivel chatarra, lo que propició un posterior deterioro en el ambiente crediticio global, afectando a la deuda soberana de mercados emergentes y a la de emisores corporativos, un suceso del que México no logró sustraerse y se reflejó en un alza del riesgo país.
Raúl Feliz y Édgar Amador, profesor investigador del CIDE y director de Portafolios.com, respectivamente, coincidieron en señalar que la situación de GM es un problema para México, y están convencidos de que el pobre desempeño que ha tenido el sector manufacturero nacional en los últimos años se debe precisamente a los conflictos que enfrentan esas empresas estadounidenses.
Ése ha sido uno de los factores que ha frenado el crecimiento económico en lo que va de la presente administración, aseguró Feliz, porque la industria automotriz no ha logrado recuperar los volúmenes de ventas de exportaciones que tuvo en 2000, por ejemplo, y lleva ya cuatro años continuos de caídas, lo que refleja el problema que tienen GM y Ford para penetrar en su propio mercado.
Una de las razones por las cuales la economía mexicana no salió de su marasmo de 2001 a 2003, incluso cuando la economía estadounidense era boyante, se debió precisamente al estancamiento en las ventas de GM, Ford y Chrysler.
Estas empresas producen en México modelos que no consiguen recuperar el terreno que la competencia asiática y europea están engullendo en los mercados estadounidenses, agregó Amador.
Flexibilidad
Dijo que sí habrá un impacto sobre el crecimiento de México, pero no será dramático. Es uno de los factores que vendrán a sumarse en la desaceleración económica del país.
Feliz apuntó que el sector manufacturero es el líder fundamental de exportaciones y tiene ventas internas importantes. El impacto del problema de esas empresas, es que este año el sector crecerá 2.5 por ciento, mientras que en 2004 lo hizo en alrededor de 3.6 por ciento.
En contraste, Ramón Hernández y Eduardo Ávila, economista senior de Ixe Grupo Financiero y economista de Prognosis Consultores, respectivamente, coincidieron en que aún es prematuro señalar el efecto que podría tener sobre la economía mexicana la crisis que viven estas compañías automotrices.
Sin embargo, no dejan de reconocer que si su situación se agudiza, en tres o seis meses sí habría alguna repercusión sobre la actividad económica.
“Es muy poco tiempo como para decir que (los problemas de esas empresas) están afectando a la industria automotriz de México y que se trasmita al sector industrial.
“Sí hay un menor dinamismo, pero no es sólo del sector automotor, sino también en otra parte industrial y de manufacturas en Estados Unidos que le pegan a México, por lo que es difícil saber qué tanto le ha afectado ese problema en concreto”, señaló Ávila.
Resaltó que sí hay una buena correlación, dada la fuerte penetración que tienen esas empresas en el país, pero “es muy fuerte decir que si a esas compañías les va mal, a México también”.
Hernández comentó que un punto en particular que pudiera observarse es en la revisión de los planes de exportación e inversiones de esas empresas, pero no puede asegurarse que tengan un efecto inmediato, ni directo sobre la actividad económica de México.
Las empresas automotrices tienen una flexibilidad mayor que otras industrias.
“Normalmente, hacia finales de año es cuando la industria automotriz estacionalmente tiende a repuntar. En una primera fase, inicial, altera los planes de ventas, pero la producción en el agregado de la industria no está significando un cambio importante, podría tenerlo para algunas empresas en particular, pero no para el sector en su conjunto”, concluyó.